Si lo que siento es el cielo…
Como me explico que a veces estás nublado, veo todo desde el suelo
estoy en un lugar el cual no entiendo y pretendo dominar,
Pero el pasto no se manda ni se regaña, entonces rieguelo.
El imán mental que me atrae hacia lo negativo cuando prometí no serlo
En la decepción, en los traumas , en la normalidad y en la soledad, tendrías que verlo.
El código no descifrado, la lengua no enseñada y el polvo pavimentado, porque me cuesta tanto expresarlo y a ti entenderlo?
No eres mi enemigo, eres un potencial para mí y como lo intento también ser para ti… El imán me atrae nuevamente, estoy cayendo… Puedo retrocederlo?
Sigo cayendo… Volví al piso de abajo, con el ascensor malo y sin máscaras, me encuentro aquí otra vez, directo a conversar conmigo mismo.
Dolor, más dolor y si fuera poco mí propia cabeza abrazando mí dolor temporal, que es temporal solo en la colina, por qué aquí muero de sismos.
Escribiré la lengua nueva, quiero explicártelo, quiero verte y saber que me entiendes, no sentirme el absurdo niño negacionista, negativo y sin fe en el mismo.
Hay algo trabado en el pecho, ya es un hecho, sigo mojado incluso con techo y echo lo mejor a la basura, que disuelve su dulzura en el lamento de su rotura, sin una promesa futura verdadera para sacarle provecho.
Caigo hoy, nuevamente, para ser sincero me siento valiente, solo inconsciente y al debe conmigo mismo, la ansiedad y los temblores se convertirán en ritmos para danzar bajo la lluvia, que las lágrimas igual son de felicidad.
Sigo luchando, por mí a ojos cerrados, por una pequeña que sueña, una cómplice de alma hermana y gemela, sin secuelas veo a una abuela que encontró su trono, y de todos modos somos equipo y sin mí, no sé revierten los resultados, los remos hacía la misma dirección, con intención de manipular los dados.
veo un camino largo, sin embargo, aunque me amargo… SE LO QUE CARGO.
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