el hombre que canta

el hombre que canta

sam

22/05/2023

Cuando el hombre canta, voltea sus ojos, los voltea de una forma que hace pensar que se le saldrán disparados de sus cuencas. Los mueve con tanta destreza que parece que además de ojos de cantor son bailarines retirados, estos tiemblan, parecen estar oxidados.

Los otros cuentan y asumen que se debe a que lo disfruta tanto que tiene que drenar su placer mediante otras partes de su cuerpo, pero a mí me parece que nos ha estado engañando a todos. Para mí que cuando el hombre canta y voltea sus ojos, estos están leyendo las notas y las letras de la canción que el hombre canta, le ayudan a ver dentro de su cerebro en qué parte de la canción decir ‘nena’ y qué nota se toca. Sus ojos se dan un paseo por las tiendas de discos (su pasillo favorito es el de rock argentino), se van al karaoke y a la ópera agarraditas de sus venas, para que siempre que vuelvan a su lugar, lleguen cada vez con más aires de sabios, y para suministrarle a su portador, el hombre que canta, más conocimientos.
Cuando el hombre canta sus ojos se van de paseo y no regresan hasta que se cante la última estrofa.

Eso me pone a pensar que son ellos los que le hacen saberse las canciones que le son pedidas. Buscan dentro de su archivo de sangre cada canción existente o que la gente pueda solicitar, de la boca del hombre que canta pocas veces se ha oído un ‘perdón, no me la sé’, se dice por ahí que hace años lo dijo pero la depresión en la que cayó después fue tal, que no deja que se lo recuerden.

Cuando el hombre canta, todos lo miran, pero él no se percata. Y cuando eleva su voz, los ojitos de todos se inundan de agua salada, algunos la dejan salir, otros la limpian antes de que alguien la note.

Quisiera saber cómo hace el hombre que canta para cantar con aquella desenvoltura tan suya, para tener la capacidad de pasar su voz por su diafragma, por su pecho, por su garganta hasta que llega a su cabeza; y todo eso con los ojos volteados.

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