Irremediablemente

Capítulo 1.

Sería ingrato decir que Mary Klabtom era fría y antipática después de haber pasado tanto sufrimiento en la vida. Sentada en el ventanal de su casa, ubicada en el centro de Londres, en el año 1845, donde la vida era muy complicada, estaba ella pensando, como haría, para desenrollar el problema en el cual se había inmiscuido inevitablemente.Sus padres habían muerto dos años atrás en medio de un trágico accidente, dejándola sola y sin ningún apoyo que no fuese ella. Al pasar todas las cuestiones cruciales bajo sus manos, se percató de que hacía tiempo estaban en deudas enormes con lo cual temía, no podía pagar. Esto la había dejado perpleja puesto que estas deudas eran las consecuencias de los juegos y las apuestas sin recompensas de su amado padre, lord Nicolas klabtom. Nunca lo creyó capaz de eso, le tenía mucho amor y pensaba que era el hombre más honorable de toda Inglaterra, comparado con otros lores de la cámara, los cuales, no eran buenas compañías en ningún aspecto.
Pues estaba asustada y no veía respuestas por ningún lugar, la única manera de poder salvar su economía era casándose con algún noble, que tuviese una buena fortuna, pero a pesar de contemplar esta idea, ella ya no tenía la edad para aspirar a esa solución. Con 25 años, las mujeres ,ya se convertían automáticamente en las solteronas que nadie querían y a las cuales todos les tenían lástima. Ella estaba dentro de ese grupo y nadie iba a considerarla.
Así, sin fuerzas, caminó hacia su sillón y se sentó con un suspiro. Si solo las cosas fuesen distintas y ella no hubiese sido tan difícil de seducir por hombre alguno, pensó, pero siempre había encontrado algún defecto despreciable en todo caballero que quisiese cortejarla.

En ese momento interrumpieron sus pensamientos con un sutil toque a la puerta.- disculpe la molestia milady pero, aquí hay un caballero que desea verla- Wilfred, su mayordomo desde que ella tenía uso de razón. De metro 1.60, piel blanca, ojos castaños claros, pelo gris y de facciones refinadas. Vestía una librea, de color negro y todo en él denotaba perfección.
Ella sorprendida de tan inesperada visita le preguntó- sabe su nombre?
– dice llamarse Charles Emerson, un abogado amigo de su padre.
– dígale que puede pasar.
El mayordomo se retiró en busca del abogado al cual cinco minutos después condujo dentro de la biblioteca. Charles la observó por unos instantes y le hizo una reverencia- milady, es un gusto verla y poder hablar con usted después de tantos años. Yo fui muy amigo de su padre cuando usted todavía era una niña. Siempre mantuvimos una amistad muy estrecha- Era un hombre agraciado de unos cincuenta y un años, vestido de traje negro y con un maletín de cuero en su mano izquierda. Su pelo contrastaba entre gris y negro y sus ojos de un color azul la miraban con una extraña empatía.
Invitándolo a sentarse le contestó- y para mi es un placer recibirlo aquí.-. Aquella era una visita inesperada pero ella siempre supo comportarse en cualquier situación. Desde niña sus padres le inculcaron una estricta educación.- a que debo el honor de su visita?-preguntó inquieta.
-pues bueno, yo vengo para ayudarla a encontrar una solución a sus problemas duquesa.
Ella lo miró sorprendida- pues no sé en qué usted pueda ayudarme realmente.
– yo sabía en qué situación estaba su padre cuando murió y bueno se que ya, en estos momentos, debe de estar en una posición bastante difícil para usted.
Ella suspiró-puede que tenga razón pero, por qué le interesa mi situación?
Él se acercó más a su escritorio- la única solución es buscar algún hombre que pueda desposarla y ayudarla a salvar su crítica condición.
Ella comenzó a reír- si eso también lo creo. Pero a mi edad créame que ya no puedo contemplar esa vía. Todos me consideran desdichada y en el momento que tuve oportunidad no la aproveché… A parte, no veo razones sinceras por el cual usted me quiera ayudar ahora y no se haya presentado antes.-dijo mirándolo con intriga.
-discúlpeme, se que le puede costar creer tan semejante acto pero no pude con tanto dolor y no sabía además como usted me podría recibir si en aquel entonces hubiese conocido mis intenciones.
Mary agregó con escepticismo-¿ Qué tipo de intenciones lord Emerson?
– no se preocupe porque haya candidato para esto. Yo tengo un pariente lejano que es conde y bueno, tiene muy buena fortuna. Ya conversé con él y me dijo que estaba dispuesto a aceptar el favor que le pedía.
Ella se quedó muda ante tal afirmación- cómo que hay un candidato? Pero usted hizo eso sin mi autorización!!
Charles rápidamente le contestó para tranquilizarla.-no milady, ahora es que le estoy ofreciendo este acuerdo, no hay decisiones tomadas todavía. Por eso le pregunto si acepta, para que él pueda cortejarla lo más rápido posible, así las cosas pueden resolverse en poco tiempo.
Ella se quedó pensativa tratando de poner sus ideas en orden. No podía creer que tendría que terminar así, casada con un hombre por conveniencia y no por amor. Siempre había creído que ella tendría un matrimonio lleno de amor y no de un arreglo apresurado con un total desconocido.
Tomó un suspiro lento – déjeme pensarlo por un tiempo y le daré una respuesta. Tengo que asegurarme de que eso va a ser lo mejor para mi. Le avisaré en cuanto tenga mi decisión.
El abogado sonrió satisfecho.- muy bien pensado milady, hoy mismo le informaré a lord Christopher, conde de Wimilton y no se preocupe, cuando usted esté lista, él vendrá a verla sin falta.
Ella se levantó haciendo que él hiciese lo mismo. -muy bien, vaya a su cometido entonces. Ahora si me disculpa, necesito hacer otras labores que requieren mi atención. Muchas gracias por su preocupación. Espero que nos encontremos pronto.
Charles hizo una reverencia- así será entonces, que pase un buen día, duquesa Klabtom.
Después de ese encuentro decidió caminar un rato por el jardín. Necesitaba despejar su cabeza y poner sus pensamientos en orden. Su vida iba a cambiar a partir de ahora. No le gustaba la idea de tener que casarse con un desconocido pero no podía hacer más nada. Mientras observaba a las delicadas flores que le regalaban su aroma suave y perfumado, Mary pensaba ¡Por dios su vida se iba a transformar en un infierno! Es que la mala suerte la acompañaba a donde sea que ella fuese. «Seguro debe de ser un hombre viejo y lleno de arrugas..» pensaba para sí misma resignandose a la inevitable realidad.
Por la tarde Mary regresaba a la casa por el sendero que conectaba del jardín a la entrada de la mansión. Con un vestido color turquesa, bien sencillo con algunos lazos, su sombrilla y sus delicados guantes. Su cabellera era rizada y de color negro azabache, el cual, contrastaba con sus ojos azules y le confería un porte de angel inocente.Muchos hombres habían puesto su interés en ella pero nunca sintió nada por ninguno de aquellos cuerpos sin ningún tipo de encanto ni de inteligencia. Era muy complicada y ahora temía por pasar el resto de su vida como las señoras de la sociedad el cual solo veían a su esposo para decirle buenos días, engendrar sus hijos y después encontrar un amante para llenar el vacío. Iba a terminar igual.
Al llegar a la mansión vió que el mayordomo la aguardaba con cierto interés y un poco de nerviosísimo.- mi señora, disculpe que me inmiscuya en sus asuntos pero no puedo más que regocijarme por usted. Si acepta el acuerdo al fin va a casarse y ser feliz como su padre siempre quiso. Ella lo miró con ternura. Wilfred se había encargado y preocupado por ella siempre; mucho más después de la muerte de sus padres. Era lo más cercano a la paternidad que tenía.- quizás sí, pero en estos momentos no creo que sea de esa forma Wilfred. De todas formas muchas gracias.
Hizo el ademán de seguir su camino cuando él le retuvo diciéndole- pero también hay otra cosa y eso creo que quizás no le guste.
Ella lo miró con curiosidad- me puede decir qué pasa por favor?.
– aquí la está esperando un caballero que dice llamarse Christopher Wimilton y se encuentra en el salón de reuniones milady.
Ella se quedó petrificada y todos sus sentidos se pusieron alerta. Como iba a ser posible que ese hombre estuviera en su casa cuando ni siquiera se había presentado antes y mucho menos esperar que ella aceptara el acuerdo. «Quizás ese viejo esté tan desesperado por desposarme que ya no puede aguantar la espera ??!!»- pero que se piensa ese engreído? ¿Que puede perturbar a una dama de esa forma??!!
– si quiere le comunico que está indispuesta y no desea recibir visitas. Así se ahorra la molestia, milady.
Ella suspiró lentamente y retomó su camino para encarar a aquel sujeto. Al llegar al saloncito de reuniones se quedó petrificada cuando vio a un hombre joven quizás de unos 29 años. De pelo castaño oscuro, ojos verdes, alto y fuerte como un roble y el rostro más apuesto que hubiese tenido la desgracia de conocer. Vestido de traje elegante gris y negro lo vio como se levantó y le hizo una reverencia- milady, es un placer para mí poder conocerla y poder disponer de su compañía. Mi nombre es Christopher Wimilton.
Se quedó sin decir nada. No podía, tenía un nudo en la garganta y su mente había dejado de funcionar.
– espero que mi repentina visita no la halla perturbado.
Mary se acercó y le hizo un ademán para sentarse y lo miró observar el salón muy detenidamente. Cada rasgo era perfecto por dios!!!!!, ¿cómo podía existir un hombre como aquel en la faz de la tierra?
-yo esperaba que lord Emerson le hubiese especificado que necesitaba un tiempo para poder pensar detenidamente las cosas.
Él le sonrió y con voz suave pero profunda le respondió- si, sé que he obrado mal en venir así de esta forma, pero creo justo poder conocer a mi futura esposa antes de dar cualquier paso.
Las manos de Mary empezaron a sudar y su corazón se aceleraba solo con oír la palabra esposa de sus labios – veo que para usted eso ya es un hecho.
Christopher sonrió- siempre he sido muy optimista y positivo en todas mis decisiones.
-una dama siempre debe de disponer de más tiempo para poder organizar su vida al nuevo cambio.
-sé que las mujeres de sociedad siempre necesitan tiempo pero perdone que le repliqué me parece un malgasto innecesario. Ambos sabemos que no dispone de muchas soluciones o por lo menos eso fue lo que me había comentado Charles.
Ella lo miró sorprendida. A parte de apuesto era un arrogante. Un arrogante en toda regla. Su disgusto comenzaba a aparecer y su espíritu retador se despertaba.-quizás piense que es innecesario porque ustedes no nos entienden. Pero como le había comentado antes, necesito tiempo, debo solucionar muchas cosas primero.
A ella le pareció que él lo estaba disfrutando a las mil maravillas!!!!¡por dios!!!!! Si continuaba así lo iba a echar de su casa.
-me encanta su perseverancia, es una mujer muy decidida. Creo que puedo vivir con eso. -Le dijo en tono burlón.
Ella lo miró más seria esta vez.- ¿a que se refiere con que puede vivir con eso?
Él la observó detenidamente y se acomodó para explicarle – pensé que mi futura compañera iba a ser una persona neutra, sin ningún atisbo de inteligencia y no agraciada pero veo que con usted no voy a malgastar mi tiempo.
– ¡perdóneme mi imprudencia pero usted es un arrogante!- se levantó exasperada y Christopher hizo lo mismo para retenerla.
– pido que me perdone milady pero, quisiera tener la certeza de que este acuerdo está ya arreglado. Para así tener la seguridad de que después no desprecie esta unión y vaya a rechazarme.
Lo miró con intriga y vio con disgusto la mano que él le tenía atrapada para no dejarla ir.
-¡usted no puede empujarme a decidir así tan deprisa!-dijo con enojo.
Christopher se le acercó peligrosamente más a el rostro de ella.- vamos, no sea tan testaruda, usted no tiene otro camino que no sea éste. Me atrevo a decir que soy su única salida. ¿O no es así?
Se quedó muda sin poder decir ni una palabra. Esa verdad sobresalía, emanaba de su mirada, una verdad como un templo. Estaba acorralada, sin poder hacer más nada y él lo sabía. La estaba presionando a tomar una decisión que solo tenía una respuesta.Estar cerca de un hombre la ponía nerviosa. Las veces que había estado cerca de un hombre era cuando su padre le dedicaba tiempo para estudiar y ayudarle a resolver acertijos con sus juguetes. Nunca había estado tan cerca de ningún ejemplar masculino y de ninguna forma delante de uno como aquel pretencioso arrogante!!
En aquel tiempo las niñas, las adolescentes y las mujeres solteras vivían con mucho pudor hasta su casamiento. Mary nunca había querido asistir a ningún baile, ella tenía más interés en cuidar de su jardín que desde niña había cultivado, a estar delante de los hombres como en una exposición esperando a que alguno se dignara a desposarla.
Ella se le quedó mirando y le dijo con la batalla perdida – si eso es lo que desea saber pues bien le contestare su pregunta… mi respuesta es que si acepto. Como usted bien sabe, no tengo otra salida a mis problemas económicos.
Él la miró triunfante y se quedaron cerca el uno del otro en un total silencio.
Incómoda por tan cercana proximidad le comentó- ahora sí me disculpa, quisiera que retirara su mano de mi brazo y si no le es mucha molestia que también se retirara de mi casa por favor.
Él le sonrió pero sin soltarla le respondió acercándose más todavía.-ahora que inevitablemente va a ser mi esposa, quiero una prueba para sellar nuestro pacto.
Mary se sorprendió por tan semejante petición. No sabía a lo que se estaba refiriendo, quizás unos caballos nuevos o quizás algún regalo más caro? No estaba en condiciones de hacer ningún presente tan caro. Él mirando la confusión en sus ojos se acercó completamente a ella, la tomó por la cintura acercandola a el, le colocó una mano en su nuca y acercó sus labios a los de ella.

Capítulo 2.

El beso llegó tan rápido y tan abrumador que Mary no tuvo tiempo ni tan siquiera de resistirse. Su inexperiencia le estaba ganando y no le permitía apartar sus labios de aquel personaje mítico que había llegado para reclamarla.
Su boca era tan dulce y con un sabor a uvas. Su cuerpo empezaba a derretirse por completo y sus pies le empezaban a temblar. Él la besaba con voracidad, con un instinto oculto que la estaba embriagando.
Si seguía así terminaría derrumbada en sus brazos y no podía permitir que aquello pasara.
De repente, ella se separó aunque su cuerpo estaba pidiendo a gritos que hiciese lo contrario. Los dos se alejaron jadeantes y con los rostros colorados de la adrenalina.
Él se le quedó mirando como esperando una reacción por parte de ella. Se arregló su traje y al ver que ella lo único que hacía era recostarse en la silla y respirar, se adelantó y se inclinó delante de ella.
– no pensé que usted fuese tan exquisita. Mi boda con usted valdrá la pena en todos los sentidos mi querida dama. Es usted tan dulce y tan suave como las flores del campo. Es una lástima que ya me tenga que ir tan rápido, pero antes quisiera entregarle esto. Pensé que era lo apropiado ya que no queremos perder tiempo ninguno de los dos.
Sacó una pequeña caja azul oscuro de su bolsillo y cuando lo abrió se percató de que era un hermoso anillo con un zafiro en la punta.
Ella quería arrojarle el anillo a la cara, decirle que no quería continuar con esto, que no estaba preparada. Que era un engreído y un arrogante. Pero por más que abría la boca una y otra vez las palabras se le quedaban enredadas en la garganta y no salía ningún sonido.
Christopher, al ver que ella no hacía ningún ademán de tocar el anillo le tomó su mano y se lo puso lentamente.
