Perfil público

Nací un 17 de diciembre del año 1956, a las 3:30 horas aproximadamente, en el hospital Chiquinquirá de la ciudad de Maracaibo, estado Zulia, Venezuela.
Fueron mis padres Erika Rosa Nava Colina y José Luis Parra Boscán. Ambos nacieron en la ciudad de Maracaibo, mi madre en la zona del Saladillo, calle Los Andes y mi padre en La Pomona y aunque solo llegaron a cursar estudios hasta el sexto (6to.) grado, tenían muchos conocimientos, sobre todo mi padre, a quien muchos allegados consideraban “sabio”, por sus conocimientos y por su capacidad de reflexión, de análisis y de creación, así como por la filosofía de vida que llevaba. Según el, la vida era para vivirla con felicidad, ayudando a las personas, sin hacer daño a nadie. Era un socialista. Creo que papa tenia dominancia de ambos hemisferios cerebrales, ya que tenía una gran capacidad matemática y el manejo de la lógica y el tiempo, pero también fue creador del canto, la poesía y el teatro. Le gustaba mucho cantar y lo hacía bien. De hecho al estar en la casa, siempre estaba cantando. Tenía mucho ingenio y se le ocurrían muchas ideas. Tenía preferencia por el trabajo intelectual que manual, aunque jamás rehuyó de este cuando fue necesario. También le gustaba el comercio, pero nunca lo vi especulando. Era un hombre muy centrado, honesto, humilde y autentico, con un gran amor por la vida y las personas. Era un demócrata y luchador social. Sus hijos; cuatro en total que llego a tener un su matrimonio con mama, éramos su adoración, al igual que a mi mama, para quien siempre tuvo un trato especial. No recuerdo un aniversario de bodas, un cumpleaños de mama o un día de los enamorados que no le regalara algo o aunque sea que no le escribiera algo. La amaba, nos amaba.
Era hijo de José Luis Parra Ávila y Elvia Francisca Boscán Tinedo.

Mama era una mujer sumamente inteligente, sabía muchas cosas de las que se aprenden en la escuela, ella siempre me ayudo a realizar mis tareas mientras estudie primaria. Estudie con sus libros. Tenía una hermosa, clara y legible letra cursiva. Al igual que a papa, le gustaba cantar y lo hacía realmente muy bien. También tenía una gran capacidad creadora, pero dirigida sobre todo hacia la elaboración o transformación de cosas que fueran de utilidad para la casa, aunque también hacia el arte. Era una mujer alta, muy bella, llamativa, elegante, de esas que paran el tránsito vehicular (de hecho ocurría y era muy piropeada, lo cual recuerdo me producía muchos celos e ira). Siempre uso peinados elaborados en su cabello y siempre estaba bien vestida. Era una mujer muy orgullosa, altiva, tenía mucha educación, no era humilde en apariencia, pero sí lo era en su interior.
Era hija de Ángel Nava (conductor de gandolas) y de Josefa Colina Molleja.

A diferencia de papa, mama era una mujer autoritaria y conductista; las cosas se hacían como ella decía. Su palabra era ley. No obstante su autoritarismo, nos amaba, siempre quiso lo mejor para nosotros. Creo que ese fue uno de sus más grandes “errores” tal vez. ¡Querer lo mejor para nosotros! Sus cuidados eran extremos. Ella nos bañó hasta los 10 años aproximadamente, nos vistió, nos peinó el cabello, nos ató los cordones de los zapatos, nos entalcaba y perfumaba, nos elegía la ropa, calzado y hasta la forma de cortarnos el cabello. También vestía, peinaba y entalcaba y perfumaba a papa. Era muy metódica y meticulosa al hacer las cosas. Aunque el amor hacia nosotros le saltaba por los poros, lo cual se evidenciaba también en sus cuidados al enfermarnos, nos trataba muchas veces como si no fuéramos niños, sino muñequitos o maquinitas. La parte relacionada a la educación general, el manejo de la escuela y los modales, casi siempre estuvo bajo su cargo, y era severa e inflexible.
Tuve una infancia muy bonita y feliz, en constante contacto con la naturaleza. Nunca nos faltó alimento, ni juguetes, ni ropa, ni calzado, ni útiles escolares y contamos con el amor de nuestros padres de nuestras abuelas (materna y paterna, sobre todo mi abuela materna quien vivía con nosotros), también de nuestros tíos y tías.

Se puede decir que fui un niño feliz, hasta que empecé a darme cuenta de algunas cosas, como por ejemplo: que el niño Jesús no existe, que unos primos y primas muy cercanos a nosotros, dormían en el suelo, que a veces no comían y que para ellos nunca hubo juguetes en navidad. También me afecto mucho leer aproximadamente a los 9 años que los niños negros de Biafra, África morían de hambre y la muere de mi primer perrito Osito.

Actualmente soy docente especial en la mención Dificultades de aprendizaje, abogado y técnico agropecuario. Tengo 27 años como docente y estoy en estos momentos en tramites para mi jubilación del Ministerio del Poder Popular para la Educación.