Parte 1:

La jornada comenzaba a las 7:00AM, y como era costumbre, ya se encontraba una hora antes despierto para arreglar su mochila con sus materiales para ir a trabajar. Sacaba su colación del refrigerador con una temperatura de apenas 10 grados a la mayor velocidad posible para evitar que algún insecto se metiera en su fruta de temporada, a la vez que ponía en disposición su botella de agua. Ya todo organizado y bien vestido con su uniforme bastante delgado y de color negro se disponía a salir por la puerta de madera evitando hacer ruido para no despertar a nadie, aún con media hora por delante para llegar a su trabajo.

Como él, eran muchos los trabajadores que salían de sus hogares por las mismas horas para descender por el cerro y trasladarse ya bien en las vagonetas públicas eléctricas o simplemente a pie a la empresa para poder llevar el alimento al hogar.

-Muy buenos días señor Raúl, por favor marque en la pantalla de registros y dirigase a su lugar.

Ya contaba con muchos años de experiencia, por eso mismo hace poco fue ascendido al puesto de capataz en la planta desanilizadora/mareomotriz de la ciudad, un lugar ya bien icónico por su almacénes de sal de 45 metros protegidos por metal, o sus boyas amarillas puestas en el oleaje marino para atrapar la energía de la naturaleza. El edificio principal estaba a la derecha del primer almacén y a pocos metros del mar, sus 3 pisos bien cristalizados y rodeados por un color azul decoraban la infraestructura ya bien muy moderna y conservada. Era cosa de caminar por los pasillos blancos del primer piso, llegar a la última puerta del corredor y acomodarse en la oficina compartida, 2 mesas para 2 personas con las pertenencias personales para hacer que el lugar sea acogedor.

-Lamentablemente este es el momento del día que más cómodo me siento en el trabajo, desde que el ventilador fue reemplazado no hay ningún lugar en este maldito lugar para no sentirse sofocado por el calor.

-Tienes razón- Le respondío Raúl a su compañero Bastian.- Con mi mujer siempre dormimos desnudos y destapados cuando cae la noche, es incómodo sentir tantos fluídos y transpiración, va a ser una estación muy larga.

Los 2 amigos iban saliendo del edificio para ir a los puentes colgantes del mar, los primeros obreros ya se estaban ordenando para recibir las ordenes, cada uno de ellos bien moreno y protegido con su uniforme negro del enemigo natural para ponerse a trabajar por el bien de la nación y los habitantes según las palabras del presidente.

-¡Muy bien caballeros!-Proninciaba Bastian- Desde hoy la jornada de trabajo ha sido disminuida por la llegada de la estación del verano, seguiremos haciendo el mismo trabajo de antes, seguiremos con los mismos grupos de 11 trabajadores cada uno. Al primero los quiero ver sacando el agua a través de las tuberias, al segundo los espero en la cámara de dulcenización, al tercero en la construcción de la gran tubería y al último en la habitación de observación électrica. ¡A moverse que no tenemos todo el día!, después los invito a una buena once como regalo.

Por su cabeza pasaba la idea de que al ver reducida su jornada lo mismo pasasé con sus ingresos, un tema para hablar con el jefe de la compañía; en paralelo por la mente de Raúl pasaba el por fin tener un tiempo para disfrutar con su familia en los bosques, el tiempo en que mejor se siente el cuerpo humano. Transcurridas 2 horas, y al por fin comenzar a bajar la marea y observar lo que antes solía ser llamado playa, la pareja de capataces descendio para caminar aprovechando que recién habían observado a los distintos grupos. Las olas del mar y los pies de los amigos estaban a lo mucho separadas por 5 metros de largo, la briza marina chocaba en sus delgados cuerpos y el calor ya comenzaba a inquietar a la tranquilidad mental de todos los ciudadanos; era peligroso entrar en contacto con el mar, por eso dichos momentos eran menester aprovecharlos. 

-Ves ese pedazo de bote que aún sigue ahí abajo, sabrás que mi abuelo me contó que servía para atrapar pescados acá mismo, es impresionante.

-Lo sería… (Dijo Raúl) si no me lo dijeras cada vez que estamos acá.

La colación de cada uno era fruta de temporada, una barra de cereal y un sorvo del agua dulce que daba la empresa a sus trabajadores por orden del estado; estaban aprovechando el momento comiendo hasta que un grito de un obrero del grupo uno los alertó sobre un objeto no identificado que se acercaba a las costas. Los capataces y todo el grupo uno estaban sorprendidos, en esas fechas estaba prohibido el uso de medios de transportes marinos, ya que era temporada de la acidez marina y el riesgo de quedar intoxicado por ingerir o estar con contacto con todo lo que estuviese ahí era muy peligroso. Raúl llamó mediante los teléfonos de la empresa al número estatal para seguridad ciudadana, mientras podían ver como en esa embarcación las figuras iban tomando formas humanas de personas con trajes y máscaras anti acidez. El barco no tenía ninguna bandera conocida por esos momentos para Raúl ni Bastian, pero en unos minutos llegaría el supervisor mayor de la empresa para enseñarles sobre lo que aún no estaba al alcance de sus mentes. Les parecía un objeto de materiales nunca antes vistos, todo en una tonalidad amarillenta fea, que fue adquirida por la exposición al sol y al océano. 

-No tienen idea de nada ustedes, (Dijo el señor Exequiel, el supervisor). La bandera que tiene la embarcación es de tripulación humanitaria, muy común en los países que estan en conflictos bélicos y simboliza un grupo de personas que migran de su territorio para intentar entrar en otro y pedir ayuda; es la primera vez que nos enfrentamos a esta situación, esperemos que pronto llegue la seguridad ciudadana.

A la media hora, el bote ya había aterrizado en la pequeña playa de la empresa, el hecho de observar los almecenes gigantes les llamó la atención para buscar ayuda en ese lugar. Lo primero que hicieron por ordenes del sindicato de trabajadores (el cual se encontraba armado), era quitarse las máscaras y decir su lugar de origen. Eran personas de igual piel morena, aunque mucho más delgados, de ojos más pequeños y una altura un poco más alta que la media. Los empleados quedaron en silencio tratando de averiguar de que parte del continente podían ser ellos, en la televisión nunca habían visto a un grupo étnico de ese modo , pero solo Raúl y el supervisor; quienes tenían más educación en esos temas, determinaron que eran de origen polinesios. Eran 8 personas en total, 5 hombres, 2 mujeres, y un pequeño niño pequeño; los llevaron al comedor, ubicado en el primer piso. Exequiel les empezó a interrogar, primero por si alguno de ellos hablaba español. Uno de dichos hombres levanto la mano y se expresó.

-¡Por favor no nos hagan daño!, venimos desde tan lejos, solo queremos vivir en paz. ¡Juramos que no somos ningún grupo armado con malas intenciones! 

El joven tenía apenas 19 años, y a decir por Raúl y Bastian, pensaban en como una persona tan joven, y que pudiese hablar español a la perfección pudiese estar en ese lugar y en esas condiciones. El supervisor tampoco podía hacer gran cosa, no estaba en su mandato encargarse de dichas situaciones a falta de un plan, pero tanto él como todos los trabajadores quedaron deprimidos y preocupados por el grupo de recién llegados.

-Vamos a esperar a ver que dictamina el gobierno, esto no es muy usual por estas partes. Supongo que deben de ser oriundos de los países asiáticos en guerra; por estas partes no recibimos tantas noticias del exterior, con suerte de lo que pasa en nuestra región.

Su único mandato fue darles alimento e hidratación, junto con la temperatura agradable que otorgaba el comedor por esas horas al comenzar el horario de colación para los distintos grupos. Fueron pasando las horas, y cada vez más gente se quedaba en dicho lugar preguntando por esas personas tan extravagantes. La curiosidad ganó, y ningún trabajador se fue del lugar hasta escuchar las palabras de Exequiel, les ordenó que ese asunto no les tiene que importar ni en lo más mínimo y que se fueran de ese lugar ahora mismo, o de lo contrario no recibirian al día siguiente su botella de agua gratuita, ese mensaje igualmente fue destinado a Raúl y Bastian. Una vez ya todos retirados, el supervisor se sintío más seguro, y aprovechando la oportunidad al no haber aún llegado la seguridad, hizo una pregunta.

-¿Ustedes siempre quisieron llegar acá?

-Por supuesto- (Dijo el polinesio ya más tranquilo)- Nuestra meta fue siempre llegar a la gran tierra del agua; nuestro territorio ya era muy inestable por las condiciones naturales, ya es habitual que nuestras casas se inunden y los pescados hace bastante que desaparecieron. No era posible ir a el Asia oriental por las guerras, tampoco a los archipiélagos en el hemisferio sur por las nuevas leyes anti migración. Pero ahora que estamos acá, no sufriremos más sed.

-Lamento decirles que sus cálculos fueron erroneos.

Exequiel fue muy claro, el país «del agua abundante» no era al que acababan de llegar, si no el que se encuentra más al sur.

-Hace no más de 50 años, el país llamado Chile era uno solo. Pero a partir de los problemas sociales y territoriales que cada región sufría, y al no ver soluciones de la gran capital, la gente decidío buscar su propia autonomía para tomar sus propias desiciones. El gobierno solo intentó sacar leyes más progresistas y subsidios para intentar terminar la inestabilidad, pero de nada sirvió. Primero fue el país Araucano, el ubicado a nuestro sur, muy pletórico en agua dulce. 2 años después le siguió el país Atacama, muy rico en minerales. Los únicos datos que sabe la población son esos, debido a que encontrar más información es complicado y tampoco es que las fronteras tan militarizadas ayuden. 

El muchacho lo miro con cara de inestabilidad, y es que era cierto, sus objetos para orientarse en el mar eran muy pobres, ocacionando tal error. Con la voz temblorosa y con lágrimas en los ojos se lo dijo a sus acompañantes en su lengua; no se dijeron nada. 

Nur, el cuál era el nombre del joven, le preguntó como era la situación en el país, para pensar en como era el sitio que llegaron.

