“Telera” (Parte I)

“Dedicado a quien cambió

La forma de ver las cosas

Para el día presente

27 de agosto del 2023”

Martin era un joven normal de piel un poco oscura, ojos marrones intensos debajo de una prominentes cejas las cuales delineaba de mala manera. Presentaba una estatura normal, aunque bajo el promedio, en palabras sencillas era un persona normal que no lograba resaltar mucho en su día a día.

Martín un día 12 de noviembre comenzó a desarrollarse en un empleo de medio tiempo el cual consistía en preparar todos los días el mismo platillo y mantuvo esta rutina durante 2 o 3 meses, sin chistar aguantando por la necesidad monetaria. Sin embargo, un día sin previo aviso su forma de ver el empleo cambiaría.

Un día de marzo en la mañana se levantó, al igual que todos los otros días los cual tenía que acudir a preparar ese platillo que ya realmente odiaba, pero aun así se presentaba frente al restaurant cuantiosas horas antes de su entrada. Al llegar al establecimiento se queda fuera de este esperando que llegara su hora en un pequeño banquito que improviso de un fierro que se encontraba a las afueras.

Ese mismo día él miraba su reloj impaciente, sin saber que siendo las 13:00 horas su paisaje cambiaría completamente, frente a sus ojos se posó lo que él denominó un ángel, simplemente era inefable para él señalar que le agrado más si la pequeña sonrisa que le había regalado el ángel o el brillo de sus ojos, los cuales podrían iluminar las vegas o eso pensó él. Su mente se fue en un transe en tan solo un segundo que sus almas se encontraron pues ambos emitieron caminos diferentes. Sin embargo unas horas después; 3 horas para ser exactos. Martín sabía cuantos segundos habían pasado pues estaba tomando el tiempo en el que ese brillo se desvaneciera en su memoria sin dejar rastro, pero el destino tenía preparado algo distinto para él.

Eran ya las 16 horas, Martín tocó a la puerta de entrada de trabajadores al restaurant donde se desempeñaba aún encandilado y un poco mareado de pensar en lo que habían presenciado sus ojos, las palabras con las que definió este suceso en su mente eran las siguientes: “Es como mirar el sol de frente”, pensaba esto puesto que al cerrar sus ojos su imagen seguía ahí presente en cada movimiento que él efectuaba. Tanto era así que al momento de abrir los ojos tras escuchar el cerrojo de la puerta, pensó que han estaba soñando despierto pues la misma mujer la cual él denominó un ángel se encontraba frente a él, aunque no pudo observar su sonrisa que tanto lo cautivo, pudo observar esos ojos que eran luz para Martín. En ese momento, justo en ese momento Martin se detiene a pensar un momento en lo sucedido y decide leer el nombre de la persona que lo recibió el cual se encontraba en un pequeña plaquita en su ropa, su nombre era “Paola”, la cual era una mujer de piel morena, con una estatura de al menos 1.50 metros y unos ojos que brillaban en las lúgubres cocinas de este restaurante.

Sin embargo, ese día ese mismo día en el cual ocurre el suceso que cambiaría la forma de ver las cosas para Martín, el contacto que ocurre entre ellos fue ínfimo, aunque para él fue una eternidad, pues en su mente se había parado el momento en que sus miradas se cruzaron. Fue así como comenzó esto que tal vez solo esta en la mente y en el corazón de Martín, quien lo sabe, pues hasta el día de hoy los eventos siguen sucediendo, algunos que lo vuelven loco, otros que lo alejan, se han ido conociendo o desconociendo, todo depende del avanzar de los días, de las personas que se van integrando a la turbulenta imaginación de Martín donde cada segundo que corre en su reloj vuelve a recordar este momento, sin embargo unos meses más adelante ocurre un suceso que irá cambiando todo que llevará a Martin a ignorar lo que siente y verse envuelto en muchos eventos que cambiarán nuevamente su paisaje.

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