Cómo saldrán nuestros hijos, realmente una interrogante que merodea mi cabeza en los ocasos profundos de insomnio, trae una calma enorme al tener la certeza de cómo serán. Tus rizos esponjosos, perfil recto y sutil, piel blanca, pausas preciosas y dulce presencia son perfecto juego con mi mandíbula definida, cuello largo esculpido, piel morena y carácter seguro. Ambos compartimos pestañas enormes, serán sin duda su mejor arma de seducción. La libertad con la que te mueves por los callejones les darán la mejor seguridad para las anécdotas de ancianos. Cuán altos serán, tus habilidades humanistas y libres de sesgos aún teniéndolos cerca, se harán presentes contrastando con mis habilidades científicas y organizadas, serán tan artistas como el aire que dejamos cada vez que nos besamos. Las fiestas patrias resonarán en el subconsciente infantil más que la navidad, porque las cuecas familiares serán hermosas como pandero y vino tinto. Así y sólo así serán perfectos bajo nuestro cuidado y amados con todo el corazón. Tanto es el amor que no recordaba que un espermatozoide no puede fecundar a otro.

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