Trabajaste toda la semana,
a golpes, dolores en la espalda,
tomaste lo que te pertenecía,
y lo cambiaste por lo que creías
que necesitabas.
Lo pintaste con la pintura más cara,
inodora y sin obsolecencia,
lo envolviste como a tu independencia,
lo dejaste para que lo encontrara.
Quemaba cual fuego y brillaba cual sol,
hecho vapor, se me metió en el pecho,
le dio a mi columna la forma de vos,
me convertí en un humano maltrecho.
Todo este circo por moldearme a tu amor,
recién comprado, lujoso y brillante,
fundí mis pies en mi oculto temor.
Ordenar para salir adelante.
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