Gotita de Luna (cap 1)

Gotita de Luna (cap 1)

Deina636

02/01/2024

Mira, la verdad no sé cómo comenzar.

Es muy fuerte y tal vez no me vayas a creer, y si digo algo que te ofenda, en serio disculpame, pero estoy hablando desde mi experiencia.

Soy Itayetzi, una mujer desgraciadamente mexicana y con mucha mala suerte.

Vengo de un orfanato religioso. Las hermanas siempre me decían que me abandonaron en las puertas de una iglesia cuando tenía 2 años de edad.

En ese lugar no existía el amor a nadie más que no fuera a dios, es el lugar más asqueroso e hipócrita que he conocido en mi vida.

Crecí con constantes golpes y regaños de parte de mis mayores, ahí te disciplinan con mano dura, te obligan a creer y amar al dios todopoderoso y omnipotente.

Tengo que admitir que aunque me inculcaron esa religión desde muy pequeña, hasta el día de hoy odio con todo mi corazón a ese supuesto “dios” que según nos guía, perdona y ama a todos por igual.

Pues el pinche viejo nunca me escuchó, nunca me ayudó cuando lo necesitaba, me dejó sufrir y casi morir. No hizo nada por mí.

Que según dios le da sus mejores batallas a sus mejores guerreros, MAMADAS! que manera de disfrazar el abandono que te hizo ese hijo de perra con esa frase.

Bueno, volvamos.

que si tenía amigos? pues, en ese lugar hablaba con una sombra que dormía en el rincón de mi habitación, con una mujer que parecía que la habían quemado, con un hombre semi decapitado que se encontraba en el patio del orfanato, una niña que siempre lloraba en los baños entre otros.

Yo siempre les hablaba pero ellos me ignoraban y me miraban con terror.

Aunque ahora que lo pienso, ¿no debería ser al revez? yo debí de tenerles miedo, pero tal vez la falta de amigos de mi edad y vivos principalmente, me hacía perder el miedo hacia ellos y quería conocerlos, saber por qué estaban ahí, pero como dije, ellos nunca me hacían caso.

En ese tiempo yo tenía 6 años y no entendía ¿por qué yo sí podía verlos? y los demás niños del orfanato no.

Un día mientras exploraba los extraños escondites del orfanato, me encontré con un hombre alto y delgado que parecía que le habían pintado la piel con pintura azul. Parecía asustado pues estaba de cuclillas abrazando sus piernas y mirando hacia el piso mientras sollozaba.

Ita: Disculpe, ¿Se encuentra bien?

me acerqué curiosa hacia el hombre y mire que de su pecho salía mucha sangre

Ita: está perdido? lo puedo ayudar?

Me puse de cuclillas pero de repente él se levantó, dejando ver como en su pecho tenía un gran hueco, donde se podía apreciar que le habían sacado el corazón, lo que más me sorprendía es que solo tenía un taparrabos y presentaba heridas como si lo hubieran atado de pies y manos.

Él al mirarme detenidamente, pareciera haberse sorprendido de algo y después hizo un reverencia de admiración, poniendo su frente en el sueño y sus brazos extendidos hacia enfrente. Sin saber que estaba haciendo, me emocioné, pues él no huía de mí, de repente escuche unos pasos detrás de mí, seguido de una voz aguda pero suave.

+: oye Ita, ¿qué estás haciendo?

solo había escuchado la voz de una niña detrás de mí que preguntaba con un tono entre asustada y confundida

Ita: estoy hablando con un hombre que tiene un hueco en el pecho, creo que es de la época donde hacían sacrifici-

Voltee Llena de emoción hacia la niña que me había hablado, pues creí que al fin iba hacer una amiga, que al fin alguien no me tenía miedo y que me creía.

Pero al voltearla a ver, la Madre Superior estaba detrás de la niña mirándome con mucha rabia e ira.

+: ve Madre, no le decía mentiras, ella se la pasa mintiendo y asustando a todos los niños en el orfanato.

