¿Qué es lo que soy? 

¿Soy un punto en el universo o una existencia sempiterna?

Tal vez un mero cúmulo de polvo de estrellas… un velo andante.

Una máquina.

¿Soy nada, el tiempo, un espacio que ocupar?

Soy una evolución, un ente pluricelular. Soy vida.

Un infausto ser humano.

Quisiera guarecer mi mente, cuerpo y alma.

Todo lo que soy, significo y conllevo dentro de la música y su franqueza.

Dentro de la densidad musical.

Refugiarme en sus cálidas melodías y nadar por los suaves tonos.

Entregarme a ella. Estar bajo su dulce yugo.

No. Me has malinterpretado.

No pretendo ser música.

No ser música.

Más bien, sino, estar en ella.

Que al estar levitando en su inmensidad, mis sentimientos y emociones.

Y lo que me condena a ser vida, a ser un humano; se disuelva.

Se fusione, me haga infinita. Una obra maestra.

Un llanto, una sonrisa, un dolor.

Sea tranquilidad y sueño. Un sonido glorioso.

Música, música… oh mi querida música.

Tan suntuosa y liberal.

Déjenme acompañarla.

Sentir a través de ella la sensibilidad humana.

Que me abrume. Que me abrace. Que me acaricie. Que me haga suya

Ser todo y a la vez nada.

Porque está ahí siempre que la busco.

Y me entiende y me consuela.

Aunque no la piense, se desborda de mi corazón.

Nada, porque es dejar de ser.

Vaciarme, purificarme.

Ser todo y nada. Estar en una línea indeterminada.

Sin embargo, no puedo más que seguir escribiendo sobre mi “quiero”.

Pues si lo hago realidad, con lo que soy, mancharía esa claridad que arrebuja a la música.

Si llego a estar en ella, entonces mis colores la tornarían en algo completamente diferente.

Dejaría de ser música.

Por mi culpa.

Y sus oyentes quedarían tristes.

Con el corazón despedazado.

¿Cómo podría hacerles eso?

¿Cómo podría hacerme eso?

Mi propio hundimiento.

¿Quién me salvaría si la música no fuera música?

¿Quién me haría agradecer por significar vida?

¡Y vivir!

Así que continuaré sentada con las piernas cruzadas.

Escribiendo sobre mi quiero.

Estaré con el brazo.

Dirigiendo mi brazo hacia la música, rozando su principio y fin con las manos.

Con las yemas de mis dedos.

Música, música, música.

Etiquetas: música

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