‘Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise…’
El autor acepta la ausencia de su amada. Hay resignación en sus palabras sin embargo no puede evitar recordarla y extrañarla, le duele profundamente esa ausencia. Hay resignación pero no olvido.
Los recuerdos y la melancolía lo invaden en sus intentos de querer superarla, extraña los momentos que vivió, las emociones que lo hizo sentir, lo feliz que era…
Ahora su vida se ha convertido en recuerdos. Y es el único lugar donde puede encontrarse con esa persona. Acepta que ya no siente lo mismo, ciertamente sus sentimientos han cambiado pero una vez más recuerda esos momentos de ilusión y amor profundo que sintió por aquella amada.
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