Diambulo cómo una completa desconocida entre la vida de los demás;
pronunciando mi nombre y reconociendo mi andar.
No tienen una idea de quien puedo ser en realidad.
Perciben mi presencia, pero lo que conocen es tan meramente fugaz, por no decir superficial.
Amigos que vienen y van, personas que me han tenido que odiar, no quiero ni pensar en papá y mamá.
No, no me gusta que me obliguen a hablar.
Pensar en amor me hace feliz.
Pretender que me parezco a ti nunca fue real.
Manipulo tu sentir para poder escapar.
Camino pisandome los pies para parecer torpe,
Mi escribir es un tanto revuelto,
la coherencia no es algo que mi boca pueda pronunciar,
ni mis manos escribir, ni mi cabeza pensar.
Ellos notan nada más que mi obsoleta presencia
sin percatarse de que soy tan sagaz.
Que ante mis ojos, mi buen problema de visión y mi gran tristeza, el mundo se ve tan realmente vivaz.
Que eso me hace sentir tanta paz.
Tan sólo su estúpida idealización de mi ser me repugna.
No le doy un sentido humanitario a todas las cosas, o personas.
Voy corriendo con el tiempo.
No esperare a que decidas si seguir mi paso, así que sólo mirame andar.
O sólo, tal vez todo esto es lo que quiero pensar.
Para que no veas la verdad oculta entre mis caprichos.
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