Pido disculpas,
prediciendo lo impredecible,
pues no sé si sea correcto
o una equivocación decir esto.
En todo caso, crea tu condena.
Si quieres, quedo olvidado para siempre,
o mejor me quedo encerrado en mis recuerdos.
Mejor para ti y peor para mí,
obtengo amnesia y te olvido.
Aunque no sé si sea posible olvidar,
ya que si no olvidamos
lo peor que nos pasa,
entonces no creo olvidar
lo mejor que me pasó.
Señorita, me declaro culpable
de esas noches de frío,
de aquellos dolores que te causé,
de que derramaras lágrimas por mí.
Me declaro culpable
de marchitar una rosa,
apagar una luz,
blasfemar a una diosa.
Dicen que de los errores se aprende,
pero si el tiempo lo permitiera,
jamás hubiese cometido este error,
pero ya la página se pasó.
Y no sé
si habrá una segunda parte,
pues tu corazón se rompió en partes
y quedó en él un agujero para siempre.
El mío, por mi culpa,
está vacío,
nada lo llena,
tal vez si te veo vuelva a ser el mismo.
Aunque no te pido
que me hagas ilusiones
ni propongas nuestro reencuentro,
pues no merezco
tu tiempo ni tus palabras.
Merezco sufrir
todo lo que sufro.
Tú mereces vivir,
mereces vivir de verdad.
Te brindo estas palabras
como una nota,
aquella que termina
con punto final.
Tú dictarás si crear
nueva historia.
De mi parte,
lo que decidas
será lo mejor.
Pues presiento que ante ti
siempre estaré equivocado,
ante todo el daño que te hice.
No te prometo nada,
pues la primera vez prometí
y solo cumplí que jamás
te olvidaría.
Los hechos hablan por sí solos.
Si el tiempo lo permitiera,
viajaría en el mismo
y no te hubiera conocido.
Pues hacerle daño
a la mujer que amo
es morir en vida.
Ahora más que nunca
comprendo aquella frase:
«No se sabe lo que se tiene
hasta que se pierde».
Tenía todo y lo perdí,
te tenía a ti y te perdí,
tenía el amor y lo perdí,
tenía vida y la perdí.
Ahora viviré en mi condena,
espero que no me olvides,
así por lo menos
mi esperanza me mantendrá vivo.
No te preocupes,
seguiré adelante,
respirando y viviendo.
Al fin y al cabo,
el tiempo no se detendrá por mí.
Sé feliz
donde sea que estés
y, sobre todo,
que alguien
cuide ese corazón
que alguna vez rompí.
OPINIONES Y COMENTARIOS