-Inestable, el sistema centralizado aún sigue, lo puedes ver por la gran tubería que estamos construyendo, por ahí va a ir a gran velocidad nuestras aguas desanilizadas a la capital, donde la sequía está provocando hambrunas y enfermedades; además que la población está dividida entre si apoyar o despreciar al gobierno, tiende a velar más por el contento poblacional que viendo al futuro. Pero comparado con Atacama estamos mucho mejor, aquí al menos la información no es censurada y no tenemos un sistema tan corporativista y opresivo con los locales, solo que aquí es más complicado encontrarla, pero todavía tenemos voz para reclamar. En paralelo, Araucanía lo llevo mejor, el clima de enemistad entre los 2 grupos sociales se ha apaciguado, y las condiciones climaticas no son tan complicadas. 

Nur entendió el contexto, les dijo a su grupo que al menos aquí estarían mucho mejor, la guerra no era tan importante aún por esos lados. Fue entonces, 6 horas después, que la seguridad e investigación ciudadana llegó al lugar de los acontecimientos; por la mente de Exequiel pasó «que servicio tan ineficaz».

2 horas después, en el techo del gran almacén número 6, el cual se encontraba actualmente en construcción, debido a la gran cantidad de sal que era una nueva basura, se encontraban Raúl y Bastian observando el atardecer, sintiendo que la temperatura disminuía. Bastian le preguntaba sobre el mundo exterior a Raúl, quien respondía lo que estaba a su alcance, lo que había aprendido en las tardes en casa de su hermano, donde se podía contar con internet. Se dió a la idea de que el mundo era un lugar tan grande, lleno de lugares aún hermosos, que pensó que su hijo debía aprender todo lo que Raúl hubiese querido aprender; en el hogar la electricidad no era contunia para sintonizar los canales tranquilo. Habían talleres en la ciudad central para que los niños fueran a interactuar y aprender, un buen plan del presidente por aquel entonces; pero en la actualidad la falta de inversión y los robos a ese lugar lo desorganizaron todo; a pesar que las vagonetas y burbujas aéreas gratuitas hicieran del transporte accesible para todos. La solución era obtener más ingresos para así comprarle a su hijo los libros necesarios para que creciera y sea un hombre de cultura; pero…¿cómo?

(Tap-Tap)

Había llegado el supervisor, posterior de hablar con la guardía ciudadana; para Exequiel, ellos 2 eran las personas más interesantes para charlar por su edad similar. 

-¿Qué van a hacer con ellos? 

-Pués bueno Bastían, dijeron que los llevarían a un hogar digno mientras el poder judicial decíde que hacer con ellos; solo me preocupa la reacción de los habitantes ante gente nunca antes vista si deciden formar una nueva vida acá.

-El estado debe protegerlos, vinieron de muy lejos como para caer en otro sistema malo y sufrir por culpa de las empresas.

-Bastían, yo creo lo mismo, pero primero para nosotros que llevamos más tiempo acá.

Mientras Exequiel y Bastian discutían, Raúl pensaba en la oportunidad que se iba sobre aprender de la cultura indonesa en primera mano, algo así díficilmente pasaría de nuevo a no ser que fuese más común la llegada de migrantes. Pasaron los minutos y el sol se estaba escondiendo en el mar anaranjado; ya todas las cosas calmadas, los 3 trabajadores disfrutaban de unas heladas latas de cervezas marca corona, agradeciendo que el regalo de la naturaleza despidiendo al calor por al menos 12 horas más. Se despidieron con unos fuertes apretones de manos y cada uno se fue a sus hogar, junto con sus demás compañeros que ya iban a las vagonetas électricas que los llevaban a los sectores de la ciudad; no obstante Raúl, tras ver que tenía un poco de dinero guardado, y mantener en lo más profundo de su corazón sus deseos de tenerlo, se dirígio a los hornos comunales para comprar un pan amasado. No era cosa de todos los días, hace años que se perdío la tradición de hacerlo, sus ingredientes eran bastantes caros para los pobres trabajadores que seguían haciendo sus tareas con el mismo esfuerzo pero obteniendo cada vez menos con peores condiciones; fue muy doloroso entregar el dinero, pero… sus papilas gustativas lo iban a gozar, su esposa y su hijo, iba a ser dichoso y recordado hasta la próxima vez que pasasé. Caminando iba, disfrutando del olor a masa aún caliente; a la próxima vagoneta se dirígia cuando sintío que alguien lo observava. Se detuvo unos segundos, observó a su alrededor y ahí se encontraba, una persona detrás de lo que solía ser una empresa de carbón mirando al peatón. Fueron segundos de susto, Raúl dio unos pasos hacía atras temiendo ser la inmediata victima de otro crimen. Pero nada de eso.

-Por favor, dame un poco.

La persona se dirígia hacía él, dando lentos pasos. Los faroles de luz ya iban marcando su rostro; ¡era uno de esos inmigrantes¡, sus ojos, su altura, y por sobre todo su macilento cuerpo. Raúl no sabría decir de quien en específico se trataba, pero se sintío conmovido, el hambre es el peor de los castigos para los humanos, y aunque aún en su país no habían llegados a esos extremos, habían años marcados por racionamiento controlado por las autoridades. De todos modos no fue fácil, con mucha, bastante lentitud, el capataz partía un pedazo de pan, y con mucha desazón le daba un pedazo. El indigente se lo comío muy rápido, sin casi masticar.

-Te lo agradezco mucho, algún día el favor se te va a devolver querido sujeto.

Raúl lo recordo; ¡esa otra persona se comunicaba en español!. Al final resultaba ser que había otro de ellos que sabía el idioma, ¿Acaso fingía no saberlo?, eso era lo de menos. Raúl le preguntó por que estaba tan solo, sin encontrarse con su grupo. Aquel migrante le hizo saber que por nada del mundo quería estar con ellos, se había producido en su grupo una pugna interna; tantos meses en mar, con esas condiciones deshunamas, teniendo que sufrir el frío, calor, hambre, estrés. Era normal que en esos momentos se perdiera lo que se conoce como comunidad. No bien ya se estaba ordenando la información recién entregada, la petición que dijo la humilde persona hizo rumiar la cabeza del trabajador que quería saber más del mundo.

-¿Me podrías dar refugio solo por esta noche?

El miedo al nuevo mundo lo aterraba; en especial la que sería su primera noche en tierra después de tanto tiempo, sin escuchar el sonido de las olas, pero ahora habiendo que soportar los ladridos de los perros, algunos sonidos extraños provenientes de la gran empresa, acompañado del grito de los vecinos al ver como sus hogares son robados por infelices que se aprovechan del corte de electricidad a las 00:00 horas. Raúl recordó su niñez, el día en que dejaron la zona sin libertades del recién territorio de Atacama, donde las empresas se adueñaban de la vida de los trabajadores, rumbo al centro de lo que antes era Chile, donde aún el liberalismo y la buena fe de algunas personas se podía persistir, teniendo que pedir asilo a cuantas familias en sus terrenos campestres fuese posible para llegar a obtener alguna oportunidad de trabajo y educación para toda la familia, que según estaba garantizada en la constitución, así como promesas de otorgar una vida limpia a los ciudadanos mediante la elección de personajes que prometían una «utopía», al estilo del comienzo del nuevo milenio, siempre haciendo ver lo buena que era la vida cuando la gente aún no se encontraba con vida. Esperaron la llegada de las últimas vagonetas verdes transportadores, que en su gran ascensión al cerro los dejaría en la estación para ir a descansar.

Su esposa, morena, de pelo negro, y de un grosor más bultoso por la vida de madre en clase baja se mostraba con gestos de enfado, no había tenido un buen día haciendo fila todo el día esperando a ver hora con un médico para que al final la lista de espera siguiera hasta nuevo aviso; según que en la constitución eso no debiese de suceder. Su hijo de ocho años, de sorprendente piel blanca, baja estatura y una carita hinchada en paralelo, se encontraba fascinado; en contadas ocaciones había escuchado del resto del mundo como para que un día llegue un indonesio de sorpresa, siempre escuchando como la prensa estatal e independiente solo se preocupaban de los problemas de la región. La mesa era pequeña, pero ya se sabía como organizarla y hacerla eficaz para que todos pudiesen disfrutar sin problemas de espacio, en especial aquellos días de navidad donde llegaban invitados, por eso en primera instancia una persona más no fue una cuestión gran importante, a lo sumo la ración de pan, que cada intengrante del hogar degusto con deleite acompañado de té helado.

-Allí hay muchos grupos, gente que vive en las ciudades, en islas más marginadas como la de nosotros, y muchas otras que vivían muy aisladas, tan así que ellas eran dueñas de sus vidas y obtenían sus recursos de la propia tierra.

-Podrás encontrar miles de islas, miles de aves, miles de plantas, miles de insectos, eso es lo mágico; cada parte del globo tiene algo único que mostrarte.

-No creas que el mundo ahora solo se divide en los respectivos bandos; es mucho más que eso, en algún lugar del mundo hay comunidades a los que los problemas actuales no les afectan en absoluto; o quizas algunas a las que sí, pero aún tratan de mantener vivas sus culturas.

-Sé muchas cosas, hace poco aún era profesor en mi ciudad.

Más que una conversación, aquello era una clase de geografía entre una persona muy cabal y un grupo de primates; era sorprendente ver como hasta los más inteligentes terminán en las peores situaciones posibles.

-Fueron muchos los problemas, en especial las discuciones sobre el rumbo que debíamos tomar. Cometimos muchos errores que nos llevaron al lugar equivocado; ya estas al tanto de nuestra idea original. Te aseguro que si tan solo me hubieran hecho caso hubiesemos llegado al país del agua dulce.

Podríamos decir que acá nacío la idea de la divulgación geografica en la ciudad; los días posteriores así lo mostraban. 

Tanto Raúl, como su hijo Agustín, hablaban de todos los conocimientos que habían adquirido con el nuevo personaje que provicionalmente habitaba en su hogar, por ese tiempo la moda era escuchar todo tipo de información sin escrúpulos ni filosofando las cosas, por ende todo era entraba a las cabezas de las personas. Era tal la admiración que estas dos personas iban adquiriendo en sus lugares de trabajo que hasta Agustín le pedía a su nuevo compañero de hogar que le hiciese hojas y mapas para llevar a su escuela. En un comienzo la idea era solamente regalarlos, pero al habar tanta demanda, la recomendación del migrante al niño fue que mejor los vendiese a 500 pesos, algo así como una revista para poder comprarse algo en algún momento; pronto el padre haría lo mismo con sus compañeros, quienes al igual que Raúl, deseaban que sus hijos se educaran y volvieran humanos más cultos.

