Abstracción fantasmal

¡HOLA! (CAPÍTULO I)

— ¡Hola! un placer conocerte, te he seguido la pista desde hace algún tiempo y por fin me lees, voy a disfrutar plenamente que me dediques los siguientes minutos de tu existencia en ese plano material. Es un verdadero gusto, disfrutar de tu tiempo, mente y vista, percibiéndome.

Por cierto, ahora que me dedicas este lapso de tu tiempo, quiero saber si has escuchado una frase muy popular de J.P. Morgan, que más o menos dice así: «El tiempo es oro, lo demás es…», ¿la recuerdas?

¡Oh si! es el mejor chiste que alguna vez escuché. Ahora en esta seca perspectiva, lo asimilé mejor. — Aaah, ya sé, te estarás preguntado — ¿Eso es un chiste? ¿Qué acaso, no fue el mismo J.P. Morgan, quien reveló la naturaleza esencial del proceso económico, mediante cual, a las personas se les paga por su trabajo, y que a su vez es la columna vertebral de nuestra sociedad capitalista?

— Te diré, me sorprende tu valía en cuestión económica, supongo que la aplicas en tu vivir, ¿ya eres millonario? ¿ya tu vida esta resuelta? ¿ya la disfrutas? ¿ya lograste tus metas? ¿ya «vives» realmente? o aun estas dormido y despiertas quejándote adolorido, derrochando valioso tiempo… ¿escuchas eso? tic, tac, tic, tac, tic, tac… presente que se te escapa en cada latir.

— Mi estimado lector, déjame regalarte una pequeña reflexión, sucede pues… que hay cosas que no sabes, y tal vez no te enteres en toda tu relativa vida, así pertenezcas a una sociedad capitalista, socialista, comunista, abierta, cerrada, incluyente, creyente, sexista… al fin, tarde que temprano, estarás en mi «sociedad» y créeme que vas a encontrar gracia a la frase antes dicha y la vomitarás. Bueno, es un decir.

— Te platico un poco, mi estancia aquí me ha permitido disfrutar de un intercambio amplio de conocimiento. Mi estimado A. me expuso qué el tiempo es una magnitud relativa y el oro es totalmente absoluto, por lo que la expresión resulta divertida. — ¡Oh! mi querido amigo, finalmente recuerdo como minimizó su explicación, con una sencilla frase: «No puedes comparar peras con manzanas». ¿Verdad, Einstein? que pensador tan inquieto, tan desprendido y tan adaptado al medio, el primero que entendió las posibilidades en mucho tiempo después de… cómo lo extraño…

— Lo interesante de que el tiempo sea relativo, es que tengo la certeza de que algún día me conozcas, en mi pasado, mi futuro, o en un presente que aún estoy preparando, es igual. Lo cierto es, que sin lugar a dudas, nos encontraremos, sólo espero que tengas lista tu voluntad y una despabiladera, de otra manera desaparecerás, colgado a tus lazos, no se te olvide.

— ¡Momento, calma ten cuidado! No es mi intención que te adelantes o te dejes llevar por la curiosidad, disfruta tu relativo tiempo, y evita caer en la trampa de las moscas, cuídate de éstas. No las alimentes con tu miedo, atesóralo para … cuando lo necesites.


MOSCAS (CAPÍTULO II)

