Décima para mi padre 
Tus manos cargan los años,
del tiempo que tu has vivido,
del tiempo que tu has sufrido,
de aquellos tiempo de antaño.
Sabes, yo también te extraño,
aunque no se note mucho,
al igual que ti, ¡yo lucho!
como tu lo puedes ver,
copio mucho tu saber,
en mis pasos yo te escucho.
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Parece que no sintieras
por tu seria autoridad,
pero ahora con la edad
llorarías si pudieras.
Llorarías si supieras,
si supieras llorarías,
y una lágrima sería,
más que todo el mar del mundo;
el abismo más profundo
tu lágrima llenaría.
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