– te queda perfecto querida.- aseguró con aire triunfal.
Ella se levantó y sin más fuerzas le dijo decididamente – ahora le imploro por favor que se marche y solo venga cuando yo le avise, no vuelva a entrar más a mi casa de esa forma en que lo ha hecho. Si ya obtuvo lo que quería por favor márchese- y salió con paso rápido de la sala de reuniones hasta sus aposentos.
Tiempo después se asomó en la ventana y lo vio marcharse en su carruaje hacia las afueras de su propiedad. ¿que acababa de ocurrir??? Se tocó los labios instintivamente, cerró los ojos y empezó a recordar cómo la tocaba y la besaba aquel granuja engreído y posesivo.
¡Nunca había sentido algo así en su vida! Su cuerpo comenzaba a reclamarle caricias y ella solo se había dejado llevar por el momento.
Se recostó a la pared tratando de olvidar lo que acababa de pasar. No se creía capaz de tal acto.
Bueno después de todo iba a tomar una decisión. El joven no le había gustado en ningún sentido¿quizás sí?… pero no estaba decidida a aceptarlo. Iba a llamar al abogado y le pediría que anulara el compromiso, no se sentía preparada para eso y no quería estarlo nunca. Ese hombre le daba miedo y mucha intriga.
Una dama nunca debía de permitir situaciones cómo está. Sabe dios que siempre había reaccionado así. Retrocedía al menor intento de acercamiento de cualquier hombre. El conde no se quedaba atrás, pero él había sido tan atrevido y le había cautivado con tan solo mirarla.
En ese momento la ama de llaves Rose tocó delicadamente a su puerta. Era una mujer entrada en años que siempre desde pequeña había atendido todos sus caprichos y heridas cada vez que se tropezaba con alguna rama jugando o alguna piedra en el camino. Su madre como toda duquesa que se respetaba, dejaba el cuidado de su hija a la nana y al ama de llaves ya que veía que era muy unida con Mary.
Su rostro marcado por los años y su pelo gris delataban que había vivido muchos años y tenía experiencia suficiente con las cuestiones domésticas.
Rose abrió lentamente la puerta y le dijo- milady quiere que le prepare ya su baño, casi es la hora de cenar y necesita estar arreglada.
Ella se le quedó mirando y le contestó regresando al centro del cuarto -es cierto hágalo cuanto antes rose y dígale a Wilfred que necesito que le envíen un mensaje a lord Charles Emerson diciendo que necesito verlo con urgencia por favor.
-como usted desee milady. Enseguida le preparamos el baño.
Ella se le acercó y le tomó las manos- ¿como usted es capaz de permanecer en esta casa por tanto tiempo? Nunca se ha marchado desde que tengo uso de razón.
La anciana la miró con cariño a los ojos- no podría dejarla abandonada mi niña, para mi sería como dejar mi alma e intentar vivir sin ella. Usted se a convertido en una hija para mi y siempre la querré. Por eso no veo necesidad de marcharme, a parte de que usted es generosa y no tengo que tener miedo de que algún día por mi edad usted pueda echarme.
Ella la abrazó sin más miramientos y le respondió -eso nunca va a ocurrir, así yo me vaya para otro continente usted se iría conmigo a donde sea.
-bueno ahora sí me permite regresaré a la cocina, ya le llevó el mensaje a Wilfred.
Ella asintió con un movimiento de la cabeza y regresó a recostarse en su cama . Eso seguro ayudaría a calmarla y ponerlo todo en su lugar.
Pensando un momento, se le ocurrió llamar a Isabella, su única amiga desde siempre. Cuando eran niñas jugaban juntas y hacían travesuras por doquier. Ella la ayudaría a salir de este lío en el cual se había metido.
Se levantó de su cama y salió directo al vestíbulo donde estaba Wilfred listo para partir. Al verla allí este le hizo una reverencia- ¿necesita algo más milady?
Ella lo miró casi sin aliento- sí , quiero también que informe a lady Isabella que necesito verla hoy si es posible.
-no se preocupe, así se lo haré saber- y dicho esto Wilfred se marchó.
Se giró lentamente y volvió a su habitación para poder tomar su baño. Al entrar al agua sintió como todos sus músculos se relajaban y todas sus tensiones desaparecían, por lo menos en aquel pequeño espacio, su vida era tranquila y normal.
Después de lo que pareció una eternidad decidió arreglarse para la cena. Eligió ponerse un vestido sencillo de color marfil, entallado en la zona del corsé y para abajo con algunas figuras de flores y capas finas de tul. El vestido era un regalo que su madre le había hecho en su cumpleaños número 18. Le tenía mucho aprecio y le daba fortaleza. Bien sabía dios qué la necesitaría para poder explicarle al abogado que no deseaba seguir con el plan.
Al terminar de arreglarse le informaron que Isabella había llegado y estaba esperándola en la sala de reuniones. Bajó casi corriendo tratando de disimular su entusiasmo al poder verla después de semanas sin saber de ella. Isabella era un muchacha preciosa, rubia y de ojos verdes, pelo lacio hasta la cintura que siempre llevaba recogido en un decente moño. Su cuerpo era delgado pero refinado y su rostro era parecido al de las princesas de sus libros de cuentos de hadas. Se había casado con Lord Willmond, un hombre entrado ya en años pero que se veía a todas luces que había sido un matrimonio de conveniencia como era costumbre en aquella época. Sus padres eran los únicos que ella conocía que se habían casado por amor. Nunca sucedería algo así con ella y mucho menos con ese tal Christopher. No quería estar con ningún hombre aunque eso era impensable para la sociedad londinense que una mujer manejara los negocios sin ayuda de su esposo.
Al llegar la encontró de espaldas parada frente al cuadro del campo Silvestre de Methley Hall.
-oh, Isabella, que alegría me da verte querida.- dijo acercándose y dándole un abrazo.
– igual para mi, no sabía nada de ti desde semanas- le respondió con felicidad en sus ojos. -que es lo qué pasa que has tenido que llamarme así tan urgente. Sé que tenías ganas de verme pero como te conozco muy bien se que ese no es el único problema que te apremia.
Ella la invitó a sentarse con un gesto. Al llamar a la criada le pidió que le sirvieran té y unas pequeñas galletitas.
– veo que me conoces mejor que yo – dijo con una sonrisa en sus labios.
– años de práctica querida- soltó in risita. Poniendo su mano en la de Mary le preguntó- ¿ahora cuéntame, qué es lo que a pasado?
– son muchas cosas a la vez pero voy a tratar de explicarlas una por una- dijo con pesar. Isabella asintió y se quedó en silencio.
-bueno- empezó diciendo en un suspiro- sabes que desde que murieron mis padres en aquel accidente, mi vida cambió repentinamente y no fue para bien.
Isabella asintió recordando los sucesos tan tristes por los que su amiga había pasado. Ella la había acompañado en todo y le había brindado su apoyo incondicional en todo momento. Mary solo la llamaba y lo único que hacía era echarse a llorar en su hombro y ella sólo le consolaba y le decía que todo iría bien y que no se preocupara.
– mi situación para poder casarme se redujo a nada. Cuando comencé a darme cuenta del problema en que estaba me quede anonadada con la cantidad de deudas que teníamos y que no teníamos idea de ello.-Las mujeres en aquella época no se inmiscuían en asuntos de caballeros y no se les estaba permitido tratar ningún negocio familiar.
-pues bien ahora estoy al borde del precipicio y no tengo otra salida la cual no sea casarme con algún caballero que tenga fortuna para poder salvar mi casa y a todas las personas que habitan en ella.
Isabella asintió asimilando aquella información.
-pues hoy por la mañana llego a mi casa un tal Charles Emerson, el cual dice ser un abogado y buen amigo de mi difunto padre. Bastante raro dado que nuestra familia nunca llego a saber de su existencia- entonces tomó un suspiro para continuar- pues llego a hacerme una proposición que al principio no creí mal pues veía una posible salida pero después de ….- se interrumpió recordando a Christopher y su beso arrebatador.