Lo que en un comienzo era una noche, pasó a ser una semana, para finalizar durando tres rápidos meses de plétorico crecimiento tanto cultural como económicos para la familia, el joven Agustín ya inclusive había adquirido su primer libro propio; todo mientras el migrante, al saber que en cualquier momento podrían capturarlo, logró planear su huída al país Araucano, que en paralelo mendigaba por la ciudad pidiendo limosnas, aunque escondiendo su rostro para no ser discriminado. La familia ya se encontraba al tanto de la situación, en cierto modo vivir con una personas más en ocaciones era molesto, pero lo extrañarían de por vida.

Era una de las últimas cenas en la que se encontraban los cuatro, los días más calurosos iban despidiendose mientras el otoño ya empezaba a sentirse a todo pulmón; disfrutando de una buena taza de café, el sonido de la canción proveniente de la radio se vio interrumpido por el aviso semanal del gobierno con las leyes más nuevas, era más de lo mismo menos en una sección que hizo enojar al migrante.

«A partir de la semana que viene va a haber un aumento del 15% en el impuesto al transporte, aún a día de hoy no hemos logrado eliminar nuestra huella de carbono al 0%, lamentablemente tenemos que hacer esto para desincentivar el uso de tecnologías viejas para modernizarlas; recuerden que lo hacemos por las futuras generaciones…»

El rostro del que sería el viejo miembro de la casa preocupó a los restantes, habían dejado de consumir sus alimentos observandolo para que diera alguna explicación.

-No crean en eso, no es la primera vez que pasá lo mismo, solo quieren llevarse el dinero para ellos.

La familia no entendío; era el momento de explicarlo.

-A lo largo de la historia, y siempre que los que tienen el poder incrementan los gastos en favor de «hacerlo por el país» mienten descaradamente. Lo único que hacen es robar de forma legalizada a gente de honor como nosotros por sus propios interesés, afectando a la población que lo cree sin prejuicios. Solo piensenlo, un aumento en los impuestos al transporte incrementa el costo de traslado para todas las materias, por ejemplo en los bienes a los que tanto cuesta acceder hoy en día, o incluso las mismas aguas de las que tú vives Raúl, ¿Quién no te dice que tu empresa les quita un porcentaje de tus ingresos para pagar esos impuestos?

Aún era muy temprano para que entendieran a lo que se refería el migrante, quizás fueron sus términos, o que a pesar de haberles enseñado lo que estaba a su alcancé seguían siendo unos simios. Incluso, y teniendo prensa independiente que opinaba acerca del tema, la dificultad de acceso a estos solo los dejaba con la noticia. 

A los 3 días siguientes, un día domingo a las 7:00 AM, el que fue su compañero por tres meses se despedía de su familia provicional. Fue una mañana soleada y bien fresca, donde lo último que hicieron los 4 fue darse un gran abrazo; para inmediatamente ver como el migrante se alejaba de aquel sector de los trabajadores de la empresa desalinizadora. A todo esto, el nombre de él era John. Fueron días de melancolía en el hogar, pero Raúl sabía que sucedería, después de todo él había pasado por lo mismo, y se quedo con la mente tranquila de que había hecho lo correcto.

Los meses pasaron, y todo se sentía como había sido siempre, una mujer que se dedicaba a la educación de niños en preescolar, su hijo que solo tenía que preocuparse de estudiar, y el patriarca que trabajaba en la empresa del sector. No obstante, lo que antes eran 4 panes al día para cenar, se convirtieron en 3, ¿qué estaba sucediendo?. Ellos no eran los únicos, Bastian pasaba por las mismas dificultades, los empleados de los distintos grupos lo mismo, un sentimiento en común se juntaba en los trabajadores, aunque cada uno pensaba en culpar a alguien distinto.

-¿En algún otro lugar del mundo estarán viendo su ración de comida disminuida?, tiene que ser así, no creo que solo acá tengamos tan mala suerte.-Decía Raúl-.

-Y a mí que me importa el resto del mundo, solo me importa que esto nos pase a nosotros; alguien debe de estar aprovechandose de nosotros. -Le respondía enojado Bastian.-

La pareja de compañeros se encontraba en el techo del gran almacén, cada vez más lleno de la sal que era la nueva basura de la comuna. Su rutina siempre era la misma, disfrutar del atardecer mientras disfrutaban de sus cervezas; y como ese día que un extraño bote apareció en el mar, el supervisor los fue a buscar, en esta ocación para darles un mensaje.

-Los espero a las 22:00PM en el comedor del trabajo. Es obligatorio asistir, así que más les vale no faltar.

La palabra adecuada para definir ese momento fue de anomalía, tanto Raúl como Bastian se miraron con extrañeza; así de rápido como se vieron las caras los 2 amigos, el supervisor ya se había esfumado.

51 trabajadores reunidos en los alrededores de las mesas sucias, siendo molestados aún por las moscas, y con el profundo deseo de ya volver a sus hogares esperaban impacientes el mensaje del supervisor. Habría de aparecer a las 8:05PM saliendo por la puerta que dirigía a la cocina, aún se encontraba modificando los pequeños detalles para lo que diría. Seguro de si, caminando bien derecho y mostrando su gran pecho, consciente de lo que haría, Exequiel se puso en frente de todos sus empleados, se puso en cima de la mesa que estaba más próxima a él, y aprovechando el silencio que había nacido ante su presencia comenzo a hablar.

-Nuestra actual situación es intolerable, yo, ustedes, nuestras familias, y muchas más personas de nuestro país han sufrido y siguen sufriendo; es injusto que seamos nosotros quienes seamos castigados por las decisiones de nuestros antepasados para aguantar condiciones de vida muy díficiles, pero más lo es que aún sabiendo eso, nuestros líderes nos sigan culpando a nosotros que solo queremos hacernos una vida tranquila para desarrollarnos de sus continuos errores. ¿Por qué aún nos siguen haciendo trabajar a pesar de toda la contaminación que seguimos creando? ¿Por qué las medidas que toman parecen que van siempre contra nosotros? ¿O simplemente somos nosotros que no tuvimos la suerte de habernos educado cómo ellos?. Nada de esto es al azar, muchos años he visto como los precios de nuestra comunidad no han hecho más que aumentar progresivamente; me da lástima que muchos de ustedes no puedan comprarle a sus hijos algún juguete, o es más, ver sus sonrisas al comprarles su dulce favorito. Por eso mismo, y respetando su voluntad, haremos un plesbicito para saber si queremos un paro indefinido. 

En algunos rostros la indignación, en otros la curiosidad, o a secas la rareza del díalogo, desencadenaron un caliente momento de exuberancia. Muchos de los trabajadores no estaban al tanto de lo que realmente pasaba, pero al ver la seguridad de su jefe solo podían seguirlo sin tener un pensamiento crítico. 

Cada empleado, colocando su voto en una pizarra perfectamente colocada para que nadie pudiese enterarse del voto del otro, sufragaba con determinación. Una hora había transcurrido, y los resultados ya eran oficiales; 47 frente a 4 votos. La empresa se iba a paro indefinido. Las demandas eran las siguientes; rebaja de los impuestos, un aumento en la cantidad de colación, y una tan simple como una mayor accecibilidad a las noticias nacionales. Aquel migrante de polinesia les hizo desarrollar una gran capacidad intelectual, la de inferir las consecuencias de las decisiones de los de arriba.

Parte 2:

En la mañana del día siguiente, se sintío el comienzo de un gran cambio en el territorio, nada de lo que pasó ese día se veía desde hace décadas. La entrada se encontraba tapada con muchos vericuetos, los trabajos parados, y mucha gente observando desde la distancia la protesta de los trabajadores; «No más impuestos», «No más centralismo», eran algunas de las frases puestas en los lienzos, acompañadas de silvidos y pitazos que se escucharon por toda su ruta, desde la empresa hasta el centro de la ciudad. Los más jovenes, debajo de los techos no se enteraban de nada, los empleados de los locales lo habían escuchado de vez en cuando, los que limpiaban las calles pensaron en lo que pasaba, y los aplicados de la municipalidad no supieron como reaccionar. 

Algunos empleados, capturando las imágenes desde sus dispositivos, difundieron la información por internet, luego fueron las radios, que la hicieron eco en toda la comuna. Fue todo el día, que estuvieron soportando el calor, la sed, y gritando sosteniendo la poca fuerza que tenían. Exequiel, que siempre había deseado soltar todo ese vigor acumulado, solo esperaba ponerse en contacto con alguien del estado o los mismos dueños de la empresa que odiaron desde un comienzo lo que estaban haciendo, estaba al tanto que esto le traería problemas a él y sus compañeros, pero lo aguantarían el tiempo que fuera necesario. 

Así fue el segundo día, el tercero, el cuarto, el quinto, el sexto, el séptimo; quizas el estado pensaba que no iba a durar demasiado aquel movimiento de los trabajadores que se manifestaban con sus respectivas demandas, pero no pensaron que más gremios, interesados en el nuevo movimiento harían lo mismo. Los trabajadores de la limpieza se sumaron, muchos de ellos, padres de compañeros del hijo de Raúl, igual se enteraron del mundo que les rodeaba; ese gremio, se expresaba para tener mejores condiciones laborales, ya que ellos trabajaban incluso en las horas de más calor, por ordenes de sus respectivas empresas. La situación dejo enmudecida a la municipalidad, el alcalde no tenía los medios ni el control de la situación, estaba muy límitado por las leyes del país. Por esa razón, y ya muy hartos de lo que pasaba en esa zona, y al ver sus proyectos parados, desde la gran capítal, llegó un negociador.

