Tan pronto como cesó la noche y arrancó la madrugada, transcurría el día y tus labios me callaban
Me quedé atónita, inmovilizabas todo intento de fuga, me aparcabas con la mirada extensos segundos de éxtasis
Yo seguía ahí, huyendo de ti, permaneciendo en mí
Cada vez que intentaba pronunciar una palabra, encontraba tu boca sobre mis voces
No decías nada, te limitabas a evitar una batalla e iniciar una guerra
Nuestro primer beso de despedida
Un beso ligero, certero, traicionero, embustero
Un beso que deshace los adjetivos, un beso que desapareció al final para quedar como un beso que nunca se dio.
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