Quántum concluido

Quántum concluido

Quántum concluido

Creados con carbón

En este mundo jardín existe un dios y una diosa, pero no moran con nosotros, ellos vienen cada mañana y cada atardecer; descienden desde las alturas. Les llamamos madre y padre. En el centro de este paraíso sé encuentra la gran montaña del génesis y es en ese lugar donde trabajan los dioses. Dice padre y madre que fuimos hechos del polvo del universo eterno. Despertamos en esas grandes cápsulas llenas de líquido violeta que brilla como los astros del cielo a veces nos suben a ese lugar donde nacimos y modifican nuestros cuerpos, por ello nunca envejecemos.

Los cinco árboles

El edificio que flota sobre el centro de la montaña se llama Árbol de vida es un lugar gigantesco en donde son creados todos los seres, animales y plantas que existen en esta tierra azul. Padre y madre son muy altos y parecen hechos de fuego como el mismo sol. Hay miles de salas en ese lugar e innumerables de seres luminosos siempre están trabajando en lo que los padres crean. Y sobre el techo de ese gran edificio existe una torre de cristal tan alta que se pierde en las nubes y es llamada Árbol del conocimiento. No sé qué exista en ese lugar pues siete seres luminosos de muchos pares de alas cuidan su entrada. En donde habito junto a mis dos mujeres es un jardín maravilloso y hay en abundancia de todo, sé llama el Árbol del hombre. Nuestro valle está rodeado por tres ríos y parece una isla unida a un desierto rocoso por grandes puentes de cristal que llevan al valle de los arcanos, existen dos edificios muy grandes uno se llama Primogénito o Árbol del cordero y allí mora el primer hijo de los dioses, también es un ser de fuego, aunque sus llamas son muy blancas y junto a su morada existe otro gran edificio que cambia cada instante de color y dentro habita un ángel de magnífica belleza y perfección es señor del Árbol de conocimiento. Esos dos hijos de los dioses siempre nos observan ¡Siempre nos estudian!

Transmutación.

¿La perfección es la divinidad?

Madre nos ha dicho que tenemos 4800 años desde que fuimos creados ¡días de este mundo azul!

Al árbol de la vida nos convocaron: allí padre y madre habitaban en sus tronos y millones de seres de energía pura cuyos cuerpo eran como océanos de luz en movimiento estaban presentes. Junto a los dioses creadores estaban los hijos primigenios de gran poder. El cordero y la luz perfecta de lado y lado, mis padres habían dicho que debía existir un equilibrio en todo.

Los seres de fuego comenzaron a ensamblar una gran máquina en forma de esfera y cuando estuvo terminada padre y madre pusieron un líquido violeta, pero tan brillante que lastimaban los ojos a las Evas y a mí. Nos pusieron dentro de ella.

 —Esta tríada de un varón primigenio y dos hembras han sido creados con polvo, del mismo polvo con el que creamos al Adán y la Eva que transgredieron y abrazaron el conocimiento, que si bien era para ellos ¡No era el tiempo!

Madre preguntó al ángel de la luz perfecta si estas criaturas habían sido probadas y tentadas para saber del conocimiento del árbol del saber.

—Han sido puestos a prueba miles de veces, cada vez que dudábamos de su fuerza ustedes los han modificado genéticamente, pero en ninguna ocasión tuvieron la malignidad de querer abrazar el conocimiento que les ofrecía. ¡Siguen siendo de polvo imperfecto, pero acatan las órdenes de los creadores!

Y el gran padre preguntó a su hijo el cordero divino

 —¿Hay luz y divinidad en estos seres hechos de polvo?

—Padres… Tanto en el varón como en las dos hembras hay un lazo fuerte entre el polvo y la energía cósmica que hacen que estos seres hoy, estén mutando por ellos mismos desde lo más profundo de su partícula elemental. Son humildes, sencillos y conocen del amor y la lealtad a los creadores.

—No se prestan a ser tentados y aprenden de los errores, perfeccionándose día a día.

Un ser de metal que en su pecho tenía una cavidad en donde se veía un corazón palpitante de energía azul bajó hasta nosotros, trayendo en sus manos un relámpago zigzagueante que los dioses le habían entregado. Este ser de múltiples manos nos tocó la frente a los tres.

¡Dolió mucho!

De pronto el gran salón ya no estaba en el árbol de la vida ahora era más grande y espacioso y tenía paredes de cristal que se movían como las olas del océano y desde allí se veían infinidad de universos con millones de mundos. Era la torre que toca los cielos del árbol de conocimiento eterno y divino de los dioses.

Bitácora

Allí se nos mostraron las hojas hechas que testimoniaban lo que había ocurrido con los descendientes de Eva y Adán los primeros transgresores de la ley de los dioses. Al parecer siguieron siendo de polvo y más imperfectos cada día morían en pocos años. Evolucionaron muy poco en los instantes de miles de años que existió su civilización. Tenían guerras y dolor, así como enfermedades y pesar. Lo peor ocurrió cuando quisieron creerse dioses y jugaron con la vida.

Año 2019 Aparece un extraño virus que se expande rápidamente.

Año 2020 el virus ha cobrado muchas muertes en todos los países

Año 2040 Un  virus sintético elimina las dos terceras partes de los humanos en seis meses. La nanotecnología pertenece al nuevo orden. 

Y allí cerré la bitácora y se la entregué a uno de los hijos de los altísimos.

Energía pura

Padre y madre nos dieron en una copa un brebaje tan negro y tan luminoso a la vez que al tomarlo sentí como si ardiera  mi existencia y en ese quántum ya éramos seres de fuego eterno.

¡Dioses nacientes!

De luz, de fuego, de vida… Eternidad.

No es el fin…es el comienzo.

CLEMENTE MUJICA PONCE

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