Exequiel ya había sido informado, fue trasladado desde la plaza central hasta una sala en la municipalidad, ahí estaba cara a cara con un empleado del estado que se encargaría de la situación. Aquella tipa, muy delgada, morena, de pelo negro, y bien arreglada le dejo las cosas claras desde el principio, «No tienen oportunidad de ganar». 

La mujer les dijo que su movimiento era inconstitucional, que ya poseían condiciones laborales dignas, pero que si detenían el paro de inmediato los impuestos al transporte disminuirían un 5% por 4 meses. Para Exequiel fue una situación complicada, ceder para aceptar una condición tan mínima en comparación con lo que querían, además de pensar en lo contradictorio de la situación; ¿No qué en un artículo de la constitución se dice que todas las personas y grupos sociales son libres de expresarse?. Las cosas no eran así para la mujer llamada Rocío, desde el gobierno le dijeron que ellos se encontraban violando un artículo que decía «Toda acción que vaya en contra de la población va a ser castigada por el estado». Pero no era lo único, como el trabajo se encontraba en pausa, la comuna ya se encontraba con bajas reservas de agua, y para ser peor, la construcción de la tubería que llevaría agua a las ciudades con más sequía se encontraba parada, la misma empresa se encontraba perdiendo millones.

Todos tenían sus interesés para que la situación terminara, la medida de la mujer duraría solo 24 horas, en las que los gremios debían terminar la situación, observando como en las noticias ahora eran llamados, «grupo negligente va dejando a la población en peligro y sin recursos»; el poder del estado, que poseía la ley de medios para ellos divulgar la verdadera información, débilito en demasia al paro.

La decisión final del paro fue decidida esa misma noche en una de las tantas casas del cerro para ser informada a primera hora del día siguiente. Los funcionarios del gobierno quedaron atótitos al enterase, no sabían que hacer ante una situación que nunca habían enfrentado prolongarse por tanto tiempo, sus interesés estaban en juego, así como la escases de agua que se estaba dando por lo mismo; ante esa situación las palabras dirigidas a Rocio y la municipalidad desde la capital los dejó paralizados. Los obreros seguían en la plaza como lo hacían a diario, ya el lugar era muy distinto por toda la basura acumulada en los alrededores, además de verse feo provocaba incendios por las altas témperaturas; los vecinos ya estaban molestos, sentían que su espacio fue invadido, los trabajadores igual estaban cansados, pero no iban a parar hasta que todo fuera mejor, Exequiel cumplía un rol fundamental en esto al ser la voz de apoyo a su fanaticada de 500 personas. No obstante lo que se dijo desde la capital ya era público, todos en la ciudad empezaron a ver decenas de vahículos militares llegar y rodear el área de la plaza; fue por eso mismo que todos los vecinos salieron espantados corriendo por doquier, se escondieron en cualquier puerta o ventana abierta que vieran; lo mismo pasó por la mente de los trabajadores, se fueron olvidando de su causa por ver su vida en riesgo de ser quitada. Cuando más tenso estaba todo desde la municipalidad salieron 3 personas, Rocio, el alcalde y un sujeto pequeño y desconocido con uniforme de general, fue él quien se dirigio al gremio de trabajadores y limpiadores para decir lo que era más temido.

-O detienen esto ahora mismo en buenas, o lo detenemos nosotros por el bien común a las malas.

Aquellas palabras dejaron mudos a todos, lo único que querían era escapar, pensaban que quizas el paro no valía tanto la pena para perder la vida y dejar a sus familias; eso mismo notó Exequiel, se sintío con mucha impotencia, todo lo que había sufrido para poder ser escuchado y ver como algunos de sus colegas se iban llendo, pero él no quería tolerar eso, empezó a gritar que había que seguir, pero vío como los militares ya los empezaban a apuntar, todo en ese segundo se derrumbo en él. La multitud observo como salío corriendo y esquivando a todos hacia la municipalidad, subío las escaleras, y tan rápido como llegó con esos sujetos le dio un puñetazo al pequeño hombre militar que había arruinado todo; iba a hacer lo mismo con la mujer que estaba a su lado pero… se desplomó rápidamente, una bala impactó en su cabeza, fue eso lo que provocó el caos. La gente empezó a corrier por doquier, fue una acción instintiva para protegerse, los militares hicieron todo lo que estaba a su alcance para evitar accidentes, pero ya habían muchos que estaban siendo aplastados o incluso golpeados. Raúl estaba en ese lugar, estaba tratando de moverse en dirección al sol por lo difícil que era ubicarse en ese contexto donde no se podía observar nada más que personas, fue por eso que sin verlo impacto de lleno con un militar que se estaba cubriendo con su escudo, eso provocó que cayerá de cabeza al suelo para quedar inmovil a su suerte en ese caos.

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La luz entraba por esa pequeña ventanilla, pero siempre era interrumpida por los árboles que habia afuera. La cabeza le dolía mucho, no asimilaba donde estaba pero ni le importaba; cuando se empezó a sentir mejor se fue moviendo de a poco a un pequeño asiento que había al lado de la habitación.

-Menos mal que despertaste, ya me estaba asustando que solo yo estuviese vivo.

Eso lo dijo un compañero de la empresa, ahí Raúl notó que estaba junto a otros 5 sujetos, todos ellos que estuvieron en las manifestaciones. Aquella persona le dijo que después que sonó aquel disparo los militares empezaron a encerrar a todo aquel que pudieran, incluido quienes estaban en el suelo. Ninguno de los 2 sabía cuanto tiempo había pasado desde entonces, no hiceron más que esperar. 

La luz dejaba de entrar, y la oscuridad estaba llegando, mientras sentían los oídos tapados y el sonido en el vehículo en el que estaban llendo a alguna parte. Raúl estaba muy preocupado, de sus 5 compañeros solo 2 estaban conscientes, los otros 3 seguían inmoviles, no reaccionaban a ningún estimulo de parte de ellos, pero además de eso todos pensaban en sus familias, puede que desde ese momento para todo el mundo ellos fueran unos muertes siendo en realidad todo lo contrario. Estaban tan angustiados que no vieron cuando desde la ventanilla aparecían y desaparecian luces, el vehículo empezaba a reducir su velocidad más a menudo y un montón de sonidos desconocidos llegaban a sus oídos. 

Un portón empezaba a abrirse, el auto se detuvo por completo, y la puerta trasera se abrío; todos quienes estaban despiertos no sabían como actuar, solo vieron 2 sujetos uniformados con la cara tapada, quienes los trataron de manera violenta para que salieran de una vez. Raúl, mientras caminaba por ese suelo arenoso levanto la cabeza mientras iba con las manos atadas, el edificio al que se dirígia de 5 pisos estaba bien iluminado para dislumbrar esos colores blancos y verdes bien vivos, pero de fondo se enteró de la muerte de sus otros 3 compañeros.

-¡Ya están muertos estos tipos! no hay caso.

La tecnología en aquellos pasillos era de lo más moderna que había, nadie de esa ciudad tan lejos había observado algo igual. Iban los 3 caminando y subiendo pisos con la cabeza baja atados por detrás y protegidos por unos guardias, cada uno llegando a una habitación a su suerte para esperarse lo peor; pero todo fue muy raro a ojos de ellos.

Raúl entró a una habitación bien ilumanada, piso blanco, paredes amarillas, bien grande, bien decorada con pinturas coloridas, se tenía todas las comodidades nunca antes soñada para alguien como él, una cocina con todo lo que eso conlleva de primera mano, un baño privado solo para él, y junto a la cocina la habitación que se veía tan solo llegar, ahí había una televisón y una sección de libros; ¿qué es todo esto?, se preguntaba él. Fue dejado ahí en soledad para que estuviese la noche, miró el reloj que estaba en la pared arriba de la cama y eran ya las 3 AM, iba a dormir cuando decidio mirar por la ventana y vío una ciudad lo más ilumanada posible con sus edificios bien arquitectonicos. ¿Qué mierda?, Raúl no asimilaba nada.

El sol ya salía de la cordillera, y Raúl estaba despertando por el sonido de que la ciudad se estaba activando; no pudo dormir bien, a pesar de que la cama era cómoda no dejaba de pensar en todo lo que había pasado en los días anteriores, ¿pasaron 2? ¿pasaron 3? ¿o quizas 7?, la cantidad de días exactos era desconocido para él, pero al menos agradecia que todos sus dolores hayan desaparecido tras acostarse. 

-Buenos días señor Raúl, venga acá a tomar su desayuno.

Miró por la habitación y no había nadie, se paró para ir a la cocina donde una luz que parpadeaba llamó su atención, al lado de ella una puerta metalica se abrío; una bandeja contenía tostadas de pan con un huevo revuelto, una taza de café y un vaso de agua, ¿esto es mi desayuno?, Raúl no entendía como recíbia aquella bienvenida, tomó todo y lo consumío cavisbajo a pesar que ese había sido el mejor desayuno que habría recibido en sus 40 años. Después de aquello se quedó pensando media hora sentado y luego mirando por la ventana, tenía vistas de hectareas de construcciones en mal estado por donde fluía un río, a palabras de Raúl el más feo que había visto en su vida, en paralelo de fondo se vía la ciudad, seguramente sería la parte rica de la ciudad al haber edificios de muy larga estatura y de diseños que te dejaban hipnotizados por lo maravilloso que eran. Raúl estaba en estado de pánico, necesitaba volver a su ciudad, pero la puerta por la que había entrado se encontraba cerrada por más que intentase abrirla; la televisión se encendio de repente para mostrar un programa, a sus oídos ese personaje que se escuchaba en la pantalla era muy similar a uno que siempre escuchaba en la radio, y así era, fue a ver que pasaba por la imagen y era el comediante que tantas veces le había sacado carcagadas, pero esta vez a viva imagen y a color. No pensaba que así fuese en persona, la imagen que siempre nos hacemos en la cabeza de algo nunca resultan ser así en la realidad. Estuvo viendo el programa hasta que finalizo, se había calmado, de pronto notó que el aire en la habitación era relajante, ni cuenta se dio cuando la voz robotica le dijo que ya era hora del almuerzo, al igual que la vez anterior fue la mejor comida que había probado en su vida, no era común almorzar carne por su elevado costo. El resto del día fue explorar los pocos canales nacionales que había, solo eran 10, cada uno controlado por un sector político; mientras disfrutó de la mejor cena que tuvo en toda su vida. 