Ita: No madre, no estoy mintiendo, en serio digo la verdad Madre, por favor.!

La madre superior me tomó del cabello y me empezó a arrastrar entre los pasillos del orfanato hasta llevarme a un baño

Ita: no Madre, me duele, por favor, se lo ruego, no me pegue!

no podía controlar mi llanto, estaba muy desesperada y asustada

al llegar al baño, me desvistió y luego me empujó

Ita: NO, NO, PORFAVOR NO OTRA VEZ!!!

Mi cuerpo temblaba, pues ya sabía que era lo que iba a pasar. trataba de resistirme, de agarrar mi ropa fuerte para que no me la quitara, pero era inutil, no fue hasta que me dio una cachetada tan fuerte que me dejó en shock.

Ella aprovechó de agarrar el cable de una radio, tomarlo como si fuera un cinturón, me hizo que le diera la espalda para comenzar a azotarlo en mi espalda.

Y como siempre me pegó hasta que me quedara sin voz de tanto gritar y llorar, y en parte, hasta satisfacer ese placer que sentía al torturarme.

Madre: aquí no queremos la presencia de Satán, esta es la casa de Dios!

la maldita se acercaba a la tina agarraba agua fría con un bote y me la aventaba

Madre: así que purificate maldito demonio.

Que perra verdad? ja, pero lo peor empezó a mis 9 años, fue a la edad donde los obispos comenzaron a abusar de mí, parecía que se turnaban para tenerme y torturarme.

La madre superior sabía y no hacía nada, yo le suplique entre lágrimas que hiciera algo y solo me miraba con odio y repugnancia.

No dudo que todos en el lugar sabían y nadie hacía nada.

Pasaron 5 años y las cosas seguían igual, ya me había acostumbrado a las cosas, pero que me haya acostumbrado no significaba que me gustaba.

Una noche llegó un obispo ebrio a mi habitación mientras yo dormía, me cubrió la boca.

X: Hola Ita, no vayas a gritar, soy yo, preciosa.

Dijo con una voz de pervertido y babeado como estúpido, al parecer se estaba imaginando todo lo que me iba a hacer.

Me cargó y me sacó del orfanato, me llevó a una casa vieja, me ató a una cama y abusó de mí. Era muy brusco, me ahorcaba por diversión y me abofeteaba.

Al día siguiente él se levantó, se cambió y se fue, ahí me dejó atada y no me dejó nada de comer.

Desesperada trate de desatarme, pero no podía, la soga estaba muy apretada, mis muñecas estaban muy lastimadas, estaba desnuda, tenía frío y no podía dejar de llorar.

Ita: ¡¡¡DIOS!!!, ¡¡¡POR QUE NO ME LLEVAS DE UNA VEZ!!! ¡POR FAVOR, TE LO SUPLICO!

Gritaba con desesperación mientras sin darme cuenta mi orina salía mojando el colchón y mi piel.

Pasaron las horas, y al caer la noche el obispo llegó a casa, al entrar a la habitación me levanto de un grito

X: Pero ¿qué hiciste?, ¿te orinaste en la cama? Maldita niña asquerosa

Se acercó a mí, me desató y yo sin energías y mis muñecas lastimadas, no hice nada. El hombre me cargó hasta el baño y me puso en la tina mientras, le abría al agua, y mientras se llenaba, él me dio la espalda enojado y se empezó a quitar la ropa.

En ese momento sentí como si alguien me susurraba al oído y decía:

…: Toma el jabón… y tíralo despacio a los pies de él.

La voz era tranquila, dulce de una mujer adulta.

Y sin pensarlo hice lo que me había dicho, tomé el jabón, acerqué mi mano al piso y lo deslice.

Mientras que él se quitaba los calcetines, por accidente pisó el jabón.

Fue muy rápido la manera que este resbaló y golpeó su cabeza en el lavamanos. Cuando el hombre cayó al suelo miré que en la esquina del lavamanos había sangre, lo volteé a ver y no se movía y solo se estaba empezando a hacer un charco de sangre.

