Un faro en el poniente

Un faro en el poniente

Durante mi viaje en Japón, una pareja de ancianos me mostró esta postal; es lo último que supieron de ella. Dice así:

6 de junio 1978

Disculpadme por no responder antes. No he tenido tiempo o —como vosotros a menudo me decís— no he sabido organizarme. Sin embargo, mirad, he llegado a España yo sola.

No sé por qué me habéis hablado tan mal de este lugar. Es cierto que la gente habla alto y no son tan respetuosos, pero cuando te miran, miran a los ojos y sonríen. Ayer, por ejemplo, me perdí buscando una dirección y un señor, al que no pude entender ni en inglés, me acompañó sin esperar nada a cambio.

Mañana iré a Coria del Río. Quiero saber más sobre aquella expedición japonesa que naufragó y fue acogida por los lugareños. Si mis indicios son ciertos, encontraré la sepultura de nuestro antepasado Tanaka Akihiro. Quizá logre comprender por qué decidió quedarse a vivir aquí.

Por cierto, a pesar de haber dejado el tratamiento, estoy bien. No me siento tan angustiada. También espero que Coco no os esté dando muchos problemas, aunque es travieso os recompensará; es un perro muy cariñoso.

Vuestra fiel hija, Minami Kioko.

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