Y llegó ese día que tanto temía. 

Esto duele más en el ego que en el corazón. Ahora sé que me he destruido tanto que no sé cómo repararme, ni por dónde empezar. 

Lo amargo siempre se extiende hasta consumarlo todo. Ahora aunque desearía con el alma poder quedarme, debo de irme.

Y aunque me duela sacarte del pecho, lo haré, porque es así como deben ser las cosas. 

Te extrañaré y moriré de ganas por saber de tí, no lo dudo. Pero hasta en esos momentos mantendré la calma.

Se marchó cuando me sentí más vulnerable. No hubo un adiós. Duele irse de donde te querías quedar para siempre.

Entiendo que esto no tiene que ver conmigo, así que tienes el espacio para llenar las profundidades de tu alma. Y no niego que dolió la lección pero aprendí cuándo decir adiós. 

Y es así que me fuí, en defensa propia. Gracias por enseñarme a amarme un poco más. Nos vemos cuando el destino tenga ganas de reunirnos, mientras tanto, sé felíz. 

Después de todo, alejarme de tí fué el mejor final que tuvo esta historia.

[•• Verano Incierto ••]

Volvió a brillar la luz en mí. 

Todavía hay desiciones de las que me arrepiento, pero ya no sucumbe mi corazón. Mi calma no se verá alterada por tu desorden.

No sé si es cariño, costumbre o admiración. Pero podría asegurar que la alegría del corazón fué la misma, fué real… Lo sentí desde que sentí su mirada en mí.

No intentes asustarme con tu tormenta, ya soy una montaña difícil de derrumbar, aprendí a controlar mis monstruos y mientras tú andabas intentando distraerlos, yo buscaba controlarlos, eliminarlos. 

Siempre habrá ese algo (que no he llegado a saber con exactitud lo qué es) que nos una, pero la oportunidad de un mañana ya no está. El cariño y respeto sí, la oportunidad ya no. 

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