Voy a hacer lo que pueda con lo que tenga.

Le hago caso a lo que siento porque es lo más real que tengo. Hay días en los que pienso que soy restos de personas y, cuando eso pasa, lucho por encontrar algo de mí. Me gusta pelear y enfrentar(me). Constantemente me enfoco en el bienestar de los demás, atrapado en la premisa de que uno da lo que es, que uno debe de dar lo mejor de sí sin esperar algo a cambio e inclusive darle a alguien lo que algún día me hizo falta a mí.

Por algún motivo tengo el presentimiento de que las palabras no serán suficientes, pero si de algo estoy orgulloso es que en el fondo de mi corazón no me arrepiento de sentir tanto. El sentir ha sido la causa de mis alegrías, pero también el causante de mis miedos y malestares más obscuros. He de reconocer que lo que pasó tenía que pasar para que pasara lo que está pasando y con ello, poder entender que debo alejarme de todo lo que me aleja de mí. ¿Cuántas veces tuve que llegar a mi límite para darme cuenta de que mi mente y alma gritaban por ayuda? Para ser honesto, perdí la cuenta.

Todo lo que necesito ya existe en mí, esas fueron las palabras de Rupi Kaur que resonaron en lo más profundo de mi ser. 

Existen algunas preguntas que me llevaron a reflexionar sobre mí y mi sentir en los últimos meses, las cuales son: 
¿Qué cosas me han hecho dudar o pensar que soy insuficiente?

¿Qué sería de la vida si no hubieran situaciones límite que nos motiven al cambio?

Me siento culpable por no haber notado que necesitaba ayuda y enfocar mi atención en las demás personas, en sus necesidades, heridas, preocupaciones, etc. Culpable por dar muchas veces hasta lo que no tenía y no dármelo a mí. Por escuchar, apapachar, aconsejar, querer, abrazar y amar cuando no me amaba ni a mí. Qué duro y qué terrible.

¿Cómo puede ser posible que no te lo puedas dar a ti o no reconozcas que tu vas primero que los demás? ¿Por qué?

¿Por qué te sentirías culpable de no haberte dado cuenta en ese momento que tu cuerpo, mente y alma pedían ayuda? Hiciste lo mejor que pudiste en ese momento con las herramientas que tuviste. Quizá no como esperabas, pero supiste salir adelante. No te mortifiques ni reprimas por el pasado, porque ya no existe.

Quiero aclarar que la siguiente imagen me llamó la atención porque en las líneas me gustaría poner todo lo que he sentido o pensado alguna vez, porque también representan mi autenticidad. No significa que haya pensado lo que está descrito en la imagen, me gustaría tomar esa imagen de base para yo poner mis emociones.