-¿después de qué?- le presionó Isabella.
– bueno el problema es que el tiene un pariente que es conde y que ha aceptado la propuesta de ayudarme y casarse conmigo.
Isabella se quedó pensativa asimilando la noticia- y que hiciste, aceptaste la proposición?? Cuál es el nombre del caballero???
– al principio si la acepte pero e cambiado de opinión- dijo con pesar a su amiga- su nombre es Christopher; lord Christopher Wimilton.
A Isabella se le abrieron los ojos de par en par y a la vez su quijada casi se descolocó.
Mary la miró con intriga preguntándose qué había dicho de malo en aquello y con desespero le preguntó
-¿querida qué pasa? ¿E dicho algo malo? Dime que te pasa.
Isabella la miró con expresión de asombro- has dicho ¿Christopher Wimilton? ¿El conde de Wimilton?
– si ese mismo caballero, pero qué es lo que pasa?.
Isabella se echó a reír frenéticamente haciendo que Mary se impacientase por alguna explicación a su comportamiento.- ¿me podrías explicar qué ocurre ?
-nada, solo que te has encontrado con el hombre más deseado, mujeriego y sinvergüenza de todo Londres.- le dijo con diversión en su rostro.
Mary no podía creer lo que estaba oyendo, ¿había dicho mujeriego? No podía creer tal cosa, bueno, en realidad con la demostración que le había dado le quedaba como anillo al dedo.
Isabella se volvió a echar a reír y Mary la miró con fastidio – oohhh por dios amiga, no puedes dejar perder una oportunidad como esa. A pesar de ser un granuja y todo lo que se dice de él; tiene una gran fortuna que te ayudará a salir de tu situación.
– qué estás diciendo?? Acaso estas loca por dios, no puedo permitirlo, ese tipo de hombres va en contra de todo lo que deseo en mi futuro esposo.
Ella la miró con diversión y picardía en sus ojos.
– y aparte de todo, no te podrías negar que con un hombre como ese siendo tu esposo no te vas a aburrir para nada.
Y se echó a reír maliciosamente. Mary al momento se sonrojó de pies a cabeza imaginando el beso que él le había dado.
– no seas maliciosa Isabella, bien sabes que yo no soy ese tipo de mujer con pensamientos tan banales.
– si lo sé, por eso te digo que deberías intentarlo y darle una oportunidad, sin mencionar, que es tu única salida de este dilema en la cual te encuentras. Date una oportunidad de vivir algo emocionante por alguna vez en tu vida. Quizás hasta te enamores de él y puedan formar una familia como tu siempre quisiste.
Mary suspiró con pesar. Ella sabía que Christopher solo la miraba como un pobre mendigo de la calle al cual tendría que hacer caridad. No la miraba como la mujer que era, ni tan siquiera sentía algo por ella. Eso la mortificaba, no podría aguantar vivir con un hombre así, sabiendo que podría traicionarla en cualquier momento.
Isabella viendo la tristeza en su rostro le dijo- ay querida, entiendo en lo que estás pensando, pero déjame decirte que al final una se acostumbra y llega el momento en el cual pueden ser amigos. Mírame a mí como ejemplo, mi esposo y yo no nos amamos, pero hemos aprendido a ser amigos, así la relación es más racional y duradera.
– no sé si podré soportarlo, pero gracias por tu consejo. En verdad me hacías falta en este momento tan complejo de mi vida.
Isabella la tomó de las manos y con dulzura le dijo- sabes que siempre puedes contar con mi amistad para lo que necesites.
Entonces se levantaron para despedirse.- debería irme ya, para una dama es peligroso estar fuera de casa a estas horas.
– si lo se yo te….
El mayordomo interrumpió con un toque en la puerta.
– milady aquí está el abogado lord Charles Emerson.
Isabella la miró y le dijo- creo que ya me voy no puedo demorar más, hasta pronto querida nos veremos de nuevo. Recuerda lo que te he dicho, date una oportunidad de experimentar cosas nuevas, te va a venir bien.
Mary la abrazó- gracias por todo amiga te agradezco por escucharme. Nos veremos de nuevo.
Se despidieron con un beso en la mejilla.
Minutos después tenía al abogado a la sala de reuniones. Charles con parsimonia la saludó- milady, aquí estoy para lo que usted necesite.
– gracias por acudir tan rápido a mi llamado lord Charles Emerson.- le contestó haciendo una reverencia.
– por favor, llámeme Charles.
– está bien , Charles. Puede tomar asiento por favor.
Ella tomó un momento de silencio y comenzó a hablar- pues bien, la razón por la que lo he llamado con tanta urgencia es porque debo abordar un tema con usted.
– soy todo oídos milady.
– voy a ser directa con usted lord Emerson. Mire, a pesar de la situación en la que me encuentro , yo… yo…- tomó un suspiro y soltándolo lentamente terminó la frase- yo no puedo aceptar la petición de matrimonio.
El abogado se sorprendió ante la noticia.- me permitiría preguntarle a que se debe tan repentina decisión.
– pues bien nunca me interesó casarme, usted ya conoce acerca de mi y lo que todos dicen. Nos es menos cierto. No quiero unirme a un hombre al cual no le representó nada y al cual no conozco en lo más mínimo. El conde de Wimilton quiere casarse lo más pronto posible, no se por qué pero, no puedo seguir con esta farsa. Le pido disculpas por tantas molestias que le he causado.
Él se le quedó mirando un momento y después respondió- No tiene nada que disculpar milady, si realmente no desea casarse con Lord Christopher Wimilton yo le haré llegar la noticia. Ya pensaremos en otra solución a su problema aunque no creo que haya alguna otra forma para ser honestos.
– lo sé. Pero prefiero ser mendiga o vivir del teatro a estar casada con un hombre al que no conozco.
Él la miró con sorpresa ante tal afirmación. Ella se quitó el anillo de compromiso que le había dado Christopher y se lo devolvió a Charles- tome, ya no lo necesito. Hágale saber la decisión por mi se lo ruego.
– no se preocupe, hoy mismo le informaré la noticia.
Los dos se levantaron- ahora necesito descansar, si me disculpa me gustaría retirarme.
– claro que si milady, ya me marcho, nos vemos pronto y que descanse bien.-con una reverencia se retiró.
Ella se dispuso a cenar, no quería seguir pensando en nada. Ahora no tenía más solución a su vida, solo esperar que su suerte acabara. Tenía pensado entrar al teatro y vivir de la actuación. No era un prodigio pero se le daba bien desde niña. La noche transcurrió en silencio y soledad.
Acostada en su cama y con todo estos pensamientos, Mary se durmió.

Capítulo 3 .

Por la mañana todo avanzaba según lo acostumbrado. Como todos los días, Mary estaba sentada en el portal de la mansión con un libro de historias de amor en sus manos. Le gustaba mucho ese libro y se pasaba horas enteras embelesada y sumergida dentro de la historias y sus personajes. Tan entretenida estaba que no se había percatado de que alguien estaba parado frente a ella. Con un tono suave pero seguro despertó a Mary de su libro.
– milady , buenos días, no pensé que fuese a desaprovechar mi oferta tan repentinamente.
Mary le contestó sin apartar la vista del libro.- creo que los modales en usted no funcionan. Ya va a ser una costumbre que venga sin avisar.
Él sonrió y le respondió con sus ojos fijos en ella.- si, yo soy un total maleducado. Creo que vas a tener que acostumbrarte a eso.
Ella dejó el libro en su regazo y le miró con nerviosismo en los ojos.- no va a ser necesario. Ya veo que la noticia la recibió inmediatamente. Me agrada cómo trabaja lord Charles Emerson.-Dijo irónicamente.
Él se sentó en el sillón de al lado con la mirada fija en ella.-si, no sabe usted. Aquí las noticias se esparcen rápido. Pero mi pregunta es ¿por que no quiere casarse conmigo? Si mal no entendí es la única solución a su dilema.
