Danzando en armonía

Nos miramos, nos reconocimos

Unos instantes y no existía nada mas

Los sonidos se hicieron pequeños,

Nuestras manos nos crecieron,

El frio desapareció, el calor nos invadía.

Tu frente de mí yo frente de ti,

Nerviosos, dispuestos

Aterrados, enamorados

Y todo se fragmentó, estallo

Me besaste, te besé

Reconocí tu boca de un sueño

Reconocí tu beso, de otra vida

Reconocí tu sabor, desde siempre

Reconocí tu alma más que nunca.

Ahí pulsando uno frente al otro

Besándonos por mi primera vez,

O reencontrándonos de nuevo.

Besándonos, descubriéndonos

Nuestro aroma, nuestro dulce.

Te besé, me besasté…

Nos entregamos en un solo beso

Que nos reveló hasta el amanecer.

Un beso que no tiene final

Un beso delicioso e interminable

Incauta mezcla de furia, pasión

Y la ternura más mística.

Latente en esa alma que pulsa al unísono

42 gramos vibrantes, que palpitan a su ritmo

Y en la dualidad más mágica comparten sentido,

Danzando en armonía.

Juntos engendramos caos, claridad

Y toda contradicción, tensión y alianza,

Nos nace, nos desborda.

Creamos portales colmados de dicha

Nos resguarda en ese choque

Nos sostiene ese equilibrio de opuestos

Y esa paz de inocentes, de los necios,

De los ilusos.

Nos sostenemos juntos, unidos desde el alma

Unidos desde el cuerpo

Unidos desde la rabia de poseernos.

Unidos desde ese beso, infinito

Unidos desde las ganas, desde el deseo que nos hierve

Unidos desde el alma, Que nos sostiene.

Que nos abriga.

Nos miramos, nos reconocimos

Unos instantes y no existía nada más.

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