El sonar de las zapatillas acompañaba sus pasos, a su lado el silencio, en su mente una revolución. Muchos signos de interrogación se abrían simultáneamente, ¿Será este el camino correcto? La noche había impregnado la ciudad, caminó al siguiente farol, varias personas sin rostro se encontraban ahí. Tomó el transporte público, las luces parecían correr mientras ella permanecía inmóvil en el asiento de su vida. Llegó a casa, siguió la rutina nocturna, alimentó a su perro, le hizo algunas caricias por inercia ¿Habrá llegado a su verdadero hogar? ¿Existe tal lugar?… Siguen las preguntas. Se quedó dormida. Tal vez mañana podrá descubrir algunas respuestas.

Etiquetas: relato corto

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