Vivimos en un mundo aislados por “defecto”
detrás de nuestro muro creado a los afectos.
Corremos para un lado y otro y sin mirarnos
en pos de no sé qué futuro augurado.
No nos paramos nunca a mirar al de al lado
vivimos nuestra vida de un modo interesado.
Sin pensar en el otro ni aunque esté a nuestro lado,
la palabra empatía perdió el significado.
Pensemos un momento que es lo que aquí ha pasado:
con comidas y enseres la gente ha arrasado
y tan tranquilamente a la playa han viajado
pensando que el gobierno vacaciones había dado.
Después todos a una a aquellos criticando
fuimos haciendo piña como damnificados
del ego de unos pocos a todos machacando
sin entender el fondo del problema causado.
Y así los ciudadanos un ejemplo hemos dado
poniendo nuestras manos a aplaudir sanitarios,
gritando en los balcones a nuestro vecindario,
jugando con los niños a ser humanitarios.
Esto aún no ha empezado, estemos preparados,
para una nueva crisis que viene avanzando
a zancadas gigantes sin haber avisado
es ahora el momento de extendernos la mano.
De romper las barreras que habíamos creado
salir de nuestro mundo, ese individualizado,
y de ser solidarios con quien esté al lado
porque nos va a hacer falta, siquiera un abrazo.
Mi apoyo a los enfermos y a los más delicados
a todos los mayores que ejemplo nos han dado.
Les pido a mis hijos que se mantengan aislados
que pronto nos veremos y todo habrá pasado.
Un abrazo a mi madre, mis sobrinos y hermanos
a mis tías, mis primos, mis amigos lejanos,
a todos os añoro, mas no por estos hechos,
la vida ha querido que estemos separados.
Hoy por esta pandemia estamos conectados,
aprovechemos pues, a hacernos más “humanos”
y de una vez por todas seamos solidarios,
que todos somos uno, ¡A ver si nos enteramos!
Beatriz Barragán Fernández © 21.03.2020
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