La noche ya llegó, me trae en su cantar la hora de entrar y silenciar marcando ya la una, las estrellas arrullan a la tierra y la luna se calla para verme bailando en la silla de mi escritorio con el deterioro de mi ser y el gozo del silencio de la noche que me cuenta mudamente las crónicas de las noches que en soledad paso viendo silenciosamente cada rincón de este mundo. 
En el hermoso silencio que creaba la noche me iba sumergiendo y enamorando, las estrellas envidiosas ahora brillaban, solo adornando el magnífico silencio que los grillos pintan con su originalidad, mientras yo me pierdo más y más en el canto del silencio , tan pacífico, tan bellísimo, relajante y vacío… El vacío de la noche que desde que me encontró aquella vez tirado en el pasto dando mi alma al cielo y lágrimas a la tierra me entregó para no dejar mis lágrimas otra vez caer y todos los problemas desaparecer en el vacío de la noche que el silencio se los lleva sacándome un suspiro mientras te contemplo, mi hermosa noche estrellada que me regala el vacío silencioso de la paz que nunca tuve y hoy adoro. 
Tocan ya las dos y las estrellas aún observan , la noche aún me cuenta como es sentirse amado, la luna empieza a dormir ante tan bello silencio y yo vuelvo a escribir mis versos una vez más en el precioso silencio que existe en los campos de margaritas por donde la noche pasa a la una de la mañana para traerme su silencio y mil cosas que contar

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