Ella se crispó ante la mención de su estado actual.-le responderé ahora mismo el por qué tomé esa decisión.-Él se le quedó mirando esperando una respuesta. Ella suspiró brevemente. Estaba nerviosa no podía desmoronarse ante aquel hombre. No podía dejar que su atractivo la desarmara. Esa mirada tan suave que tenía con el color cristalino de sus ojos verdes la podría traumatizar en cualquier momento y estaba ansiosa porque se fuera ya de su casa.
Con las manos agarradas fuertemente al libro le respondió- no tengo intención de enlazarme con una persona que ni tan siquiera conozco. Si lo hago me voy a sentenciar a una vida llena de sufrimiento y remordimiento, algo a lo cual no estoy dispuesta. Mis padres desde pequeña siempre me inculcaron que debería casarme con alguien que ame y que sepa que me ama y que me merece.-Se detuvo y lo miró a los ojos para decirle -y ese no es nuestro caso. Por lo tanto… si me disculpa… ya que le quedó claro el porqué… me gustaría que se marchara de aquí.
Se empezaba a levantar cuando él se interpuso delante de ella y la detuvo. Ella se quedó estupefacta de tan repentino cambio. Él se agachó y la miró a los ojos.- déjeme también a mi convencerla de por qué debería hacerlo.
Ella girando su cabeza en otro dirección le respondió- no creo que sea necesario, ya tome una decisión. Christopher tomándole del mentón la obligó a mirarlo de nuevo. Ese contacto la puso de nervios ¡por dios! Que bien olía su perfume. Suave pero varonil. Su contacto fue amable pero preciso. -mire le voy a explicar y vamos a ver si podemos llegar a un acuerdo.
Ella se quedó intrigada.
-yo voy a ser sincero del por qué quiero casarme con usted. En primer lugar mis padres quieren que asiente cabeza para poder tomar posesiones de mi herencia y así poder empezar a ocuparme de los negocios de la familia. Para poder llegar el único requisito es encontrar una esposa, poder tener un heredero y crear una familia decente. Cuando mi tío me habló de usted, vi una solución a mi problema y decidí que tenía que darle una oportunidad a los dos.
Se acercó más y continuó con su explicación.- no quería que fuese cualquier mujer. Entonces empecé a buscar información acerca de usted y me dije que es una candidata perfecta. Ninguna de las muchachas del mercado están dispuestas a contraer matrimonio con un granuja como yo a pesar de tener buen nombre y buenas poseciones. Sus padres no aceptan a los libertinos. Soy el soltero más buscado pero solamente para pasar buenos momentos no para casarse.
Ella lo interrumpió- ya le dije que no quiero casarme con usted
-déjeme terminar por favor.- Él le dijo sonriendo. – no se impaciente.
Ella lo miró con desespero- por que no se sienta de nuevo? estamos muy cerca, alguien puede vernos y pensar otra cosa.
Él la contempló divertido- eso no importa si de todas formas vamos a casarnos.
– ya le dije que no quiero ¿Cuántas veces tengo que decírselo?
– si me diera el placer de terminar de hablar podría entender lo que quiero proponerle.
-Esta bien pero no se acerca a mi , no me toca.
Él sonrió- está bien.- Se sentó de nuevo en el sillón.- Bueno … continúo… por lo tanto vamos a hacer un trato. Usted quiere un esposo y yo una esposa para poder establecernos y no caer en desgracia. Si no quieres que nos relacionemos como marido y mujer por mi no hay problema, yo no pienso perturbarla solo lo suficiente para hacerle ver a la gente que estamos muy unidos y que es verdadero este matrimonio. Puede vivir aquí si eso es lo que desea o puede irse conmigo, como más le guste. Los primeros meses vamos a tener que vivir juntos para que la gente crea verdadero este matrimonio y la iglesia también. Después de eso cada uno toma su vida por su lado. Va a ser como si no tuviera esposo alguno. La ayudo a arreglar sus problemas financieros y usted me ayuda a tomar lo que me corresponde. Más comodidad que esa no le puede ofrecer otro caballero en Inglaterra.
Ella se quedó pensativa, bueno, si era de esa forma y no la tocaba todo iba a estar bien, ella iba a seguir siendo pura estando casada. No podía haber tantos problemas por fingir casarse. Al final la iba a ayudar, era lo único que le hacía falta.- está bien, pero que quede claro que no puede tocarme ni un pelo mientras estamos juntos.
Él la miró divertido.- bueno… creo que eso no va a ser posible… tenemos que consumar nuestro matrimonio para que sea válido.
Ella se atragantó y se tensó de la cabeza a los pies.
– no puedo creer que usted me encuentre tan aborrecible que no me deje tocarla y hacerla mía.- Le respondió Christopher en tono fingidamente herido.
Que si lo encontraba aborrecible dijo? Era al revés, lo encontraba demasiado guapo ¡demasiado todo!, ese era el problema. Tenía miedo de enamorarse de él y sufrir. Sabía por lo que le había dicho Isabela que tenía vasta experiencia para dejarla derretida en menos de un minuto. Era un hombre hecho y derecho en toda la plenitud de sus virtudes. Ella no estaba preparada para ese tipo de situaciones. La traumatizaba demasiado, la manera en que sonreía, en que la miraba, todo la enloquecía.
– después de nuestra noche de bodas, después de que consumamos nuestro matrimonio, entonces puedes quedarte tranquila que no pondré un dedo en ti a menos que tú quieras que lo haga.
Mary respondió inmediatamente-créame que no voy a querer que usted me toque de nuevo, eso delo por hecho.
Él la observó con mirada triunfante sabiendo que ya había ganado la batalla contra ella. Estaba preciosa con su vestido azul cielo entallado, el cual dejaba ver su esbelta figura. Lo traía muy exasperado verla de esa forma tan sensual e inocente. Su cara era de una de los ángeles divinos, le encantaba sus ojos azules y había tenido fantasías con su cabellera negra suelta por toda su espalda mientras él la cubría de suaves besos. Se dijo para sí que por lo menos iba a poder saborearla una vez. No buscaba el amor; eso no entraba dentro de sus prioridades, de echo, no creía que existiese para él la capacidad de poder amar a una mujer.
Siempre se había quedado muy al margen de los sentimientos en todas sus relaciones. Ninguna se había quejado de él en la cama, pero cuando intentaban traspasar esa barrera, cerraba la puerta de par en par.
«Con ella no será diferente» se dijo para sí;» esto que siento es puro deseo». Pero cuando la volvía a mirar, una sensación de posesión lo volvía a invadir.
Molesto por todos esos pensamientos posesivos le respondió-entonces no se hable más del asunto. Empezaremos a planear la boda lo más antes posible. Me parece que el cortejo es innecesario ya que necesitas esa ayuda financiera con urgencia. Se vendrá a vivir conmigo por un tiempo y después puede regresar para vivir su vida tranquila.
Ella lo miró derrotada sabiendo que la vida no iba a ser fácil a partir de ahora-esta bien…- aclaró con determinación- pero algo si le pido…
Él se sorprendió.
Ella le respondió con fingida seguridad porque estaba hecha un manojo de nervios por dentro- no quiero una boda estruendosa ni grande. Me conformo con una simple celebración en la capilla con pocas personas; así nos ahorramos los momentos innecesarios.
La miró con sorna- pensaba montar todo un show y ya me ha quitado las ilusiones.-le dijo simulando tristeza – está bien, si eso es lo que deseas que así sea. La luna de miel me la dejas a mí, ya tengo pensado a dónde podemos ir.
Ella se ruborizó de pies a cabeza. No había pensado en esa parte. Claro que tendrían que irse de luna de miel, sino el pueblo empezaría a hablar cosas sospechosas acerca de su matrimonio.
– está bien. Voy a dejarte tomar ese asunto. Realmente yo no se absolutamente nada acerca de ese tema.
– esta tarde hablaré con el padre Henry para así ya tener la ceremonia lista cuanto antes y nos de la licencia. Contrataré una modista que vendrá a verte hoy para hacer los ajustes al vestido de bodas.
