Tiempo de mí

Un día más, que tan solo, se me escapa.
Tan sólo un día más, pensé.
Pero un día más que se escurre de mi percepción no solo es un día perdido, es un día negado a mi yo mismo.
Hoy, es un día más de esos en que mis ojos no se vuelven a mí, pero los veo mirar con desdén el paso del tiempo que corre delante mío, arrastrando todo, obligando a fluir la realidad en un curso que es imposible saber si él mismo determina, atrayéndome hacia sí con su infinito poder.
Y ahí mismo me encuentro ahora, sin siquiera la capacidad anímica de poder luchar contra esa corriente, para tal vez así, en todo caso, lograr ubicarme en ese flujo temporal en el día de hoy.
Y así, vencido, yazco impotente pero no inmóvil, muy a mi pesar, en el caudal imparable del tiempo, que fluye incluso desde antes de su incausado inicio, y que seguirá fluyendo aún mucho más allá de la certeza que nuestra consciencia pueda concebir en su razón, o imaginación.
Entonces hoy, es un día en que me dedico y me entrego al tiempo. Un día en que, incapaz de ignorarlo contabilizándolo, lo admiro ahogándome en él.
Pero a pesar de eso, el tiempo no se detiene, y no lo va a hacer por más días que pierdas intentando detenerlo .
El tiempo es despiadado.
Inmune a sí mismo, el tiempo es ácrono, e inconsciente tal vez de su efecto.
¿Tendrá algo, el tiempo, a lo que temer, por lo que angustiarse, algo a lo que rendirse irremediablemente, como nosotros a él?
Espero que no, eso me haría perder mucho, mucho más que un simple día…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS