Toda casa tiene una historia, que si está construida sobre un cementerio, que si alguien vivió y murió allí dentro, que un alma en pena cuida de ella, etc.
He aquí un lugar distinto, nuevo, sin pasado solo presente y futuro.
Una casa de 2 pisos hecha con sacrificio y sudor.
En esta casa vivia una pareja y una niña chica, muy inteligente y perspicaz por cierto.
La niña llamada Agustina nació con un don de ver lo que sus papás no.
Ella era capaz de dialogar con un alma, una persona de su misma edad y sus mismos gustos (según sus relatos).
Ella lo llamaba Tomás, ¿quién era Tomás? ¿ Era su amigo o su manipulador? ¿Fue un niño que murió o fue enterrado allí?
Todo empezó a la a la edad de unos 3 años de Agustina, (ella lo veía,jugaba y lo mas intrigante es que mantenían un diálogo propio de unos niños en interacción).
Estaban en su cuarto jugando con su juego de té, su madre y abuela quienes estaban en el primer piso sentían esos susurros de Agustina retando a alguien, pero como todo niño, ¿quién no tuvo un amigo imaginario? ¿No?.
Al sentir un poco alterada la situación su mamá subiendo las escaleras grita
– ¿Que pasa Agus? ¿Porque ese alboroto?
Al entrar al cuarto siente un frío presentimiento que algo no estaba bien y decide volver a preguntale
-¿Que pasa mi amor porque esa cara?
– ¡Es Tomás que no te quiere ni a vos, ni a papá en esta casa!
-¿Hija quién es Tomás y porque no nos quiere?
Su hija cabizbajo no respondió y miraba su lado derecho donde fijaba la mirada hacia un vacío de la habitación.
En esa tarde su padre viene de trabajar, la madre le hace el relato y no da mucha importancia pues para él
– A todo niño le pasa!
Luego de comer su padre le pregunta
– ¿Dónde esta tomas tu amigo imaginario?
– está a tus espaldas mirándome fijo y enojado porque estoy hablandote y el no quiere eso!
– Pues dile a Tomás que yo soy tu padre y te prohibo hablar y jugar con el.
La niña nuevamente no respondió.
Llegó la hora de dormir, Agustina tenía su cuarto pero le daba miedo estar sola decía que Tomás la despertaba a media noche para contarle cosas de su vida pasada y de cómo ella podía ayudarle, sus papás no le creían a lo que le apagaban las luces y deseaban las buenas noches.
A la media noche sienten que la niña baja y se dirige afuera, descalza, en ropa de cama, con fósforos y una vela que nadie se explica cómo llegó a ella.
La detienen y le hacen cuestionario de lo sucedido pero nadie le cree que Tomás la llevaba al fondo de la casa a cumplirle algo que habían pactado, impedido por sus padres en ese momento.
Suben los tres y cada uno va a sus cuartos, confundidos por lo ocurrido y despistados por estas situaciones extrañas.
Trancan la puerta de salida y la del cuarto de Agustina.
Pasaron las horas y sienten que alguien había bajado las escaleras corriendo muy rápido, la pregunta fue
-!Como si trancamos todo¡
Al segundo (crash) un vaso cae de las estanterías las cuales permanecen siempre cerradas por costumbre de orden del hogar.
Bajan y se encuentran esa escena aún más despistante y corroboran que la niña duerme.
Unas horas más tarde, antes del amanecer sienten que otra vez y a lo oscuro viene alguien corriendo hacia la cama de matrimonio y se acuesta a sus pies, tranquilos le hacen lugar y dejan que duerma a sus pies pensando que era su hija asustada.
Al no trabajar ese dia siguiente no madrugan y optan por levantarse tarde.
Sus papás eso de las 9:15 estaban despertando y miran a sus pies ven que no hay nadie a lo que piensan que su hija volvió a su cuarto como debía, pero recordando que habían trancado.
Le hacen un llamado de atención y ella responde que ya iba a levantarse.
09:30 horas aproximadamente se levanta y baja a desayunar.
Su papá con miedo pregunta
– ¿Tu fuistes a nuestro dormitorio anoche?
Agustina levanta la mirada hacia sus padres y dice
– Tomás me dijo que estuvo toda la noche parado a sus pies viéndolos dormir porque no me habían dejado ayudarle y quería hacerles daño, yo decidí quedarme en mi cuarto pues estaba muy enfadado!.
La cara de sus padres fue de congelamiento no podían creer que le abrieron la cama a algo que no sabían que era.
En la tarde de ese mismo dia contactaron a un vidente quién le dijo que este alma era un niño que no había podido subir a cielo y encontró en esta niña la posibilidad de una ayuda que lo dejaría descansar en paz.
Este vidente le pidió a la niña que lo ayude y que le contara que estaba buscando.
Ella le responde que simplemente le pidió una vela encendida en su patio, donde él murió ahogado en un pozo de agua que ya había sido tapado.
Sus padres deciden ayudarla y a la media noche cuando ella siente que la llaman, ellos la ayudan a cumplir lo necesario para iluminar a Tomás y suba al cielo como un ángel.
Bajan y se dirigen afuera con unos fósforos y una vela blanca, Agustina y Tomás van adelante como despidiéndose, saben que el momento ha llegado y es hora de partir.
Sus papás van atrás como perdidos y sin saber que decir, que pensar o que hacer.
La niña se arrodilla y le dice que lo va extrañar y al encender los fósforos brillan las lágrimas de Agustina.
La vela queda encendida en el medio del patio donde él le indicó, se desvanece mientras la cera y la piola se queman, adirihendose al concreto.
Y asi quedan sus almas unidas para siempre como el concreto y la cera.
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