Mi historia en las frias calles de Riobamba

En las calles adoquinadas de Riobamba, donde el viento acaricia suavemente las montañas que rodean la ciudad, vivía Felipe. Estudiante universitario, se encontraba en la encrucijada de terminar su educación y adentrarse en el mundo adulto. Sin embargo, su vida cambió radicalmente cuando conoció a Maritza.

Maritza, una figura enigmática y cautivadora, entró en la vida de Felipe como un huracán, agitando sus emociones y desafiando sus creencias. Presentada por casualidad como la cuñada de su prima, su encuentro fue como una chispa en medio de la oscuridad. A pesar de las circunstancias poco favorables, comenzaron a hablar, a compartir sus historias y sus sueños.

El destino los unió en un momento crucial para Maritza, cuando luchaba contra el COVID-19. A través de las palabras reconfortantes de Felipe y su apoyo inquebrantable, ella encontró la fuerza para enfrentar la enfermedad con valentía. Y así, en medio de la adversidad, nació una conexión profunda entre ellos.

A medida que pasaban los días, Felipe se encontraba cada vez más atraído por la esencia única de Maritza. Cada risa compartida, cada mirada significativa, lo llevaba más y más cerca del abismo del amor. Incluso juntos, asistían a la iglesia, encontrando consuelo y esperanza en su fe compartida.

Sin embargo, el destino, caprichoso y cruel, guardaba un giro inesperado para esta historia. Cuando Felipe finalmente reunió el coraje para declarar sus sentimientos hacia Maritza, sus palabras fueron recibidas con un silencio pesado. Con el corazón en la mano, ella le confesó que lo veía solo como un hermano, rompiendo así las frágiles esperanzas de Felipe en mil pedazos.

A pesar del dolor y la desilusión, Felipe comprendió que el amor a menudo es un viaje lleno de giros y vueltas inesperadas. A través de su experiencia con Maritza, aprendió que la vida puede ser tanto hermosa como cruel, y que el amor, a veces, puede ser un misterio indescifrable.

Así, en las calles adoquinadas de Riobamba, la historia de Felipe y Maritza se convirtió en un capítulo perdido en el libro infinito de las relaciones humanas, donde el amor y el dolor se entrelazan en un baile eterno.