Ella se le quedó mirando incómoda- no hace falta que se tome tantas molestias milord; de eso me encargo yo.
Christopher se levantó y se acercó a ella diciendo- creo que después de lo que vamos a hacer sería mejor si me tuteas, así daríamos más a entender que estamos enamorados de verdad. No hay más de que hablar, ella vendrá a confeccionarle el vestido. Vas a tener que aprender que no me gusta que me digan no.
– está bien… Christopher, si ya no tiene nada más que hacer por favor te ruego que te marches. – estaba desesperada porque se retirara, así tuviese que aceptar cualquier cosa- A tantas prisas tengo que encargarme de algunas cosas importantes en la mansión para la llegada de nuestra nueva vida.
Antes de marcharse él sacó el anillo que ella le había entregado a Charles y tomándole la mano se lo puso delicadamente en su dedo.
-se te olvidó esto. – le dijo con diversión.
Ella lo miró seriamente y respondió- disculpa mi imprudencia, fue una acción tonta de mi parte.
– no importa, yo te perdono.- Tomándola de las manos depositó un beso tierno y con una reverencia se marchó.
Mary se levantó, dio la vuelta y se dirigió a su ama de llaves- quiero que tengas todo preparado para nuestra nueva etapa Rose. Presiento que este nuevo cambio va a llegar más rápido de lo que nos gustaría. Solamente estoy feliz porque se que podré salvar a todos de la pobreza.
Rose se acercó y la miró con ternura- mi niña, no tenías por qué sacrificar tu felicidad solamente por mantener nuestro trabajo. No era necesario.
Ella la miró con fastidio y desesperación en sus ojos- yo soy responsable por la vida de cada uno de los que viven bajo mi techo y no podría permitir que murieran de hambre por no tener con qué alimentar a sus hijos. Tendría un peso de conciencia enorme.
Rose la abrazó- yo siempre estaré para ti mi niña; siempre, así estés lejos siempre vendré a tu cuidado.
-lo sé, por eso es que te adoro tanto rose.
Mary fue hacia el estudio para confeccionar algunas cartas de aviso para sus pocas amistades, informándoles de su repentina boda con el conde.
La primera en reaccionar fue Isabella que no desaprovechó la oportunidad para felicitarla por haber capturado al soltero más querido de todo Londres y que no se perdería su boda por nada en esta vida.Todos sus amigos se mostraron sorprendidos de tal acontecimiento ya que todos la habían encasillado en la solterona del grupo, la que nunca iba a atrapar esposo.
Christopher pasaba a saludarla o a molestarla como Mary lo llamaba para seguir con los planes del casamiento y ponerla al corriente de la situación. Isabela también la visitó para saludar, a saber cómo estaban las cosas y como se encontraba Mary para su boda. La ayudó a confeccionar las invitaciones y a tranquilizar su nerviosismo. Todos los días era de pura agitación en la mansión tratando de tener todo listo para la ceremonia que estaba por venir.
Un día Mary estaba en el estudio para revisar cómo andaban las cuentas cuando Wilfred la importunó para decirle que tenía una visita. Al llegar a la salida de reuniones se encontró con una mujer joven, muy atractiva, de pelo castaño, ojos marrones y un lunar al lado de la comisura de los labios. Tenía un cuerpo voluminoso y su piel era morena. Su vestimenta dictaba a todas luces que no era una aristócrata y en la forma de sus modales no venía con muy buenas intenciones-buenos días milady- dijo con voz chillona.
-a qué debo el honor de su visita- acentuando «honor». Era de muy mal gusto que una visita se presentará antes sin avisar. Era una falta de respeto y era imperdonable que viniera con esas vestimentas que solo podían ser de una prostituta.
Aunque, pensándolo, Christopher siempre llegaba sin avisar y a la hora que quería. Ya ella se estaba acostumbrando a sus escasos modales.
-disculpe mi intromisión así sin avisar…
«Por lo menos tiene modales» se dijo para sí.
-pero vengo a hablar de un tema un tanto incómodo pero que me es de absoluta importancia.
Ella acercándose al sillón del escritorio se acomodó lentamente. Sus miradas se encontraron y ella supo desde ese instante que no venía con noticias buenas.
-milady, disculpe que llegue sin avisar pero esto que tengo que decirle es de suma importancia.
Ella asintió.
-tengo entendido que se casará dentro de poco con Lord Christopher Wimilton.
-así es.- dijo Mary tratando de ocultar su molestia.
-pues vengo a decirle que ese caballero tiene dueña y que usted no se va a interponer en el amor que nos tenemos él y yo.
Mary se sorprendió de tan semejante comentario, no podía creer lo que sus oídos estaban escuchando. Su corazón se frenó y comenzó a sentir un calor en su vientre. Su enojo estaba asomando. Pero cómo era posible que aquel canalla hubiese dejado que esa mujerzuela viniese hasta su casa para perturbarla con tan semejante tema a esas horas de la noche.
-Perdone que la interrumpa pero me podría decir cual es su nombre?
-me llamo Anna y usted no va a poder hacer absolutamente nada para cambiar lo que sentimos.
-si lo que le preocupa es que me entrometa en sus asuntos, puede quedarse tranquila que eso nunca va a pasar. Le dejo su camino totalmente libre. Nuestro acuerdo es solamente para beneficio financiero pero no hay implicación romántica ninguna.
Anna satisfecha de la respuesta de Mary contestó-perfecto! entonces no me queda más nada que hacer aquí, adiós.-y con esto se marchó.
Pero que mujerzuela aquella Anna! marcharse así con tanto descaro. Se veía a todas luces que era amante de Christopher. Con él ya conversaría después, tendría que pedirle varias cosas empezando por separar su vida amorosa de ella.

Capítulo 4.

Mary seguía enfada con lo que había pasado la noche anterior. Todavía no creía que realmente hubiese sucedido semejante cosa. Sentada en la salita de huéspedes, bordaba un tejido que desde hacía un tiempo estaba tratando de terminar. Siempre la había gustado bordar, tejer, confeccionar cosas, eran su pasatiempo, al igual que el jardín. Aquel día era distinto, aquel día ella sentía fastidio y rabia por aquel hombre que desde que había llegado a su vida no traía más que problemas.
No sabía cómo iba a reaccionar cuando se encontrara delante de Christopher, ni tan siquiera sabía si tendría el valor de confesarle lo que había sucedido ayer. De todas formas ella trataría de contárselo y pedirle que no la importunaran más con esas relaciones tan banales y desagradables.
Christopher entró como todas las mañanas lo hacía sin presentarse, solamente pasaba sin permiso, ya ella se había acostumbrado.
-buenos días , mi querida dama. Está usted preciosa hoy.
Ella lo miró con sorna y contestó-Me estaba hablando a mí o estaba hablando de Anna?
Él se quedó de piedra. No sabía cómo reaccionar ante aquella pregunta. Pero de qué narices estaba hablando aquella mujer.- se podría saber de qué está hablando milady?
-estoy hablando de su amante, claro está.- ella le sostuvo la mirada y él se sentó enfrente de ella.
Su cara mostraba disgusto e incomodidad.- de dónde a sacado semejante desfachatez?.
Ella contestó mortificada- está insinuando que estoy mintiendo?
-de ningún modo- se apresuró a decir. -no sería capaz de pensar semejante cosa.
-no trate de ocultarme algo que es evidente milord.- Él se percató de que ya no lo tuteaba. Estaba molesta, él conocía los estados de ánimo de las mujeres perfectamente y ella era como un libro abierto.- estuvo aquí anoche para advertirme que no me interpusiera entre la relación de los dos.
Él se levantó y comenzó a caminar por la sala exasperado. Pero en qué demonios estaba pensando Anna para venir a la casa de Lady Klaptom y reclamarle semejante barbaridad. Tendría que explicarle algunas cosas a Anna después, pero primero,quería encargarse de Mary.
