Hace algunas noches
Que no duermo, que mi mente viaja
Te persigue, te inventa y te busca.
Te recorro en mi habitación
A oscuras divago
Se me escapa una sonrisa, imagino tu voz
Dibujo en el aire tu mirada
Ese mirar que me cautiva, que me salva y me condena.
Esos ojos que me atrapan, tan profundos y tan tiernos
Parece que me sonríen, que me reconocen
Tu ceño fruncido, que te hace tan especial
Enmarca tu rostro, con esa mascara de dureza y fortaleza
Que llevas en tus días.
Conmigo no es precisa, yo te conozco natural
Tan noble y amoroso. Aunque te cuesta admitirlo.
Sigo con tu boca, esa boca que venero
Que idolatro y que es mi manantial infinito
De sabiduría y de placer,
Tu boca delicada, precisa que grita la verdad
Que lucha cada día por defender su ideal.
Esa boca que sueño, que anhelo. Tu boca.
Ahora recuerdo tu voz, melodiosa tonada
Que resuena en mi mente
Todo el tiempo, haciéndome ver
Haciéndome tomar conciencia
Y que en secreto a veces
Me grita también todo lo bello de tu vida en la mía.
No sé si detenerme, intentar dormir
O seguir deleitándome con tu ser
Sin quererlo se me escapa la imaginación
Voy armándote frente mío
Tus manos como las extraño
Artilugios de tu hacer diario,
Herramientas de tu inquebrantable ecuación.
Y a la vez precursoras de las más delicadas caricias
Que mi piel ha conocido,
Cierro los ojos y repaso
Tus manos sobre mí
En la más deliciosa armonía,
Mezcla de dulzura, pasión y amor.
La composición perfecta alberga tus manos
Cada que me toman, cada que me recorren.
Me rindo, es imposible conciliar el sueño
Si no es entre tus brazos.
Quise recordar tu aroma
Y no la encontré.
Di vueltas no pude recordarla
Ha huido, ya no la tengo.
Quizá ha ido a buscarte para traerte a mi lado
Espero que haya ido por ti
Y te traiga de vuelta al menos entre sueños,
Al menos a ratos.
Al menos algún instante…
Hace algunas noches que no duermo.
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