Mi primera ruptura

Encontrar el amor es complicado; tiene que ser en el lugar adecuado, en el momento indicado, y no menos importante, con la persona indicada. El cariño y el amor son complicados; puedes querer a alguien increíblemente, con todo tu ser y corazón, hacer todo y más de lo que te piden, y el amor es tiempo y paciencia. Al menos así lo siento; amar y querer no es igual. José José se glorificaba con esos dos conceptos. Amar a alguien implica dolor, soledad, temor, celos, ¿indiferencia? O espera, es lo que al final sentí.

Hubo varios intentos en mi vida por querer a alguien más que a mí misma. Lo logré varias veces; glorificar a alguien es muy fácil, porque aunque creas que esa es la persona indicada y perfecta, no siempre significa que lo sea. Incluso si la persona verdaderamente lo es, recuerdo con claridad todas y cada una de las veces que me gustaba alguien incontrolablemente.

En el «under» solo fue una obsesión y querer conectar con una amiga, y admirar a la misma persona. No se trataba de quien me gustaba a mí y a mi amiga; era que compartíamos eso en común, pero aun así lo confundía con amor. Después, en primaria, hubo demasiados que solo confundía con un cariño extraordinario de amistad y ver lo fácil que es querer a alguien. Tuve varias obsesiones con diferentes personas y la pena que sentía cuando realmente creía que esa era la persona con la que iba a terminar en cualquier momento, pero nunca sucedía nada. Porque éramos niños y porque la oportunidad nunca aparecía, porque solo existía una amistad. Puedo mencionar varios nombres con dulzura en mi boca, a quienes amé en ese momento; ahora solo los recuerdo como cariño de la infancia.

Tuve mis primeros superhéroes que me defendían contra todo; siempre se los agradeceré aunque fuera pequeña. Siempre me incliné por lo extraño y no por lo conocido, en esto del amor, porque lo conocido implica perder algo. Y lo desconocido se conoce y después puede salir porque nunca estuvo tan involucrado en tu vida para empezar. Existías antes de esa persona. Siempre buscaba esas personas; encontré varias, no me dolía dejarlas o desilusionarme, porque al final del día eran extrañas.