Le dolía el cuello y entendió el porqué cuando miró su reloj, llevaba 2 horas observando aquellas paredes, estaba tan inmerso en las fantasías que despertaban que olvidó sus tic tac…

Por un momento entristeció su semblante al recordar el motivo de su visita a aquella calle, la cuál casi siempre pasaba desapercibida ante los ojos de los transeúntes, pues para notarla era necesario alzar la mirada, cosa que se vuelve cada vez más difícil para las almas contemporáneas tan cargadas de cotidianidad.

– Queda al Sur de Bogotá, anda, visitala, no te vas a arrepentir…

– Lo haré cuando me quede tiempo.

Recordaba exactamente el tono y los gestos que usó su amada amiga el día que le mencionó el lugar en el cual se encontraba justo ahora, mientras caminaba y se detenía observando cada una de las obras plasmadas por los artistas de pared (tan profundos como despreciados por la academia), se culpaba por no haber ido antes, por no haberse dejado llevar. Minutos antes de notar su dolor físico había llegado a una conclusión, le pareció necesario anotarla para seguir pensando después; Usa los ojos, el olfato, el tacto, la audición, admira cuanto puedas todo lo que las personas tienen, brindan, son, disfruta sus gestos, sus movimientos, su voz, sus ganas, sus sueños, observa de ellas lo que creas que vas a extrañar cuando ya no estén, así fabricarás tu propia pomada para el momento en que se vayan de tu lado eternamente.

Su amada amiga se llamaba Rady, la conocía desde que los dos tenían 4 años, juntos crecieron en el Sur de Bogotá, vivieron la misma opresión, la misma desigualdad, la misma inocencia y empeño ante la vida, estudiaron en el mismo colegio, se graduaron juntos. Ella se inclinó por el arte, él por la medicina, se alejaron, no se vieron, ella no pudo entrar a una universidad, él ganó una beca en la más costosa, ella aprendió sola y creó junto con más artistas el museo en el que él se encontraba deambulando el día de hoy, ella falleció con solo 23 años de vida, huyendo de la patrulla que la perseguía por «vandalismo», una semana antes de la tan esperada visita de Emmanuel a su Museo.

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