El segundo día fue más de lo mismo, la televisión y la comida, pero lo novedoso fue probar el baño privado, corría el agua al hacer sus necesidades, y todo se encontraba muy limpio, además que no existia la necesidad de compartir nada con nadie. Para el séptimo día lo novedoso se iba haciendo monótono, por lo que revisando la habitación vio una colección de libros en una repisa al lado de la televisión, eran 20 en total; uno era la constitución, 4 hablaban de la política nacional, 2 de la geografía nacional, 3 de psicología y desarrollo personal, 2 de la historia nacional, 2 libros de ciencias naturalez, 3 cómics de ilustradores del país, 2 textos narrativos de aventuras y el otro de romance, aparte de el último que era de cocina chilena. Comenzó leyendo los cómics, quería distraerse y dejar de pensar en su vida. Lamentablemente esas historias del cóndor andino que recorrío todo el país para encontrar a un amigo y las del superheroe que defendía del país le resultaron efímeras, por eso se leyó el libro de aventuras donde los personajes viajaban a través del espacio para colonizar otros planetas; lo interesanté de aquello es que aquel libro fue escrito en 2023, y toda la historia transcurría en el 2050. Raúl lo leyó en el 2102, por ende pensaba que si ya en ese entonces la gente aún veía el espacio como un sueño, quizas siempre lo sería. Después de terminada la historia intentó leer el de romance, pero no pudo hacerlo en su totalidad, todo en ese libro le recordaba a su mujer, por eso intentaba de nuevas cuentas escapar por la puerta, incluso intentando romper la ventana, pero de nuevo sintío aquel olor que lo calmaba, su cuerpo lo asímilaba como un remedio a todo su descontrol mental y volvía a deprimirse pero sin la ansiedad.

Para el día 10 después de quedar encerrado la puerta se abrío, eran 3 guardias que lo llamaron por su nombre para llevarlo a alguna parte. Raúl una vez se acerco a la puerta planeaba salir de ahí disparado y escapar, no obstante un militar lo ató de las manos y otro le inyectó un calmante; así que a pasos lentos y con el cuerpo medio dormido fue llevado al patio. El aire ahí era caliente, además de que el viento tampoco ayudaba, vío que no era de mucho tamaño pero con detalles que lo alegraron, por ejemplo el verde pasto y algunos árboles que daban sombra a las mesas. 

-Perdón si tus momentos de disfrute al aire libre han sido suspendidos, todos estos días han habido índices de contaminación atmosférica muy elevados, recién hoy pudimos hacerlo con el resto.

Fue con esas palabras del guardia que Raúl se enteró que los prisioneros contaban con el derecho de tener una media hora de naturaleza al día. No obstante siempre se encontraba bajo vigilancia y en soledad por obvias razones. Todo el tiempo estuvo caminando a paso lento, fue un alivio para su cuerpo ya que las piernas se le empezaban a atrofiar por estar tanto tiempo encerrado; a los guardias le insistía con sus leves palabras que lo dejaran libre, que necesitaba volver a su ciudad, pero ellos ni se inmutaban. Fue llevado de nuevo a su habitación, para volver a tener que estar encerrado por otros días; ahora leería sobre la historia del país, los primeros capítulos no le fueron interesantes, solo pudo destacar que la actual constitución del país fue puesta en el año 2022 bajo un plesbicito de salida tras unas fuertes protestas. Llegó hasta la parte de las independencias, de las cuales Raúl sabía muy poco aparte de sus consecuencias, a palabras del autor fue un proceso demócratico donde se cumplío con la facultad del pueblo de dichas regiones, no había razón para pensar lo contrario si no había ninguna otra fuente, excepto lo que sus padres siempre le decían «Nos tuvimos por las consecuencias de la guerra»; lástima que tampoco Exequiel le hubiera dicho su versión de los hechos. 

De ahí en más nada trascendental había. Los 7 días que le siguieron fueron dedicados exclusivamente a entender el cuerpo humano y el entorno en el que habita, por más veces que leyera la misma página no estaba a su alcancé entender esas palabras sobre meiosis, organelos, genética mendeliana, etc; aunque pudo aprender más sobre los paísajes del país y las especies que las habitan, fue por eso mismo la demora.

Pero aún y con todas las distracciones del mundo su mente seguía estando intranquila al no poder estar siguiendo lo que el consideraba correcto; el ayudar a su familia le resultaba imposible y la impotencia por aquello aumentaba constantemente. Sentado en su cama, en el desolado atardecer con las alarmas informando de no salir a las calles por el estado del aire Raul sufría ataques de pánico, sus lágrimas eran tan fuertes que en momentos normales cualquier ser humano empatizaria con él, pero la soledad era lo único que lo acompañaba. La habitación seguía tirando sus gases para calmar al reo, pero llegó un momento en que todo fue insostenible y ni eso podía hacer efecto. Raul ya había perdido la noción del tiempo, seguía consciente pero se sentía como un ser enfermo, su mente se transformo en su peor enemigo que en cada momento del día lo acosaba, desde que se levantaba hasta que pudiese dormir; quizas por eso no sintío cuando por fin la puerta se abrío desde hace más de 2 semanas, nuevamente eran los guardias de la cara tapada y uniformados, esta vez se lo llevaron por el ascensor a un lugar nuevo en el piso subterraneo. Todo aquello eran pasillos similares a un laberinto, todo el piso y las paredes blancas con decenas de puertas de un tono más gris. Caminaron 5 minutos por todo el mismo camino minimalista hasta una de las tantas puertas iguales, lo dejaron ahí solo nuevamente, Raul no veía nada, toda la habitación estaba tan oscura hasta que una luz se encendio mostrando un artefacto; se quedo quieto intentando razonar lo que estaba viviendo en ese momento, pero fue una voz la que lo hizo moverse.

-Ven hacia acá señor Raul.

El sonido venía de esa cosa, y dando unos 20 pasos bien lentos vio a esa pantalla sobre la mesa y la silla para acomodarse en el lugar. No asimilaba todavía nada, y haciendo la única opción que tenía a su alcancé tomó asiento y la pantalla se encendió mostrando un chat.

-Muy bien señor Raul por venir hasta acá, somos de la sección de psicología humana para reos. Hemos notado que usted esta pasando por una depresión en base a su comportamiento; es menester que deba expresarse para solucionar sus problemas.

-Hem…..

-No tengas verguenza, estamos programados para responderle de la manera más eficaz *Tono de voz robótica sin expresión*

-¿Dón….de carajos estoy? *Con voz de susto*

-En la sección de psicología humana

-¡Eso ya me lo dijo mierda!

-Aquí estamos para resolver sus problemas, desahogese todo lo que quiera, ¿se encuentra bien?

-No….no estoy bien, no entiendo nada de todo esto.

-¿Desde qué momento específicamente? su comportamiento ha sido investigado desde que llegó acá, ¿Sabes cuál es este lugar específicamente?

-¡Que voy a saber yo!, ¡se lo acabó de preguntar y me tomó el pelo!

-¿Saber la respuesta de dónde estamos le va a ayudar en algo?

-¡No sé!…. no creo.

-Estamos en el centro de rehabilitación ciudadana para civiles en la capital Santiago, con esta información…¿Su razonamiento fue el asertado?

-¿Centro de rehabilitación? ¡Se refiere a esta puta carcel de mierda!

-¿Su razonamiento fue el asertado?

-¡¿En serio a este lugar lo llaman de esa manera?!

-¿Su razonamiento fue el asertado?

-¡Por favor!… Es obvio que aún sabiendo la respuesta sigo igual de mal si sigo acá.

-¿Entonces usted cree que saliendo de acá va a poder estar mejor?

-Obviamente…mi…familia

-Pero,¿después de todo lo que pasó en sus últimos días de libertad, cree usted que todo va a ser igual?.

-¿Se refiere al paro?

-Sí, las consecuencias de dichos actos han sido gigantes, ya nada es como lo recuerde.

-¿Cómo voy a saber si sigó acá? Mi familia….¡La necesito!.

-Tranquilo, es normal querer en demasia a su familia y ellos a usted, todas las emociones que usted siente con justificables, es algo inherente a los humanos.

-¿Entonces por qué sigó acá?

-Las normas de la constitución fueron violadas en sus actos, hay un artículo que dice que los ciudadanos tienen derecho a vivir en un lugar seguro, hay otro que dice que los ciudadanos estan en poder de trabajar y ser importantes para la sociedad, hay otro que dice que…

-¡Callate!, no quiero saber lo que digan esos artículos si al fin y al cabo nada de lo que decían se cumplían en nuestras vidas.

-Pero es el deber del gobierno hacer que se cumplan.

-¡Pero digo que nada de eso se cumplía!

-Pero ustedes estaban violando esos artículos.

-¡¿Cómo demonios usted sabe que ellos tienen la razón?!

-¿Quienes son los que tienen el derecho de hacer que se cumpla la ley?

-…Ellos…..

-Eso es lo que sucede, hay que proteger las comunidades y sus voluntades.

-¿Y si toda mi ciudad marcha en contra de todo eso?

-La constitución dice que los civiles tienen el derecho de vivir en un lugar seguro, si sus movimentos afectan a los vecinos es obligatorio intervenir, hay que mantener la paz.

-No entiendo.

-¿Qué no entiende?

-Nada, no tiene caso si ustedes interpretan las cosas como quieren.

-Simplemente debes tenerlo en cuenta, lo que estaban haciendo iba dejando a su ciudad sin agua potable al pausar sus trabajos, aunque ustedes piensen que estaban haciendo lo correcto mucha gente sufría indirectamente.

-¿Cuándo me van a sacar?

-¿Quiere cambiar de tema?

-¿Cuándo me van a sacar de acá?

-Eso aún esta en proceso, el juzgado debe decidir que hacer con ustedes, pero ya pronto saldrás, tus derechos de reo estan garantizados así que no te alteres.

-¿Y cómo voy a saber que no van a hacer algo malo?

