Cosas que ya no quieres conversar

¿Cómo nos dejamos? Dices que no te expreso mi amor, mi amor que hace que me quede a tu lado a pesar del daño que me haces, si no te amara no volvería a casa aunque todo mi cuerpo tiemble al decidir sucumbir a mis necesidades de afecto. Casi siempre soy tan patética, deseo irme y ser fuerte, no necesitarte, pero me quiebro y lloro. Lloro en la calle como las personas tristes, no quiero estar en una banca llorando y temblando de frío porque no puedo irme cuando no debo quedarme. No quiero seguir preguntando si puedo irme a dormir a otro lugar para darte tu espacio cuando me lastimas ¿Por qué me tratas tan mal? ¿En serio piensas todas esas cosas que me dices y luego te arrepientes? Dices que ya no te hago sentir amado cuando doy todo lo que siento para volver a ti y quedarme, a pesar de que mi mente analiza todas las cosas que haces y dices ¿ Cómo abrazarte si me crees una mujer horrible? ¿Como hacemos el amor cuando piensas que estaría con cualquier persona que me dé un poco de atención? Me subestimas todo el tiempo, y dices que no te amo. Extraño tanto al hombre que me quería, que encontraba en mi tanta belleza e inteligencia, a veces quiero abrazarte pero algo me produce una pena enorme que carcome mi estómago. Tengo grabada en mi memoria esa caja de leche reventada en el suelo cuando explotaste de rabia y la arrojaste contra el cemento en la carretera. 

Tengo problemas, yo sé que tengo problemas. Me lamento todos los días cuando veo mi cuerpo flagelado, pero tú me amabas a pesar de eso. Antes decías que te daba pena escucharme vomitar o cuando te contaba sobre las adicciones de mis padres y mis genes propensos. Ahora me ves como una payasa triste que esperas tener sexo con ella porque a fin de cuentas está en tu casa, te pertenece. Lamento indignarte al no tener libido, pero no se produce el deseo y la pena al mismo tiempo de manera genuina. 

Todos los días me esfuerzo por cambiar, porque este día ojalá no me dominen los pensamientos que me empujan al suicidio. No quieres ver cuánto lo intento, cuánto intento mejorar para ser digna de ti y ya no consideres que soy una persona patética que no sabes por qué estás conmigo. Ojalá no me vieras como una carga, un problema. Ojalá tuviera la fuerza de voluntad para irme donde no vean un monstruo en mí. Pero ese lugar no existe, incluso si quisiera arrancar en todas partes estarán las voces de mi conciencia diciendo que no merezco algo mejor, que debería desaparecer, quizás así ya no sea un problema para todos.

Estoy cansada de querer morirme y verme como me ves, como los otros también me ven. Llena de heridas, lágrimas, rabia, grasa y sangre. Ya no quiero que me digas que me voy a matar o que debería hacerlo.  No quiero contarte que una vez me golpearon cuando quise tirarme a una autopista para que me digas que siempre cuento las mismas cosas. Ojalá volvieras a escucharme, consolarme, quizás así podría volver a… A nada, las cosas ya no volverán.