Me arrepiento entre las sombras,

lamentando tu partir.

Soltaste mi mano para no volver

Cariño mio…

Embriágame con tu mirar otra vez.

Ese mirar que penetra mi alma

como flecha en diana.

Ahora lo único que me penetra es la soledad,

hipócrita soledad 

al estar rodeado de tanta gente,

pero solo quererte a ti…

Quiero dejar la pluma a un lado,

al menos para mis lamentos.

Mis lamentos que ahora 

no tienen tus oídos para ser escuchados.

Ahora solo miro al cielo en la oscura ciudad,

cuyo brillo se perdió junto a tu amor,

y le ruego a la luna te lleguen mis plegarias,

diciendo una y otra vez que vuelvas a mi, 

en la forma en la que me solías querer.

¡Oh luna! mi querida confidente,

quítame esta maldición que se hace llamar «amor»,

quítame las cadenas llamadas «Recuerdos»

corta todo lazo al que este atado.

Para por fin, con pluma en mano poner…

Poner el punto final.

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