¿De qué vale que me susurres
en el oído?
Si a las palabras no le dan
el significado debido.
Vuelan con el primer soplido,
se pierden y llegan a otro individuo.
¿De qué vale que me cuentes la
verdad?
Si la realidad es una
ficción.
Muchos aparentan lo que no son
y todo se torna en una completa
confusión.
¿De qué vale que me des un beso?
Si yo ya no siento nada por
eso.
Y en el templo de mi cuerpo
Dejé que cualquiera escupa
adentro.
¿De qué vale que confíe en ti?
Si tú no eres la primera en
jurar quererme con pasión.
Mi amor, no vas a convencerme,
aunque tengas la razón.
Porque aprendí que el mejor
pintor
es la persona que dejó de creer
en el valor.
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