En ese momento sentí mi mente en blanco, era como si no entendiera lo que acababa de pasar, y sin pensar comencé a sumergirme en el agua, empecé a soltar el aire que tenía en mis pulmones.

Solo miraba como las burbujas subían, mi cuerpo no tenía ganas de irse a la superficie, estaba demasiado cansado para al menos intentarlo. Ahí me sentía cómoda, no quería salir.

Ita: «Dios, perdóname y recíbeme con mucho amor allá en el cielo»

Ya me había rendido, ya no quería vivir. ¿Para qué?

Para que me encuentren en la calle y me regresen al orfanato? al mismo infierno.

No gracias.

Cuándo por fin sentía que me estaba empezando a quedar dormida, una silueta apareció enfrente mío y me sacó de la tina.

…: Como le pides que te reciba en el cielo si el suicidio es un pecado. Que no lo sabes?

Me dijo un hombre con las escleras e iris tan oscuras, que al momento de verlo fijamente a los ojos, sentías que te atrapaba y hundia a lo más profundo del océano, sus pupilas eran brillantes como el oro mismo, era como encontrar una luz dorada entre la oscuridad de ese gran océano.

Sus dientes y orejas eran puntiagudas como las estalactitas de una hermosa pero peligrosa cueva y su cabello, tan oscuro como una noche sin estrellas y sin luna.

Claro que en ese tiempo era una niña y no lo miraba como lo acabo de describir, Pero si sabia que era la persona más atractiva que había visto en mi corta vida.

En cuanto lo vi creí que era un ser divino enviado a llevarme al paraíso.

Ita: D-Dios?

…: No me compares con porquería.

El hombre suspiró, tomó una toalla y cubrió mi maltratada piel desnuda, me llevó a la cama y buscó mi ropa para después darmela

…: vístete

Dijo sin expresión, frío e intimidante

Ita: no quiero

…: y que vas hacer? Otra vez tratar de seguir hablando con un «dios» que nunca te va a escuchar ni ayudar? A quitarte la vida para que la basura de tu «dios» te prohíba la entrada a los cielos, sin ningún perdón divino.?

Me volteó a ver y guardó silencio cuándo miró que estaba a punto de romper en llanto

…: nos vamos

Se acercó a mí, empezó a secarme y cambiarme por completo

Ita: «quién será él? será igual que el obispo? También me secuestrará para hacerme lo mismo?»

Pensé sin resistirme, pues estaba muy cansada y débil para hacer algo, además, que puede hacer una niña de 11 años ante un hombre adulto?

…: Dime «Bel», no soy igual que el hombre muerto en el baño. Y no te voy a secuestrar ni hacer nada de lo que él te hizo. Vengo a ponerte a salvo, cuidaré de ti hasta que tu padre me lo permita

Era mucha información para procesar, y más para una niña de 14 años, cómo supo lo que estaba pensando? ¿Lee mentes? o simplemente es muy inteligente? Y dijo… Mi papá?! Quién es mi papá? ¿De dónde salió «Bel»? ¿A dónde me va a llevar?!

Bel: por qué no te asustaste con mi apariencia?

Ita: Eh? Ah, pues.. Me gusta…

Bel: No te doy miedo?

Ita: no, conozco monstruos que tienen apariencia normal y esos dan mas miedo

Bel: estás hablando de los cerdos que abusaron de ti?

sin contestar solo comencé a llorar, pues volví a pensar en todo lo que había pasado

Ita: Bel, no quiero volver, no me lleves allá otra vez. por favor, no quiero, por favor NO QUIERO

y sin decir nada, solo me abrazó y empezó a acariciar mi cabello.

Se me hizo muy raro, pues no transmitía calor, sus manos estaban tan heladas como las de un cadáver y no sentía que un corazón latiese dentro de su pecho.

Bel: tranquila, yo voy a protegerte. Y le arrancaré la cabeza al que solo piense en hacerte daño. Ahora.. Duerme.

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