A tu mente déjala fluir, invítala a volar.
Déjala sentarse en una quimera.
Ayúdala a dibujar la faz que te hace libre.
A no sentir vergüenza.
¡Quítate el corsé!
Eso es para otras.
Tú no necesitas moldear tu locura.
Ni estilizar tu pluma.
Tú no buscas un “amor de ahora”,
tú encuentras un amante “para luego”
que alumbre la duda. Tu duda.
Tú no quieres alcanzar techos de insensatez
coloreando la cordura.
Porque desprecias regalos de sabios,
adornados con desdén.
Porque tú en la maquinaria de imposturas,
seduces licencias para desahuciar al “rebaño”
que se adentra en lo acertado.
Palabras de humo y cerrojos de voluntad.
Porque tú no buscas la belleza mágica del pensamiento.
Porque tú eres embrujo sin magia, sin alquimia…
Tú eres la voz escondida que se cansó de callar.
Ana Lesman
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