A los cinco días

Eran las 11 de la mañana y mi tercer porro.

Me desperté a las 7 de manera natural, con una ansiedad brutal, me hice un porro. Puse tres lavadoras, José Luis (mi perro) se despierta, lo saco, me encuentro con una vecina que me pregunta otra vez como estoy, si me voy animando. Entro a casa y me fumo otro porro. Miro facebook sin prestarle atención, José Luis ladra muchísimo, me hago otro porro y miro por la ventana, ¿a que le estará ladrando? La calle está prácticamente vacía, llueve.

Han pasado solo 5 días desde que se ha ido de casa y pienso que mi vida es la mas triste de todas, sé que exagero, pero ¡que triste estoy!. Voy a salir a la calle a pasear, quizás eso me anime. Es domingo y acaba de salir el sol. José Luis pasea suelto, voy mirando si hay algún policía, aún no tengo claro si está prohibido llevar sueltos a los perros. Ando lento, hay un hombre hablando por teléfono, parece que tiene un drama, ando mas lento para escuchar, si que tiene drama, parece que su novia le ha dejado, disimulo mirando escaparates siempre cerca de él para seguir escuchando, su drama me tiene enganchadísima y me alivia ver que otros están como yo.