– le pido mis disculpas, querida, eso no volverá a pasar, créalo. Me aseguraré de que ella no te importune más-mirándola detenidamente agregó- no tienes que estar celosa- y sonrió ante esto último.
Ella se apresuró a contestar- no tiene nada que ver con celos milord. Solamente que a mi no me interesan sus asuntos amorosos con otras mujeres y quisiera que me mantuviera al margen de todo por favor.
-mary, ya le dije que me tuteara. No te preocupes eso no volverá a ocurrir.
Ella regresó al bordado asintiendo con la cabeza.
-ahora a lo que he venido hoy. Quisiera extenderte una invitación para que vayamos a cenar con mis padres esta noche. Te quieren conocer y bueno insistieron en que tenían derecho de conocer a la mujer que iba a heredar la herencia de los Wimilton.
– bueno, puedes estar tranquilo que asistiré con gusto.-Su hipocresía se hizo notar en ese comentario.
-entiendes que tenemos que pasar por este tipo de situaciones para probar que vamos en serio con lo de nuestro casamiento querida. No me agrada tener que hacerlo pero es uno de los requisitos para poder seguir con nuestro acuerdo.
-lo entiendo, no se preocupe, me comportare como toda una dama y trataré de complacer a sus padres.
Él le dio un beso en la mano de agradecimiento pero ella retiró rápido el brazo de el apoyabrazos del sillón.- por favor no quiero que me toque, no estamos en presencia de nadie, para eso tiene a Anna.
Él la miró sorprendido por el comentario. Estaba molesta pero no quería admitirlo, no podía dejar sus emociones apoderarse de ella. Si eso pasaba perdería la batalla totalmente y sufriría hasta el último de sus días.
La miraba con un pequeño sentimiento de alegría. Se notaba a leguas que estaba celosa pero era muy orgullosa para decirlo. No sabía que ella pudiese estar celosa de Anna. Pero a pesar de todo lo que pensaba eso lo alegraba, por lo menos no lo miraba con sentimientos de odio totalmente. Era un avance, quizás hasta podría conquistarla en el futuro y que ella se rindiera a él. En todo caso sería ella porque él nunca se enamoraría de ninguna mujer. Lo tenía muy seguro. Después de todo ella haría lo que le pidiera y eso tendría sus ventajas.
Ella no le era del todo desagradable a sus ojos. Era una mujer muy preciosa y desde hacía rato se había imaginado sus cuerpos encontrándose, acariciando cada centímetro de su piel blanca y dejando un rastro de besos llenos de pasión desde la cabeza hasta los pies.
En esas estaba cuando se percató que Mary se le había quedado mirando esperando una respuesta a su pregunta.-disculpe Mary, es que bueno, tengo muchas cosas en mi cabeza ahora mismo. Me podría repetir la pregunta?
-le estaba preguntando cual sería el atuendo apropiado para la cena?
Le sonrió y se acercó a ella. – a mis padres les gusta mucho el lujo y la buena vestimenta. Así que si tienes un vestido de noche bonito sería ideal.- se sentó de nuevo delante de Mary y continuó:- si no tienes vestido me dejas saber así te compro uno de regalo.
Ella se apresuró a decir un tanto molesta: – no hace falta milord. Tengo muchos vestidos de noche. No puedo permitir que me consienta tanto. Me voy a malacostumbrar.
Él la miró con cara de juegos: -yo estaré aquí para malacostumbrarte por el resto de nuestras vidas entonces.
-no necesito que nadie me mal acostumbre, para eso me tengo a mi.- Ella lo miró con molestia. En otras circunstancias lo hubiese tomado con ánimo coqueto pero dado los acontecimientos odiaba que él se mostrara afectuoso con ella. Los dos sabían que tenían que enfrentarse al hecho de que ninguno de los dos tenía lazos afectivos con el otro. Mary no podía soportar el hecho de que todos los caballeros de Londres supieran que él estaría casado y conservaría a su amante. No era tonta; sabía que entre los hombres conversaban de esos temas. Sería el hazme reír de Inglaterra entera.
Quería que todo desapareciese y volviese a la normalidad de la niñez donde vivía sin preocupaciones. Ella estaba siempre jugando afuera con Rose y su nana o estaba conversando sobre alguna historia increíble acerca de un conejo que se habría acercado para saludar a su madre sentada en su regazo.
-a qué hora la puedo venir a recoger?-preguntó él.
ella contestó- puede pasar a las 7.
-pues está todo listo- asintió Christopher con resolución. -quisiera dar un paseo conmigo Mary?
-no tengo acompañante en estos momentos milord, sería inapropiado estar a solas con un caballero, daría mucho de que hablar.
Él rió en lo bajo y levantándose le respondió en tono coqueto- me parece que si ya estamos comprometidos sería una pérdida de tiempo que una chaperona la acompañe.- tomó su mano y le instó a que se levantara del asiento y dejara el bordado.
-¿Pero qué hace milord?- Mary lo miró estupefacta. Se estaba volviendo loco, o quizás un caballo había golpeado su cabeza. Era inaceptable instar a una dama de esa forma para que lo acompañara.
Christopher respondió que lo siguiera y ella aceptó de mala gana porque sabía que no la dejaría en paz si no accedía a su pedido. Caminaron en rumbo hacia el jardín de la casa, lugar donde Mary pasaba sus tardes cuidando del jardín. Tenía un sendero en el medio que hacía recorrer todo el lugar. Era muy colorido y con mariposas retozando por doquier. Esa mañana estaba hermosa, el cielo era de un azul celeste y la brisa era muy agradable. Ella estaba con su vestido matutino color rosa claro. Era un vestido bastante sencillo pero muy bonito. Estaba ceñido a sus cintura y para la parte de abajo un delicado tul que le caía en capas con unos pocos brillos que la hacían ver como un hada del bosque encantado. Él le contaba cosas muy agradables y divertidas acerca de su infancia y de cómo el pequeño y penoso Christopher pasaba a ser todo un granuja y guapo joven.
Ella estaba fascinada en la forma que él hablaba, en como contaba sus divertidas historias. No sabía que pudiese ser tan encantador. Pensaba que solo era un engreído que se aprovechaba de las mujeres y después salía huyendo al primer signo de compromiso. Este lado de su personalidad era más cordial, mucho más amable y hasta podría decir encantador.
Se habían sentado en el banco que estaba en el medio del sendero del jardín a tomar un descanso. Mary se había puesto de repente muy nerviosa, él la había tomado por sorpresa siendo un perfecto caballero y esto la había desarmado, no esperaba esa actitud de su parte. Lo miraba embobada sabiendo que ese momento duraría poco, así que aprovecharía cada segundo.
-No sabía que eras tan activo cuando eras un niño.-comentó alegre- yo siempre fue muy traviesa cuando niña. Mi nana y Rose se pasaban la vida detrás de mí, tratando de controlarme y de decirme que las niñas tenían que comportarse con decencia, cosa que nunca lograron en mi.
Ella mostró una sonrisa que podía desarmar a cualquier soldado. Christopher se quedó mirando sus labios y en la forma que tomaban al reírse. Era encantadora, irresistiblemente atractiva. Un calor se asomaba en su entrepierna cada vez que la imaginaba en su cama.
-Pues yo nunca hice caso ni tan siquiera a mi padre. Me estuvieron dando clases desde muy temprana edad puesto que yo sería el próximo en línea para tomar la herencia Wimilton. Ahora esperan mucho de mi y bueno no es que haya estado a la altura de sus expectativas precisamente.- dijo pensativo.
Por un momento Mary se permitió bajar la guardia y tratar de conocerlo un poco más. De todas formas iba a tener que verlo por el resto de sus vidas así que, qué más daba tratar de mantener una amistad.- No te martirices, a muchos les pasa lo mismo. Los padres se esmeran a que sus hijos sigan todos sus pasos para poder presentarlos en la sociedad.
Christopher la miró con ternura- Usted es una mujer muy encantadora. Me hubiese gustado haberla conocido antes, quizás hubiese sucedido algo entre nosotros si la hubiese cortejado.