-Tú como todos los que están acá son seres humanos y tienen sus derechos garantizados, el deber del gobierno es educarlos y reintegrarlos a la sociedad de manera correcta.

-¿Entonces sin importar lo que haga siempre voy a venir a este lugar a recibir la misma condena?

-¿Por qué deberían imponer castigos crueles? la justicia así funciona

-Pero yo he conocido a personas de otros lugares del mundo que tienen otros ideales de justicia. Estoy interpretando que si siguiera en mi trabajo podría seguir marchando para que me arrestén y acá vivir con todas las comodidades posibles.

-Con que así las cosas, ¿Esa es la vida que realmente quieres?

-Puede que yo mismo y mi familia cometamos delitos para vivir con todos estos lujos de los que nunca he podido poseer.

-¿Tú familia va a querer pasar por todo lo que estás pasando?

-¡Cállate!, ¡no eres más que una máquina tonta sin conocimienos de los seres humanos?

Raul estaba perdiendo paciencia, la conversación no le sirvío de mucho, al final llegaron los guardias y se lo llevaron al jardin de nueva cuenta aprovechando que el aire estaba limpio. No obstante, cuando los días eran más eternos, los medios para entretenerse ya no eran los mismos, la comida se volvía vacía, todo en Raul se volvía un verdadero calvario. Ya llevaba 3 meses en profunda soledad y estaba conociendo el peor de los castigos que podía sufrir un ser humano; la soledad.

Hubo una ocación en que trató de tirarse por la ventana para quitarse todos sus problemas, pero todo estaba reforzado; tampoco podía intentar hacerse daño con algún material, ya que todo estaba calculado para que nada de eso ocurriese. Raul pensaba que nunca vería a su familia de vuelta, todos los días lloraba pensando en lo mismo todo el tiempo, mientras la televisión mostraba noticias atacando las distintas ideologías que exístian. 

-Tú comportamiento ha sido fatal estos últimos días *Le dice la máquina a Raul*; considera que haz acatado bien las normas y no causas problemas a nadie, pero te ves muy deprimido.

-ja….*Risa sarcástica muy deprimida*, se nota que ustedes me prestan mucha atención.

-Estamos buscando lo mejor para nuestros reos esperando por una resolución, debes estar tranquilo.

-Todos los días son iguales, ¡estoy loco!, ¡ESTOY PENSANDO EN QUE DEBERÍA VOLVERME ESCRITOR!

-¿Eso quieres?

-¡Si me dan un lapiz y un papel podría relatar una historia sobre una ciudad donde había una empresa que desanilizaba el agua para hacerla potable!, ¡puede que eso sea una buena idea!……¡O VOLVERME CIENTÍFICO!

-Estás atravesando un cuadro depresivo, dices cosas incoherentes e ilogicas.

-Tienes razón….¡PERO NO IMPORTA!…¡TENGO MIS DERECHOS GARANTIZADOS Y ACÁ VOY A ESTAR BIEN!

-Raúl, ¿Todavía no te arrepientes de lo que hiciste?

-Yo que sé… Recuerdo tener un jefe que se murió que nos decía que hacer.

-Estabas en todo tú derecho de hacer lo que pensaste que era lo correcto y decidiste seguirlo a él. 

-Parece que así fue…. Debe de haber sido por algo.

Las conversaciones con la computadora no beneficiaban a Raul, si no todo lo contrario, la única cosa con la que podía comunicarse una vez a la semana no empatizaba nada con él. Fue por eso mismo que para la siguiente hora con la voz robótica Raul no dijo ni una sola palabra, para ese entonces ya ni se sentía humano, le costaba pronunciar palabras, su cara se había demacrado y su ritmo cárdiaco se había vuelto loco; en el fondo había dejado de sentirse humano, hace mucho tiempo que no había tenido una charla con alguien normal. 

Cada día era tocar fondo, su cama siempre terminaba humeda de tanto llorar con la única compañia de las sirenas que cantaban los avisos de siempre por las calles de Santiago; pero esa noche, en la que después de más de 2 años volvía a llover con el río que discurría con un tono muy oscuro, Raul sentía que ya no podía más.

-¡ME ARREPIENTO! ¡PERDÓN POR HABER SEGUIDO LAS REGLAS DE UN INÚTIL SUJETO!, ¡DENME MI VIDA ANTERIOR DE VUELTA, LA NECESITO!.

Sus gritos habian cruzado hasta las calles peatonales, todos en el lugar lo sintieron, y nunca un ser humano había llorado tanto como esa vez en que todos en esa ciudad se sintieron aliviados de por fin recibir agua.

Pudo dormir simplemente por tener una cama bien acogedora, aunque esa vez había despertado en una camilla, al abrir los ojos vío un montón de luces y artefactos médicos; se levanto rápido de donde estaba para mirar a su alrededor, aunque teniendo un fuerte dolor en su cuerpo; había 3 camillas más pero solo se encontraba él. Tampoco es que hubiera pensado mucho sobre eso, ya no le importaba nada de lo que pasara. Aunque su sentido de la audición aún estaba intacto y percibio unos pasos, miró atentamente la puerta sin esperar algo sorprendente, sin embargo por fin Raul tenía un sentimiento distinto de la trizteza, esta vez era el asombro. Una persona con traje blanco y la cara descubierta había entrado, era el primer rostro que veía desde hace meses, y era un médico.

Raul se encontraba estable, pero con el coste de tener todo el cuerpo anestesiado, cualquier contracción que tuviera le provocaba dolor, y su lado derecho se movía con más rigidez que la otra. Su mente estaba controlada, pero era como si el león estuviera encerrado de manera momentanea, así lo sentía el sujeto y se lo explicaba el médico. Sus crisis mentales de anoche hicieron que de manera precipitada tuvieran que llevarlo a urgencias para calmar sus penas y que volviera a sentir lo que es la cordura aunque fuese de manera artificial. La situación se le fue informada, Raul se quedó tan reflexivo como lo hiciese él cuando hablaba con su amigo inmigrante o los pequeños segundos en que su jefe se estremeció por la intención de hacerles un genoocidio en la plaza pública. Debía de seguir internado en ese lugar, ya no era la carcel, sino un centro terapéutico y psicológico para gente con traumas. 

Llegaron 2 señoritas de vestido blanco y bien lozanas que lo ayudaron a instalarse en una silla de ruedas para que pudiese recorrer las instalaciones; todo en esos momentos era tranquilo, un aura de calma que te decía al oído que todo iba a estar bien era lo que sentía, salieron al patio y no había que indagar mucho para darse cuenta que estaba en medio del campo cordillerano; el molesto sonido de las alarmas que te galopaban la cabeza, el aire que intoxicaba tus pulmones, y el hecho de haber conocido lo peor de uno mismo habían desaparecido. Todo lo que se podía ver era un complejo de ladrillo con 2 edificios rectangulares de 5 pisos interconectados mediante un puente en el segundo quintil, rodeado de hectareas llanas con pasto ya bien seco pero lleno de personas que pasaban el día ahí, muchos de ellos maravillados por lo enamorado que te dejaban la cordillera de los Andes con su asaz balleza. Pensaba que esa etapa tan oscura que sufrío en el otro lugar ya había llegado a su fin, quizás ahora podría pensar con serenidad lo que estaban haciendo con él.

Parte 3:

-Yo solo daba mis puntos de vista acerca de la situación que pasaba día a día libremente, pero de saber lo que me pasaría nunca habría hecho eso; al fin y al cabo no estaba consciente de las consecuencias ya que no consideraba mis dichos como noticias falsas, pero para ellos sí…me arrepiento un montón.

Cuando Raul ya pudo moverse un mayor problema volvío a tener contacto social; en el comedor donde comían ubicado en el primer piso del establecimiento, un lugar poco iluminado, sucio, y con la pintura descolorida de hace más de 2 décadas conoció a un joven llamado Lucas de 20 años al cuál nunca le hicieron falta las comodides al ser de una familia privilegeada; su piel blanca y su baja estatura contrastaba con la del resto marcada por haber tenido una vida más esforzada a lo largo del tiempo. Fue él quien le hizo ver la realidad que igual había pasado por un encierro similar por sus publicaciones en contra del actual gobierno mediante internet a los pocos con acceso.

-Siempre he escuchado por las propagandas que el espacio para hablar sin miedo es algo garantizado por estos lados del mundo, tampoco es que sea algo de lo que hubiera pensado mucho hasta que conocí a una persona llegada de muy lejos que me hizo abrir los ojos.-Dijo Raul-

-No te creas nada;para comenzar.-Diciendo Lucas-. Son ellos quienes deciden que es verdad y que es mentira, son seres sin remordimientos que tienen sus intereses puestos en sus problemas y no en nosotros como dicen ser; y con respecto a esa persona ¿Acaso era el Mesias para creerle sin critica?

-No, pero quizas poder tener dos puntos de vista sobre las cosas te hace razonar más sobre quien pueda tener más razón.

-¿Entonces debes de siempre seguir a alguien?

Raul se quedó pensando varios segundos sobre eso, miró a la cordillera sobre aquel patio de pasto divagando sobre que responder; por su mente pensó que quizas todo lo que había pasado en su vida fue por seguir a otras personas, la razón de estar en ese país fue por seguir a su familia cuando era un niño, su vida llena de pobreza y trabajos forzados por acatar las ordenes estatales, y todo ese tormento de los últimos meses por ir en el mismo rumbo que su supervisor Exequiel.

-Lucas.-Diciendo en voz baja Raul.- ¿Si tuvieras la oportunidad de salir de este país lo harías?.

-No sé, Hace unos meses no tendría necesidad de hacerlo gracias a mi familia, no obstante ahora las circunstancias han cambiado y no sé que será de mi y mi familia. A lo largo del tiempo he escuchado relatos de personas que han «violado» ya bien las leyes o la constitución y fueron encerradas en soledad para finalmente llegar a este lugar; sin embargo la libertad no es el final de todo, como si fuese una caza de brujas toda tu familia es calificada de lo peor, salir de acá no es más que otro castigo. 

