Saboreo mi café, mi pan dulce
Quizá mañana todo vaya bien, todo vaya igual.
Invento la poesía, juego con los colores
Descifro números, ajusto mis cálculos.
Rearmo las rimas, danzo entre mis días
Y en el silencio sé que te espero, que te busco
No entiendo la espera, me agobia.
Cruzo los silencios, ensayo palabras
Le imploro a la luna, le digo que ya es tiempo.
Hago malabares, me estiro en calma…
Entonces sucede, las frases ya no duelen
El sueño que tanto me gustaba,
Que tanto diseñaba
Ahora no solo es un rumor,
Tiene un nombre, una figura
Una voz y unas manos.
Se pasea sigilosamente frente a mi
Cada tanto, curioso y tenaz
Me mira, me regala su hacer
Me habla con paciencia, con rudeza
Con la firmeza de quien quiere guiar
De quien espera dar luz y acompañar.
Ahora disfruto su paso
Mi sangre hierve ante su presencia
Mi máscara se esfuma,
Sus miradas queman mi lengua.
Arde mi pecho y tengo la certeza
De que su mano junto a la mía
Tienen por un tiempo enorme
Un millón de historias por vivir.
Cada instante, cada segundo
Ahora con la emoción de tu encuentro
Vivo el sueño, lleno de razón
Y me acerco más a ti,
Y late mi alma más cerca de la tuya
Me sonríes más a menudo.
Tus ojos se iluminan al reflejarme
Mis manos hacen música con tu aroma
Te respiro cerquita.
Saboreo mi café, mi pan dulce
Quizá hoy te pueda ver, quizá te pueda sentir.
Invento la poesía, juego con los besos que has de darme
Descifro tus naufragios, ajusto tus latidos.
Rearmo las rimas, hurgo en mis entrañas
Y en el silencio sé que llegaste, te examino
Mi voz te rodea, mis letras te desean
Te abrazo en mis noches.
Te abrigo al amanecer y te alojo en mis sueños.
Te vivo, te reconozco…
Y en el silencio sé que te estas, que llegaste
Todo tiene sentido, todo toma forma.
Rompo los silencios, deshago las palabras
Le agradezco a la luna, le digo que ya has llegado.
Hago malabares, me estiro en calma…
Cuando te conocí.
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