La galería de los corazones rotos

La galería de los corazones rotos

Galería de los corazones rotos.

Algo me falta, algo busco y no encuentro, seguiré sin saber qué es.

Busco agua a las 2 a.m. y me doy cuenta que no es sed, nada sacia este vacío, leo un buen libro, me emociona y desaparece, tan fugaz como la lluvia, tun sutil como un poema.

Me levanto una vez más viendo el halo de luz entrar por la ventana, una suave brisa cálida acaricia mi piel, nada puedo hacer solo pararme e irme a aquella vieja galería. Me baño, me coloco mis viejos vans negros, el pantalón que usé ayer y una camiseta que encontré en el suelo; me preparé el desayuno y salí así sin más. Caminé hacia la estación viendo a los demás caminar sujetos a la eterna necesidad de tiempo, solía pensar cual era la historia de cada uno de ellos, cómo sería su vida privada, y quien estaba enamorado, solo o simplemente había sido lastimado y tenía el corazón roto.

Llegué a esta galería que tantos recuerdos me trae y donde la nostalgia se hace siempre presente; aún faltan unas horas para abrir, pero doy mi recorrido rutinario, reviso las obras, los cuadros, las fotos, los escritos, reviso cada sentimiento guardado en esta galería de los corazones rotos, pocos conocen esta galería, oculta a simple vista de los corazones vagabundos que viajan y aman. Aquí el principal expositor es el amor, es él, el autor de cada uno de las piezas que traen los viajeros en su andar. Cada fragmento lleva el nombre del cómplice, antes de cada obra hay felicidad después viene el momento de saltar por el puente roto.

Me quedo un momento en un muro, y veo esa obra que siempre me roba la atención más que las demás, la obra se llama “la unión de lo diferente”, en ella veo diferentes corazones, algunos remendados, otros parchados, siempre por la mitad, siempre diferentes, siguiendo entre todos, una secuencia predilecta marcada por una cadena de trasfondo. Me siento en el suelo e imagino lo diferente que es el amor, y como nos complementamos los unos a los otros a través de las cadenas de lo desconocido, me imagino que tuvo que pasar para que cada corazón terminara roto, terminara herido. Estas paredes ocultan ese sentimiento de olvido y dolor.

Me levanto cuando siento que mis piernas están por dormirse y me acerco al área de escritos, aquí no solo escritores si no viajeros han dejado sus escritos, a veces suelo encontrarme con uno que otro escrito que me cautiva y me deja sin palabras; Abro el libro al azar y encuentro la lectura del día de hoy:

  • Mi corazón latía fuerte por aquella persona, aún la recuerdo; ella simplemente no me quería solo quería ver el dolor que me producía su rechazo o eso creía, solía imaginarla burlándose de lo ingenuo que era, quizá, ese no fuera el caso, pero definitivamente yo andaba herido, completamente lastimado por las palabras que ella pronunciaba frente a mí. No entiendo cómo de un día a otro se puede cambiar tanto un sentimiento, cómo se llega a lastimar a aquellos que decimos querer, es el ser humano es un ser indeleble que ha optado por el gusto de jugar con fuego aún con mil peligros de por medio…

Una lectura un poco infantil para mi gusto, pero cargaba mil lágrimas de por medio, de eso estaba seguro. Me pregunto ¿por qué sigo aquí?, aun conociendo esto que llaman desamor me he quedado junto a las letras de aquellos que dejaron de amar, que fueron lastimados, odiados, ignorados y olvidados, administro una galería dedicada al recuerdo, que tan loco debo estar para mantenerme aquí aun cuando yo debería ser un expositor constante, porque sí, he vivido con un corazón roto dentro de estas cuatro paredes, dentro de este sentimiento que solo escuchan aquellos que han visto el después del adiós.

Debo aceptar que al final de este recorrido solo queda un corazón roto y dolido, en una mesa tendido, allí en medio de la sala principal se encuentra mi amor, arrepentido. Ahora solo debo seguir esperar, volver a renacer, tener fe en hacer florecer mi corazón, el tiempo que le reste de vida. Así quizá pueda cumplir aquella frase de Taty, una amiga de la infancia que decía, “El dolor será un polizón, se colara por las entrañas de tu memoria, pero no será un viajero eterno, y cuando lo dejes ir encontrarás tu única y poderosa armonía.”, ahora mientras busco en esas palabras la fuerza necesaria, seguiré viendo como mil corazones rotos son expuestos en un solo lugar…

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