Las charlas entre ellos dos eran muy simetricas en todo sentido, pero no todo durante el día se basaba en eso; cuando el inaguantable y acosador sol se despedía para que pudieses descansar por solo unas cuantas horas y te dejaba los mejores momentos del día para gozar, Raul y muchos otros compañeros jugaban al rugby corriendo libremente en la jaula de la cordillera, comían alimentos en mal estado en el comedor en compañía, para posteriormente cada uno de ellos charlar acerca de su vida en las habitaciones compartidas con solo una pequeña ampolleta de muy baja luminosidad, esperando el llamado del sueño a sus ojos para darse las buenas noches y acostarse en sus colchones tan duros como la piedra. 

Un llamado de la mente en Raul aún le recordaba que tenía un hijo y una mujer que aún debía de ver, en contraposición ahora no era acosador, sino un vigor para seguir esperando con añoranza el día en que saldría de ahí, un hecho que debiese de ocurrir por las constantes historias de Lucas, ellos no serían ni los primeros ni los últimos en pasar por todo eso. Su comisión ese día se encargaría de limpiar los malorientes baños ídoneos para el celo de las especies de cucarachas en el cuarto piso, ya se encontraba ahí tres semanas y todos en su grupo se dieron cuenta de la llegada de un nuevo intengrante al centro, su cara ya comunicaba el deseo de pedirles compañia y asilo, su pobre cuerpo apenas se podía mantener en pie, pero eso no era todo para Raul, aunque ya no fuese el mismo de hace unos meses se encontraba frente a un compañero de su antiguo trabajo, estaba tan seguro que debía de encontrar el momento para saber su historia, y de esa forma ayudarlo como todos en ese lugar lo hicieron con él. 

A su suerte, como si ahora mismo fuesen un barco en la deriva por mitad del océano buscando cualquier asilo para sobrevivir, sin si quiera un cápitan decente; Jose Antonio habría de esperar 2 días para ser capturado, no les bastaba con los que habían capturado, se hicieron querellas contra los que escaparon, solamente unos pocos afortunados se salvaron, aunque ya no tendrían de donde conseguir la devaluada moneda local. Los sentimos entre él y Raul eran muy concordantes sobre la soledad, y de igual modo un arrepentimiento extremo al intentar combatir a un enemigo abstracto invensible para cualquier comunidad de pequeño tamaño. El punto climax de su locura fue la última noche en ese internado, al igual que fuese la de Raul, Lucas y todos sus acompañantes; el comedor era un lugar seguro por su completo abandono, por ende muy ídoneo para poder encontrar los paralelismos entre todos ellos cuando el aire de afuera significase un peligro en un lugar donde sus vidas no son importantes al solo reconocer las muchas necesidades de las que carecian. 

El patrón en todos ellos era el mismo, como si supieran todo fuese planificado, más aún después que sus cabezas estallaran en angustias y un temor enorme recordando y temiendo volver a repetir todos esos sucesos, las 5 personas ubicadas en esa mesa nunca se han retorcido tanto y tener esas pieles de gallinas, todo por el llamado del megafono al pronunciar sus nombres sin cortes y de manera monótona a la habitación del director de ese lugar ubicado en la primera planta del edificio oeste. En el salón azul vacío de bienvenida, doblando a su derecha, Raul y sus otros 4 compañeros de habitación abrieron con mucho tapujo la puerta tratando de aparentar tranquilidad y un comportamiento sereno ante el temor de las palabras que saliesen de la boca de aquel sujeto que conocerian. Quizás era la mirada de sus ojos azules, o lo estático de la postura en su delgado cuerpo con piel de traje blanco y corbata roja; pero para todos en la habitación color cafe claro iluminada, acompañada de muchas plantas y estantes con colecciones de libros que significaban el haber escuchado a una persona muy culta, fue todo un alivio saber que sus vidas no estaban en peligro, sino que todo lo contrario; de alguna forma iban a ser puestos en libertad sin fianza y de vuelta a su ciudad, serían reintegrados a la sociedad quizas después de más de un año para ellos.

-¿Cómo eso así como así?- Exclamó Lucas.-

-Así lo hemos determinado en el juzgado, a las 22:00PM los queremos en la salida del lugar, una camioneta en función de donde vivan los va a llegar ahí. -Le respondío el director.-

-Debe de haber algun truco bajo esto, ¿de qué se trata?. 

-No hay ningún truco, ya todo fue expuesto a su tiempo y vamos a acatar las ordenes que recibimos. Debiesen de estar felices, dudo mucho que no quieran volver a sus vidas de antaño, quizas esta nueva experiencia los haya hecho cambiar de opinión sobre la vida. -Le insinuo el director a Lucas con un tono prepotente.-

-Claro que estamos felices, ¿acaso no lo estariamos?, pero usted de seguro debe de saber porque nos van a poner en libertad y no pensar que haremos lo mismo que nos llevo acá.

-Tú mismo lo acabas de decir compañero… Sabemos que no lo harán. 

-¿Qué le hace creer eso? -Dijo Lucas más sereno e intrigado-

-Nuestra misión una vez son recibidos bajo la custodía legal es reintegrarlos a la sociedad y garantizarles todos sus derechos para una vida digna y que puedan cumplir con las normas de la constitución, y todo ese proceso ya fue terminado… Sabemos muy bien lo que hacemos, no por nada nadie que sale de este lugar ha vuelve de nueva cuenta, simplemente vuelven a donde habían quedado antes, aunque bajo una nueva perspectiva social.

– ¿Con «perspectiva social» se refiere a lo que piense nuestra comunidad de nosotros? -Pregunto Raul-.

-Claro que sí, todo el país sabe quienes son ustedes…todo el país sabe lo que hicieron…todo el país sabe lo que estaban provocando. Puede que en estos momentos se hayan olvidado de ustedes, no obstante tenemos el poder de hacer que los recuerden de nuevo.-Les dijo muy promiscuo el sujeto como si fuese una amenaza-.

-No lo creo tan así -Le respondío Raul-. A nuestra marcha se agregaron de manera voluntario muchas de las entidades encargadas del aseo de la ciudad, por ende cada persona tendrá que sacar sus propias conclusiones, recuerde que igual he escuchado emisoras que han críticado las medidas del gobierno, a veces incluso de forma negativa.

-Claro que sí, cada persona tiene el derecho de poder comunicarse libremente o difundir información siempre y cuando no viole la ley anti noticias falsas, entonces, ¿Cuántas veces haz escuchado a dichos locutores después de haber dicho sus comentarios?

*Raul estuvo unos segundos pensando hasta que fue interrumpido*

-De seguro ninguna, ¿sabes por qué?… Ellos incumplieron la norma, tú Lucas debes de saberlo de mejor forma, nada de lo que haz dicho resulta verosímil, y simplemente debiste de haber reconocido tu error para poder ser libre de nuevo. Pero tranquilo, no vas a querer volver a poner a tu rica familia triste de nuevo, tu madre no dejaba de llorar y suplicar que te liberemos.

-¡No puedo soportarlo!-Exclamo Lucas-. No soy dueño de la verdad ni nunca lo seré, estoy consciente de lo que puedo y no puedo afirmar en base a mis conocimientos, soy un ser humano y no un dios que su palabra es la santa biblia; y eso igual debe de pasar para ustedes.

-No me hagas reír-Le dijo furioso el director- Todavía para tu lozana vida sigues siendo muy hipócrita; nosotros, los países, jugamos a ser dioses. Y es nuestra obligación, debemos de mantener en seguridad a nuestros ciudadanos de todo lo que nos afecte, no ha sido fácil para el país mantenerse después de todos los conflictos civiles de hace décadas atrás; ni mucho menos hoy en día que tenemos el control y cualquier movimiento extraño puede volver a polarizar nuestro territorio. ¿Cónoces la historia de Chile?, desde la divulgación de los medios másivos para conectarse hace más de un siglo nacío una creciente polarización a nivel mundial, o eras un «sí» o un «no», fue por esta maldita razón que todos los conflictos futuros sucedieron. ¿Pero sabes cúales eran los únicos países dónde no pasaba esto?, en los que los políticos jugaban a ser dioses. 

-¡Ustedes no son dioses y nunca lo serán! -Furioso lo dijo Lucas-.

-¡Venga! vuelve a tu casita y dilo por internet de nuevo. ¿Lo harás acaso? ¿tendrías el valor?.

Raul y sus otros tres compañeros calmaron a Lucas, quien estaba furioso e impotente simplemente por una razón, sabía que no volvería a hacer tal cosa y sufrir la soledad de nueva cuenta. Pasaron unos minutos de total silencio donde las cosas se fueron calmando igual que el mar después de una tormenta. El director, él cual siempre mantuvo la cordura y se hizo presentar bajo el nombre de Giorgio Font. Ya eran las 20:00PM y él ya los invitaba a despedirse de sus compañeros, aunque no sin antes decirles unas palabras.

-Perdón si les pude sonar muy grosero en algunas ocasiones, pero quiero que entiendan algo muy importante, en este país las cosas no son como hace un siglo atras, puede que para mejor o peor las cosas sean así, al final ustedes podrán creer una opinión como yo tengo la mía que les comenté; solamente no sean ustedes quienes crean tener la verdad, pues de alguna forma esta ya está escrita y somos nosotros los que la interpretamos.

Tampoco es que hubiera mucho que hacer en su habitación mas que limpiar todo para los próximos reos, ya que así como llegaron se írian, sin nada en absoluto. Cada uno de ellos posteriormente se dieron el adiós con las personas que más compartieron; Raul y Lucas ya sabrían que nunca más se volverían a ver posiblemente, así que estos querían darse un gran abrazo antes de irse, pero quedaba alguien para hablar. Ya estaba en mejor estado de ánimo y de a poco volviendo a la tranquilidad mental cuando Raul se despidío de él; Jose Antonio se encontraba elucubrando las cosas en el pasillo que conectaba los dos edificos cuando tuvo las palabras finales con su excapataz. Con él sería más factible un próximo encuentró, así que su charla estaba destinada a darles fuerzas para que siguiera con deseos de vivir, ya que una persona lo estaría esperando. Se dieron un abrazo de confianza que duro cerca de 6 segundos, y antes de irse Raul le dío sus últimas palabras, «cuando tú y tus compañeros descubran la verdad, seguramente podrían volver a su libertad», puede que esa haya sido la reflexión de Raul todas esas semanas.

