Una mirada tranquila 

un desierto de flores, 

una voz que no grita 

un murmullo de oraciones.

_

¿No ves su sonrisa? 

Está presente en el eco, 

en la lluvia, en la brisa.

_

Fuego de dorados 

cabellos danzantes, 

jugueteos de silfos 

entre los bosques oscilantes.

_

Ovejas cósmicas galopantes 

que riegan su llanto 

en el suelo de incendio agonizante.

_

Es la vida 

paloma blanca amante, 

es la vida 

eremita, humilde caminante.

_

Tus oídos son 

el vientre de la tierra, 

tú boca es mi alma 

que se queja.

_

Tus sueños son las nubes 

que no piensan, 

y tu cerebro 

es el niño que juega.

_

Cascada de luciérnagas 

en noche de luna,

joyero de almas, 

cofre de espuma.

_

Manto de seda de esmeralda, 

cojines de paciencia terca, 

sangre de la tierra enamorada, 

perfume de besadas doncellas.

_

Es la vida 

paloma blanca amante, 

es la vida 

eremita, humilde caminante.

_

Rostro de papel 

arrugado por el tiempo,

carita de miel 

guardado en un anhelo.

_

Mendigo que limosna 

un segundo para vivir, 

millonario que con una moneda 

es completamente feliz.

_

Garganta de trueno 

entre las montañas virginales, 

solemne cortejo 

del cóndor vigilante.

_

Arrepentidas olas 

que coquetean con mis huellas, 

misteriosas gaviotas 

que suspiran trompetas.

_

Gloriosa llama 

que enciende mi mirada; 

lazarillo que me acompaña 

en esta nueva jornada.

_

Es la vida 

paloma blanca amante, 

es la vida 

eremita, humilde caminante.

Etiquetas: poema verso libre vida

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