Dante tiene su suéter favorito, nunca desde que lo consiguió trató a otra prenda de la misma manera.

Dante padece de trastorno obsesivo-compulsivo. No deja de inventar rituales innecesarios y cada vez más ridículos. Él lo sabe, pero son más fuertes que él.

En realidad es su zona de confort. Él sabe todo esto, por eso lo digo. Lo tiene hablado todo con sus terapeutas; si terapeutas, en plural, es un tipo que necesita más ayuda que el promedio, es capaz de hacer lo que se propone, pero sus… asuntos, por decirles de alguna manera, son paralizantes.

Por ejemplo: ahora está en pleno ataque de pánico porque siente que no llega a lavar su suéter. Hoy se ve con alguien, no sabe qué decir o qué hacer y se está preocupando por la prenda más que nada para evitar pensar en su salida. Todo va a estar bien, y si no se centra en su salida, va a estar calmado. Si solo se concentra en su problema con el suéter, el drama social no lo va a agobiar. Él elige con qué hacerse problemas para aliviar otros, por feo que suene.

Es típico de Dante, evita sus problemas generando otros con los que distraerse.

Lo más particular de él es que es un concepto.

¿Un concepto?, se preguntarán. Dante es una idea colectiva, todos lo conocen al principio y al fin de su vida.

No entiendo bien cuándo ni cómo me supe esto. Cuando me di cuenta, parecía que lo sabía desde el principio, pero había obviado este conocimiento.

Está en todos lados y en uno al mismo tiempo, me visita seguido. Él no se molesta en decir a qué se dedica. Los otros no dejan rastros; él, sin embargo, pide turno por teléfono.

De todos los conceptos, es el único que no se molesta en vivir una vida mortal. Dice que entendernos en lo terrenal es parte de su trabajo.

Parte de que este concepto sea tan interesante es que tengo que tratarlo como a un paciente normal, pero sin olvidar que es inmortal, y seguir consciente de que es omnipotente. Sé que sabe infinitamente más cosas que yo. Aun así, hablo con él como lo haría con cualquier otro humano.

A veces pienso que este paciente me está volviendo loco, hay momentos en los que siento que se está haciendo pasar por algo que no es. En una ocasión ya no supe si realmente esto era así, pensé que debería intentarlo, pero creo que sintió mi duda, en ese momento desplegó su amplio conocimiento y sabiduría, que no espere que salieran de él y me demostró que claramente no estaba tratando con una mente común y corriente, me trascendía completamente.

Cuando llegó usaba una túnica que lo cubría entero, con el tiempo se fue adaptando, es como tratar con alguien que no entiende cómo vivir en sociedad. Me recuerda mucho a las personas con ansiedad social y generalizada, rasgos asociales y, a veces, antisociales.

Si nos salíamos de estos temas, más terrenales y de las prácticas para trabajar su socialización, quedaba maravillado, me atrevería a decir hasta embelesado, por lo que me contaba. Pero cuando volvíamos a lo social, me daba cuenta de que no tenía la más mínima experiencia en esto, es como tratar a otro paciente con los padecimientos que describí anteriormente.

Él dice que soy su guía en este camino por la vida y la mortalidad.

Realmente no gana bien en su trabajo como humano, pero estoy seguro de que lo voy a seguir viendo, no sé hasta cuándo.

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