Perfil público

¡Ey, mi nombre es Mica! Hace 25 años que respiro, a veces con dificultades a causa de las inquietudes normales de cualquier joven adulta, pero hay algo que mantiene mis pulmones y mi corazón en marcha a pesar de todo...la lectura. Primero, cuando apenas entendía la diferencia entre autor y personaje, era una lectura inocente, llena de cuentos coloridos o misteriosos. Así aquellas letras que se deslizaban frente a mis ojos se convirtieron en una herramienta para mí. Cuando fui consciente de que, quizá, yo también podía inventar historias, me encontré buscando (en ese momento casi sin saberlo) el mundo de la escritura. Obviamente, no me fue tan bien. Reemplacé las confesiones típicas que una pre-adolescente haría en su diario íntimo por historias mágicas, fantásticas, hasta me atreví a escribir algún que otro cuento de terror. Ilusiones inocentes de una pequeña.
Sin embargo, el tiempo pasa. El mundo no para. Y yo tampoco. Cambié. Dejé la lectura. Dejé de escribir. Hasta que nuevamente fui llamada por ese mundo de las palabras, de la magia. Tan así, que decidí estudiar Licenciatura en Letras. Diría yo que tal vez cometí un error. No es lo mismo leer inocentemente, que leer de manera crítica. Descubrí otro aspecto de este mundo, uno que no estaba ligado con el placer de la lectura, sino con ese fenómeno de cuestionarse todo.
Leer para saber. Leer para amar. Son dos polos opuestos que no pueden separarse.