El maletín de Soacha

El maletín de Soacha

Soacha es el segundo municipio más poblado del departamento de Cundinamarca, está ubicado sobre la Cordillera Oriental, a las afueras del sur de Bogotá. Se hizo tristemente célebre en agosto de 1989, cuando fue asesinado el candidato a la presidencia Luis Carlos Galán y el atentado al avión de Avianca (ese mismo año) en actos que señalaban al Cártel de Medellín… y luego en 2008 por el escándalo de los falsos positivos de jóvenes desaparecidos y asesinados durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, siendo Ministro de Defensa Juan Manuel Santos.

Luis Carlos, lleva años viviendo en Soacha y todos los días de lunes a viernes sale a a hacer ejercicio, le gusta correr temprano en la mañana para llegar a ducharse, despertar los niños y ayudar a su esposa en los oficios de la casa antes de irse a trabajar. Cerca, a su vivienda, le quedan la Planta Hidroeléctrica del Charquito, la represa del Muña y un poco más distante el famoso Salto de Tequendama.

Los sábados hace recorridos diferentes, sabe que el ecosistema que lo rodea es rico en: Bosques húmedos, Páramo, Humedales, montaña y que además cuenta con una innumerable cantidad de especies de flora y fauna. Un día decidió desviar y entrar en una zona un poco boscosa y con mucha naturaleza, se internó varios kilómetros y decidió volver. Tenía ganas de orinar y buscó unos matorrales, entonces se encaminó hacia ellos y empezó la faena. Notaba que al caer la “agüita amarilla” se escuchaba un ruido diferente, agudizó el oído y efectivamente el sonido era como si golpeara contra algo solido. Terminó y se animó a inspeccionar, se metió de lleno en la espesura y de repente vio un maletín de cierre lateral tipo ejecutivo, en cuero, de un color oscuro con dispositivos de contraseña y cierres metálicos. Con sorpresa y miedo se animó a abrirlo, le llevó un buen tiempo pero valía la pena, adentro se encontró una gran cantidad ordenada de dólares que le aceleraron el pulso. Tuvo una variedad de sensaciones: alegría, estupor, incredulidad…hasta llegó a pensar que lo observaban y que podía ser una trampa.

Duró un corto período de tiempo observando y tomando aire para tranquilizarse, como no había moros en la costa lo tomó y lo envolvió en su chaqueta deportiva para que no fuera visible. Se fue rápidamente a casa, le dijo a la esposa que lo guardara y después hablarían con calma.

En la noche le contó a la esposa lo sucedido y tomaron la decisión de ocultar el maletín mientras decidían que hacer. En principio parecía una agradable sorpresa pero tenían miedo de verse envueltos en algo ilegal. Optaron por buscar algún dato que permitiera saber el dueño y buscarlo, pero curiosamente no tenía información.

Al cabo de unos meses de espera y al no tener noticias al respecto del dueño del maletín o el dinero, la esposa le aconsejó que fuese a hablar con su gran amigo y párroco de la iglesia para comentarle lo sucedido a ver que alternativa le sugería.

Cuando le comentó las circunstancias del hallazgo el sacerdote no se inmutó, con la tranquilidad que lo caracterizaba le dijo:

– Probablemente sea dinero de algo ilegal y si lo devuelve a las autoridades desaparecerá, sin dejar rastro, como fruto de la corrupción que nos corroe.

Espere unos meses más y sino sucede nada extraordinario lo coge para el bien de su familia…y le preguntó:

– ¿Cuánto dinero es?

Él contestó:

– No sabemos padrecito, hemos tenido miedo hasta de contarlo, a pesar de la necesidad y lo útil que nos sería tememos sufrir represalias…pero el maletín está lleno de dólares.

Entonces el padre, mientras le hacía la señal de la cruz, le dijo :

– Ve con Dios hijo mío y que se haga su voluntad.

Ocasionalmente visitaba al párroco y agradecido le había dado una parte del dinero para las obras sociales de la iglesia, mientras le decía que todo iba bien y que lo estaban gastando con prudencia.

En una de la visitas, el padre le dijo:

– Creo saber de donde provenía ese dinero…

Luis Carlos, sorprendido y con algo de temor, le dijo:

– Cuénteme padre, por favor…

Acto seguido le comentó que si se acordaba de la explosión que se produjo en un avión de Avianca en pleno vuelo sobre Soacha, y que fue producto de una bomba colocada por el Cártel de Medellín para asesinar al candidato presidencial César Gaviria, qué curiosamente no tomó ese vuelo…

Bien, yo creo que ese maletín era de alguno de los pasajeros, lo extraño es que llevará tanto y en dólares…

El suceso tuvo lugar el 27 de noviembre de 1989, murieron todos los pasajeros y los restos quedaron regados varios kilómetros a la redonda.

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