En el mundo de lo abstracto, Imago corre de un lado a otro. Acaba de venir del mundo de lo concreto, al que ha ido para conseguir una taza, agua caliente, una pluma y varios folios. Con un simple movimiento de zarpa, abre una brecha en el espacio y, a través de ella, accede a una estancia diáfana.
Con el agua caliente, Imago se prepara una infusión de materia oscura. Utiliza el cálamo de la pluma para removerla. A través del líquido en movimiento, puede observar diversas escenas del mundo de lo concreto. Para hacer tiempo mientras su bebida se enfría, decide apuntarlas todas. Con el cálamo de la pluma impregnado de materia oscura, escribe en esperanto un título en el margen superior del primero de sus folios.
Kelkaj porcioj de la konkreta
La diferencia de tamaño entre el tardígrado y el bebé mamut huérfano no les impidió convertirse en familia. La diferencia de longevidad, tampoco.
Después de sentir un breve e intenso calor en su pequeño cuerpo metálico, la bala salió del cañón. Gracias a la fricción con el aire, no pasó frío una vez fuera. Justo cuando más estaba disfrutando de su vuelo, se quedó incrustada en una pared. Esa pared era blanda y estaba húmeda por dentro, y se derrumbó cuando la bala impactó contra ella.
El meteorito va directo hacia la Tierra, dispuesto a darle una muerte digna. Pero la atmósfera tiene otros planes.
Érase una vez un prolífico y creativo escritor. Siglos después, sus libros se emplearon para legitimar matanzas.
La gotita de lluvia estaba impaciente por precipitarse de su cumulonimbo. Quería alimentar los pulmones de la Tierra y convertirse en fuente de vida. Las nubes negras con las que se cruzó al caer la convirtieron en lo contrario.
—Compro sonrisas. Ofrezco cien mil euros.
Sin dudarlo, el vendedor aceptó la jugosa oferta de aquella desconocida. Esta le entregó el dinero y, acto seguido, con una vara de hierro, le destrozó los pómulos, le desencajó la mandíbula y le partió la frente. Y entonces sonrió.
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