Estimadas empresas, me presento: Somos el futuro sin futuro.
Vivo en C/ de la Olanzapina, 7,5 mg. Sótano B.
Una dirección de correo electrónico al uso, llena de spam.
Ningún email de antiguos amantes. Nunca los hubo.
Un teléfono al que solo respondo cuando llama mi madre.
Disponibilidad horaria y geográfica. Apátrida por obligación. Emigrante por vocación.
Extensa formación académica en ciencias, letras y artes que nunca me han dado trabajo “de lo mío”.
Demasiado cualificada para algunos, falta de experiencia para otros.
Perfecta para el puesto de: “Ya te llamaremos”.
Experiencia laboral en cualquier campo por necesidad.
Quería ser forense, astronauta y agente secreto, no pudo ser.
Tener sueños está muy reñido con poder comer, hay que elegir, y por eso yo siempre tengo hambre.
Formación complementaria en levantarme de mal humor, miedo a fracasar sin intentarlo y facilidad para trabajar en grupos de uno o menos.
Treinta y dos años de experiencia demostrable en crisis existenciales.
Persona altamente trabajadora en el olvidado oficio de conocerse a uno mismo.
Encantada.
No tengo coche, ni bici, ni moto.
Permiso de conducción de mí misma en regla.
Apasionada musical desde 1996, 20 años de experiencia en el canto desafinado a escondidas.
Especialista en tener miedo a caerme pero no a morirme.
Hablo cualquier idioma que se me requiera, todos regular.
Aprendo rápido, pero lo aplico lento.
Estúpida profesional en el estudio de talentos inútiles.
Información adicional:
Toda la culpa es nuestra, porque nunca fue nuestra, ni siquiera la culpa.
No fuimos y no podremos ser.
Pero somos.
Una legión de lobos solitarios.
La más grande de la historia.
Nadie se atreve a tomar el mando.
La herencia nos dice que no estamos cualificados y que nunca lo estaremos.
Que somos unos ninis, unos muertos de hambre, que no trabajamos porque no queremos.
No lucharemos por el puesto: os lo arrancaremos de las manos, no estamos adoctrinados bajo el yugo del sistema que nos obliga a ser una masa obrera gris.
Somos un amasijo heterogéneo lleno mil de colores y formas diferentes.
Somos los marginados y,
cuando se nos acabe el miedo:
Corred.
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