Se abrieron las puertas del último piso del infierno, a punto de sacar su cuaderno, lucifer más conocido como satanás dijo que lo soltara.
Y se abrieron las puertas.
«Todo es oscuridad» mencionó el demonio
«Tu creés en una deidad?» Dijo lucifer.
Cada vez lucifer se acercaba al demonio con su mano estrechada, el demonio asustado por la situación se quedó en la entrada
«No tengas miedo, hijo mio»
Lucifer invita al demonio a jugar ajedrez mientras hablan tranquilamente hasta que lucifer saca el tema de las poesías que escribe el demonio.
– ¿Por qué eres tan terco por ese angel que no te mira?
– no sabría explicarte, padre, pero desde el primer día que mire al cielo mi corazón la admira, es algo tan inexplicable ese sentimiento, pero ya mi corazón siente que la olvida…
Cada vez ambos se acercaban más y parecían tener cierta similitud con las cosas que les pasaban.
– yo también amé, hijo, pero no todo lo que amas lo tienes, yo también sentia que ella me pensaba aunque no todo lo que tienes se sostiene.
¿Por qué le sigues escribiendo poemas si sabés que nunca regresará a tí?
– porque cada vez que pienso en ella mi corazón se detiene, aún tengo fé en ser su idóneo que ella tanto quiere…
– ¿Por qué tratas de ser la persona ideal para ella? ¿No ves la manada de demonios que mueren por ti?
– lo veo pero yo solo muero por esa bella, por esa estrella que cada vez más en mi pobre corazón poético me atropella, porque solo quiero ser aquella persona que pueda confiar en mi.
– hijo mío ¿Por qué haces esto? Te sigues humillando por alguien que no te quiere, sabes perfectamente que ella mira a otro ser, a otro ángel, y tu llorando por ella.
¿Por qué la dejaste ir?
– no la dejé ir lucifer, la hacía pecar, aunque me dejó pensando tantas cosas que al final no le pude responder, no le pude explicar, ambos nos hacíamos provocar, con esa mirada picara que hacía destacar su rostro.
– eres ingenuo hijo mío, ella se fue para conocer más personas y no sentirse ahogada con las estupideces que le escribías, amaste de más, pero no lo supiste aplicar, se sentía obligada a amarte por las cosas que le decías.
– ¿Que?
-disculpa por lo que te estoy diciendo pero es la verdad, no quieres ver la realidad.
el demonio frustrado y dolido vuela cada vez más rompiendo los suelos del infierno, agarra su cuaderno y sigue volando, buscando hallar su amor, su angel que tanto anhela su clamor a volver.
y el demonio llegó a la superficie de la tierra, desde lejos vé a Jesús, quiere hablarle para saber si le puede ayudar, pero cada segundo que pasa piensa en hablarle, tiene miedo a que lo vuelvan a juzgar.
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