Paciente principio

Paciente principio

Ocampo Vargas

26/02/2019

Con pasos vacilados, Irvin caminaba entre los pasillos. Había logrado entrar al edificio blanco y puro, en donde pocos habían pasado, parece solo pasado. Las puertas se desplazaban a cientos y cientos. Irvin creyó que debían ser en realidad millones. Iba abriendo una por una, cada puerta, buscando, escudriñando en cada rincón, pero sin lograr encontrar lo que buscaba. Continuaba con la misma labor en repetición, una y otra vez, una y otra vez, abriendo y cerrando. Aveces con la fuerza del enojo, otras con suavidad decepcionante, mas no con la idea de rendirse. Hasta que llego el momento esperado. Abrió la puerta. El sujeto levanto la vista, Irvin quedo anonadado y al mismo tiempo fascinado.

—Hola—saludo Irvin amablemente.

—Hola—hablo el sujeto.

—Te había estado buscando—dijo Irvin, acercándose lentamente—¿alguien más te ha encontrado ya?

—Sí, varias veces, algunos solo me vieron, otros desaparecieron.

—Bueno, pues yo me quedare contigo, aunque sea solo por un breve instante.

—Me parece bien.

—¿Ya te pusieron un nombre?

—Creó, pero ya lo olvide.

—De acuerdo, entonces, desde ahora te pondré…Gleick. Así te conocerá el mundo desde ahora.

—Bien.

—Vamos, tienes mucho que contarme.

Gleick paso buenos momentos con Irvin. Siempre sentados a la orilla del océano. Gleick le platico de su vida, algunos secretos y le enseño a Irvin todo lo que debía saber. Irvin mientras lo escuchaba atentamente garabateaba en su cuadernillo.

Irvin pronto se había enamorado profundamente de Gleick.

Entonces llego la despedida. Gleick tuvo que regresar a su zona, de nuevo a la habitación vacía. Había más secretos que no le había contado a Irvin, por lo que esperaría a que alguien más llegara de nuevo.

Irvin, en cambio, había vuelto a la edificación para encontrar más sujetos de quien enamorarse, pero jamas olvidaría que el principio de todo había sido gracias a su amor por el descubrimiento.

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