— ¿Qué haces? ¿Qué buscas?… ¿Moscas?… Me diviertes, que literal eres. Tu rostro atrae, la manera como lees e interpretas mis palabras y gastas movimientos, en busca de importunos insectos. ¡Que encanto de lector!
— Es obvio, no me refiero a esas pestes… las otras. Aunque admito, que al igual que ellas también me he pillado de cierta entrada, que hace que ahora mismo me estés leyendo. Fué cuando noté que te siguen, desde que les abriste un acceso a tu interior, y ahí las tienes, hambrientas de banalidades y gustos incomodos, deseos frustrados… — ¡Ssh! Te digo esto en tono suave … así que baja la voz de tu lectura mental y discretamente sentirás su presencia. Detrás de tí, totalmente insulsos y con objetivos mediocres ¡no gires! No les des la satisfacción de voltear a ver, son hábiles, se esconden disipándose en las sombras la estancia en la que estas, a pesar de la hora.
— ¿Cuáles son sus objetivos? ¿En serio? no es obvio; pasiones humanas, miedo, enojo, frustración, exquisitas aflicciones. Algunos entes tan novatos, cortan sólo algunos hilos y logran colarse a tu plano, se sienten mejor con la energía física que consiguen, al jugar con tus glándulas suprarrenales y ocasionarte ese pequeño escalofrío producido por tu adrenalina, ¿qué? ¿no crees? ahora mismo, siente tu corazón, nota como suavemente acelera su bombeo sanguíneo, riega todos tus canales y nutre con vida cada ruta trazada hacia todas partes de tu ser físico, tu ser tangible, tu ser… temporal, que delicia, fíjate en tus brazos, que linda piloerección se ha manifestado.
— ¿Quieres percibirlos? No tengas miedo, algún día los vas a conocer, déjame guiarte, confía en mis palabras… respira profundo y siente como se alegran tus pulmones al recibir su néctar gaseoso, como hermosos globos rojos, hermanos gemelos… inseparables… trabajando juntos al unísono, orgullosos de su función, lo hacen por, para y solo para ti … suelta tus manos, no las tenses de esa manera, relaja tu espalda no te encorves, no tengas pena, nadie te ve, sólo yo estoy contigo, léeme atentamente, exhala 1… 2 … 3, inhala 1… 2 … 3 … y de manera discreta cierra y aprisiona fuertemente los párpados por tres segundos, luego ábrelos completamente, hasta que moleste un poco, no se te ocurra cerrarlos, lleva tus iris lentamente al borde superior izquierdo de tu visión… ¿Una pequeña umbría? ahí la tienes, casi imperceptible que te acompaña… bueno ya lo entenderás … relaja tus parpados y recupera la atención hacia mi escrito, continua respirando normalmente, no pasa nada.
— No te preocupes por mí, yo no utilizo esas vulgaridades, tengo un gusto más sofisticado. Desde luego que, no todos somos iguales, algunos les da por entrometerse en el reino tangible y «asustar», me gana la risa de pensar en «espantarte», no eres cobarde. A excepción, por las dos moscas que están a tu lado, trata de no atemorizarte, cuando encuentren el ¿Cómo hacerlo? no les permitas esa complacencia.
¿Por qué lo hacen? Digamos que, se desarrolla una especie de … mmmh … como decir … «antojo», «gusto», «adicción», «placer», «encanto» (elige lo prefieras según tu contexto) por las emociones humanas.
Te decía, mi existencia posee las ideas, recuerdos, pensamientos de mi pasado — Sí, no te sorprendas, se sigue trabajando desde aquí. Pero llega a ser muy tedioso consumirte sólo tus propios recuerdos, añadiendo que el tiempo es diferente y repite lo mismo cada lapso infernal, inquieto, perseverante y vicioso. Desde hoy te digo, tu alimentas tu propio infierno atemporal, elige sabiamente.
— Excepto cuando te encuentras a tu A.E. y te regala una cátedra de exquisita brisa intelectual, sobre el tiempo y el espacio, y tan sólo por ese instante, entiendes porque eres y no estás y como regresar. Percibo la curiosidad en tu mirada, lamento decirte que es algo reservado para los que han cruzado el velo, si no… sólo imagina el potencial.
— Ah te decía, sobre el antojo de emociones; la que se consigue y consume fácilmente es el miedo, para mí es muy obvio, espero que tu también lo entiendas así. Se trata del instinto primitivo de sobrevivencia, marcado en los genes, excelente para generar electricidad en el ser tangible y lo mejor de todo: fácil de llevar a cabo por una consciencia, como yo. — Un mini contacto, una mini sensación, una envoltura, se vuelve tan adictiva, que … suceden cosas.

 continuará.

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