5 furgones distintos estaban en el estacionamiento fuera del complejo, era un pequeño soto de pinos de un camino de ripio al que solo había visto desde afuera Raúl, a pesar de ser de noche y no poder ver mucho sintío mucha añoranza de volver a respirar aire puro, recordó momentos de su infancia, podría ser que él hubiera vivido en su antiguo país en un oasis en medio del desierto, o la génetica humana de conectarse con la naturaleza. Ellos 5 se dieron el adiós definitivo tras haber superado sus peores etapas todos juntos, soportando malas condiciones que la unión las pudo vencer mentalmente. Cada uno de ellos se sentó en la parte trasera de su camioneta específica y partieron rumbo al lugar del cual habían sido arrancados sin su consentimiento.

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Fue un viaje largo de más de 7 horas, pasaba por su cabeza lo moderno y estable que era la vida en la capital fuera del hecho del calor infernal y el aire en mal estado en comparación con el lugar de donde venía, pero más que eso por el trayecto todo era igual, muchos sotos y terrenos de cultivos en mal estado por consecuencia de la falta de nutrientes en los suelos. Llegó a la terminal de su ciudad a las 6:00 AM, quedaba a 3 cuadras de la plaza de la última vez, y sin vacilar más fue mirando por la calle y vio a una persona ebria a la cual le pregunto que día era.

-Hijito mío… Ni yo mismo me acuerdo, pero creo que en febrero.

¿Sería acaso febrero de 2103?, eso no importaba mucho para Raul mas que volver a casa. Sin aspirar a más, corrío como nunca antes lo había hecho rumbo a su casa por la ruta costera; tuvo que volver a pasar por el lugar donde fue fusilado su antiguo jefe, no tuvo otra sensación que lástima, la plaza estaba como hacía antes del paro, todo limpio y ordenado; era como le dijeron hace unas horas, «nosotros tenemos el poder que hacer que la gente los recuerde». Sin parar, al ritmo como si fuese una corrida de semi fondo iba Raul al lado de la muralla que protegía a su ciudad de las inundaciones en marea alta. Una vez llegado a la villa, que antaño era un lugar de explotación de carbón y ahora uno de desalinizar el agua del mar, ascendió los cientos de peldaños de escaleras a su casa en el cerro, por esas horas el funcionamiento de las vagonetas eléctricas 100% renovables aún no estaba en funcionamiento, pero al menos tenía el premio de por fin ver salir el sol desde el lado este asomandose por la cordillera de Nahuelbuta.

Estaba cansado, solo daba pasos cortos pero muy eufóricos como el origen mismo de la palabra «aleluya» en la antigua Europa. Sus 50 pasos al lado norte le hicieron observar su tan anhelado hogar, no lo podía creer en absoluto, se sentía muy contento, un año de su vida desperdiciados donde se pordío muchas cosas de su hijo, o de su esposa, pero podría resurgir sus cariños apacibles de nuevo, era el mismo efecto que el de un hijo y su madre, no hay nada más hermoso que un reencuentro.

Pero en unos minutos no lo podía creer, no entendía las cosas, la alegría paso a preocupación. Al dar sus últimos pasos y abrir la puerta lentamente no había observado a nadie, es mas, todo era totalmente distinto a como estaba la última vez que amanecío ahí; recordaba tener 2 camas que se veían a simpre vista y ahora solo una, además del completo desorden de botellas y restos de alimentos en mal estado, ni que hablar del olor semejante al del pescado cuando es expuesto por muchas horas al sol. Se adentró en la casa y no había nadie, miró a la mesa y observó una fotografía la cual tomó. 

«El día de nuestra boda».

Dos personas muy lindas, de los tiempos de su juventud seguramente se veían ahí; no obstante ninguna de ellas reconocida por Raul. ¿Se habría confundido de casa?, él estaba seguro que eso era imposible, se sentía totalmente incredulo e indefenso. Salío de la casa tratando de buscar a quien sea, logró ver a una ama que recordaba barriendo su casa.

-Oiga señora Gonzalez, ¿Sabe qué pasó con los intengrantes de esta casa?

-Oh… ¡Señor Raul! -Dijo la señor totalmente asombrada por verlo- Me había olvidado totalmente de usted, hasta donde sé si no mal recuerdo a usted se lo llevaron y su familia también.

-¿Cómo qué también?

-Eso me dijeron, pero desde que la casa quedo abandonada un sujeto alcoholico se tomó su propiedad.

El pánico se apoderaba nuevamente de su pobre cuerpo, habían sido demasiadas cosas en tan poco tiempo que sentía como su enemigo interno se iba liberando de a poco y tomando su cuerpo. Estaba espantado, su cara evidenciaba lo nervioso que estaba, de hecho su vecina dio unos pasos hacia atras por el temor de alguna reacción violante que tuviese Raul. Aunque para bien de ella fue él quien dando media vuelta para atras, y tomandose los pelos tal cual una crisis de pánico estuviera teniendo salío corriendo rumbo a su antiguo trabajo; no había quien lo detuviese, ya no era el mismo de hace apenas unos días. ¿Qué le pasa?, los nuevos trabajadores que reemplazaron a los anteriores se hacian esas preguntas al ver a un tipo raro corriendo sin parar con toda la calor típica de esa época del año, lo peor quizás es que nadie lo reconocía a él, solo iban a trabajar para conseguir algo de dinero después de luchar tanto para conseguir un empleo decente. 

Raul se quedó en una esquina del edificio de la planta desalinizadora, su corazón latía tan fuerte como un tambor, su cabeza le mareaba tanto como una mordedura de una víbora, y sus llantos se hicieron tan pavorosos como el último día en el internado; y ahí estuvo completamente solo, sin recibir ninguna ayuda ni de un desconocido, ni mucho menos de su familia, ya se había olvidado del rumbo de sus padres, y su hermano muy ocupado tendría que estar en alguna otra parte del país, y su familia sin ninguna respuesta. Había despertado y era todo nítido a su lugubre alrededor, se había quedado dormido tras sufrir una crisis, apenas volvía a sentir lo que era estar vivo se tomó su dolida cabeza que le daba mil vueltas, ni sabía cuanto tiempo había pasado, pero quizás lo suficiente como para que los incendios provocaran la llegada de humo para tapar toda la ciudad, las cenizas que caían lentamente lo indicaban así. Levanto la cabeza y vío una silueta tal como cuando el inmigrante llegó a su mundo, se le acercaba lentamente, pero para Raul eso era una molestia, lo que menos quería mostrar a alguien era pena o lástima, ni mucho menos recibir alguna limosna sin él pedirla, aunque para su suerte sería un encuentro muy virtuoso al poder ver como se iba configurando un rostro ya conocido, y al estar ya debajo de su cuerpo y ver como le pedía las manos no había duda, era su antiguo compañero Bastian.

-Sabía que volvería a verte, ya estas siendo figura de nuevo por la radio, todos están volviendo a hablar de tí, el primer reo en recibir su libertad después de más de un año. ¿Cómo estás?.

No fueron las mejores palabras para Raul, aunque por su estado ánimico no afecto tampoco tanto, al igual que ser mencionado en las noticias, él se sentía tan en el suelo que todo lo que pasasé no lo afectaría para caer más.

-¿Qué le pasó a mí familia? -Pregunto Raul.-

-Venga, demos una vuelta, me da pena verte así.

La marea estaba baja, solo 3 metros de playa para caminar por fuera de su antiguo puesto de trabajo, Raul caminaba con la cabeza hacía abajo y Bastian todo derecho e erguido, y tampoco era eso para menos.

-¿Ves ese bote de ahí hundido?, en el pasado soliamos cazar peces en esos objetos, ¿o qué tal esa roca?, me contaron que era muy bonita, lástima que el mar se la haya tragado.-Decía Bastian al ver a su amigo-

-Si… eso me decías siempre antes, pero necesito saber, ¿qué le pasó a mi familia?. ¡Más de un año sin verlos!, ¡así no es como pensaba que serían las cosas!.

-¿Crees que sea lo mejor saberlo?

-¡obviamente!

-Fueron encarcelados al igual que tú.

Los dos dejaron de caminar, solamente la mirada de Raul a su amigo le indicaba que hablase más.

-Verás, después de lo ocurrido en la plaza, se abrío una investigación para conocer los detalles acerca de su movilización, fue ante aquello que determinaron que todo fue culpa de un nuevo enemigo llegado desde lejos. Y da la casualidad que quien comenzó a dar esas ideas fue tu nuevo amigo llegado desde el otro lado del mundo, quien lo hizo contigo y tú hijo, quien pronto hizo lo mismo con sus compañeros de clases. ¿Entiendes?

-¡No!….¡Eso nunca fue así!, ¡él solo nos enseñaba como era el mundo exterior!.

-Pero para otras personas no, y que pena que esas personas sean las que tengan la autoridad como para ancarcelar a una mujer y su hijo.

-Es… ¿Ellos,,,? ¡Más vale que no tengan que pasar por eso!.

Bastian no entendía como Raul lloraba por lo que acababa de decir, aunque compendría, y tras unos minutos, que parte de todo aquello era su responsabilidad.

-¡¿Cómo demonios tú te salvaste?! -Gritó Raul-

Bastian solo pronuncio un «no sé». Él trato de apoyarlo, lo abrazaba y le daba cariños, no habría palabras que puedesen sanar a un hombre en esos momentos, su familia no sabía como se encontrarían, ni mucho menos que estarían asiendo. Solo quedaba ese espacio donde los dos pensaban, mientras el sol ya se encondía y la luna se veía obstruida por el humo de los incendios. Raul veía futuros en los que tendría que formar una nueva vida, y esperaría cada día de lo que le quedase de vida esperando a su familia, sin siquiera intentar de nueva cuenta al estado. Bastian en contraposición reflexionaba, es especial desde hace muchos meses sobre si la desición de ayudar en la investigación culpando a su familia era lo correcto, pero al final su mente se tranquilizaba al recordar que esa acción la hizo bajo sus principios. 

Etiquetas: distopía drama misterio

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