Mary se sonrojó- no creo que hubiese pasado. Yo me pasaba la vida alejada en los rincones del salón esperando a que nadie me notase y que la velada acabara para poder regresar a casa.
-Si no le gustaban los bailes entonces ¿por qué asistió?
-Mis padres insistieron en que tenía que presentarme en sociedad y buscar un esposo para poder casarme. No querían que su hija acabase sola y sin protección de un hombre.- se le aguaron los ojos solamente de pensar en el recuerdo de sus padres cada vez que la abrazaban.
-Siento mucho por lo pasado con sus padres. Todo Londres sintió la perdida de Lord y Lady Klabtom-dijo con mucho cuidado sabiendo que era un tema un tanto delicado para Mary.
-No tiene por que sentirlo. La verdad ya lo he superado y he aprendido a vivir con los mejores recuerdos que tengo de ellos. -ella lo miró con amistosa empatía. -pero muchas gracias por sus deseos.
Se había instalado un ambiente tan acogedor que ninguno de los dos quería marcharse. El jardín estaba encantador con su ambiente tranquilo. Christopher estaba disfrutando de su compañía tanto como ella. Las mariposas revoloteaban por doquier y las flores regalaban lo mejor de su aroma. Él se giró hacia ella y se fue acercando poco a poco. Mary sorprendida por su cercanía inclinó hacia atrás hasta quedar de espaldas contra el espaldar. Él levantó la mano y le comenzó a acariciar el rostro, la quijada, los labios explorando todo con las manos.
-¿quue.qu…queee está haciendo?- preguntó Mary nerviosa por el rumbo que estaba tomando.
-no te preocupes, no voy a hacer nada que te haga daño- dijo mirándola intensamente a los ojos- solamente quiero darte un poco de atenciones para que te sientas un más cómoda cuando estemos delante de mis padres. Recuerda que ellos piensan que estamos enamorados.
-si, lo sé, pero no es correcto lo que está pasando sin una acompañante.
-¿Por qué me tiene tanto miedo Mary?
Ella apartó la vista y él la asió de la quijada para que lo volviera a mirar. Sentirlo tan cerca había empezado a proporcionarle un extraño sentimiento agradable que no lo gustaba. Tenía delante de ella a el hombre mas apuesto que hubiese podido conocer. Los demás hombres eran opacados cuando él estaba presente. Siguiendo con su exploración Christopher agarró uno de los mechones sueltos de su cabello.
Cada vez que la acariciaba sentía un cosquilleo en el vientre. Sentados en el banco del jardín estaban los dos inmersos en la mirada de cada uno. Ella tratando de no parecer perturbada por sus caricias, él tratando de sonsacarle y buscando de que se relajara. Como le gustaba contemplar su reflejo en los ojos verdes de Christopher. Era como estar mirándose en una laguna de aguas cristalinas.
Christopher quería besarla tan fuertemente que estaba al borde de la desesperación. Pensó que no tenía nada que perder, la agarró de la nuca y la besó.

Capítulo 5.

Mary se paralizó sin saber qué hacer ante el inesperado contacto de los labios de Christopher sobre los de ella. La comenzó a saborear introduciendo la lengua para explorar su cueva de secretos.
Los labios de ella se sentían como seda. Carnosos y sedosos ¡por dios que sensación tan distinta a lo que él había experimentado antes! Es como si se hubiese descubierto un mundo nuevo.
Ella se relajó y le rodeó la espalda con sus brazos. Christopher la atrajo más hacia él cuando sintió que ella se había relajado por completo.
Después de lo que pareció una eternidad, Mary se separó jadeante y a la vez molesta con ella misma por haberle permitido que la besara.- milord, necesito que no vuelva a hacer eso- dijo parándose del asiento a toda prisa.
-Mary, no hay necesidad de estar tan espantada, fue solo un beso.- contestó Christopher levantándose a la vez.
Ella se giró y comenzó a caminar de prisa hacia la mansión. Él se apresuró hasta agarrarle el brazo.- por favor explícame por que te has molestado por un simple beso.
Ella lo miró a punto de llorar y le respondió con frustración.- acaso usted se cree que por ser apuesto puede tener a todas las mujeres que desee?- estalló al añadir- no se ha puesto a pensar que usted es el primer hombre que he besado en mi vida y para colmo le importa un comino lo que pueda sentir o dejar de sentir?!.
Él se quedó de piedra. Así que eso era lo que la había enfurecido. Él había sido el único hombre que había besado sus labios. La miró con dulzura- Mary de cierta forma sí me importas, no digas que no. Me siento privilegiado por haber sido el primer hombre en tu vida al que hayas besado.
Ella lo fulminó con la mirada-todo se reduce a quién llega primero para ustedes los hombres?!
-No, nada más lejos de la verdad. Solamente me alegro de poder tener una parte importante en tu vida.- la atrajo hacia sí y la abrazó.
Mary se dejó llevar por Christopher y lo dejó abrazarla. Estaba tan cálido y acogedor que deseó que ese momento no acabara nunca. Su cuerpo se sentía tenso debajo de su elegante traje y desprendía un olor agradable a jabón de alfeizar. Era como estar en casa sin realmente estarlo. Ella escuchó que él le decía- Discúlpame por no haber sido más considerado contigo en vez de abalanzarme hacia ti como un tigre por su presa. La próxima vez le prometo que seré más delicado con usted.
Ella le respondió-no habrá una próxima….-
-shhhhhh. calla-le dijo suavemente-disfrutemos de este momento de tregua entre los dos- quería que duraran así toda la vida y poder sentirla siempre pegada a él.-yo realmente deseo poder tener una relación de amistad contigo Mary y poder llevarnos lo mejor posible para que este paso que vamos a hacer sea más llevadero. Y; si tu me lo permites, hasta pienso poder conquistarte para llegar a tener lo que un día deseabas tener.
Ella lo oía sin poder creer lo que le estaba diciendo. De nuevo volvió a su mente Anna y su cara atractiva y descarada.-  milord, no creo que eso vaya a suceder. Al hombre al que yo ame no lo podría compartir con nadie más. Su corazón pertenece a Anna. No quiero ser la causante de romper tan estrecha relación.- se sentía en cierta forma triste al decir estas palabras.
Christopher la separó para poder verle el rostro- quisiera informarte que después que nos casemos no pienso continuar con ella. Pienso respetarte para que no te conviertas en la paria de la sociedad londinense. Sería escandaloso que conservara amante después de casarnos tan recientemente.- la miraba con un intenso deseo- quién sabe si quizás después con el tiempo no necesite de buscar compañía femenina después de todo.-le dijo con un toque de galantería.
-No sé a qué te refieras con eso pero ya sabes mis condiciones para que podamos seguir con este acuerdo- Mary no se atrevía a sostenerle la mirada.- si piensa que voy a caer en sus redes se equivoca conmigo.
-no pienso usar mis encantos contigo Mary. Si pasa algo entre nosotros dos va a ser por mutuo acuerdo.- Él se acomodó su traje y dicho esto la invitó a acompañarla de regreso a la casa.
Al llegar a la puerta principal Christopher le agarró su mano y agregó- espero poder contar con tu presencia esta noche para la cena con mis padres. No puedo esperar a verte toda ataviada y arreglada para mi, bella dama.
-No te preocupes que trataré de estar lo más presentable para ellos.-  le dijo con tono triste- Gracias por la tarde tan agradable que hemos compartido, realmente no tengo muchas visitas y no soy de ir a los bailes que se organizan en la ciudad.
Él la miró con dulzura- pues conmigo sepa que va a tener que ir a unos cuantos eventos. La gente va a querer conocer a la futura duquesa Wimilton.
Ella por ser duquesa no perdía su título dado que Christopher era conde y por ende estaba por debajo de su rango. Podría conservar su título de duquesa.-Lo sé y de eso no me cabe duda. Asistiré a todos los que tengamos que ir porque es casi una obligación pero no porque vaya a disfrutarlo.
-nunca ha bailado con ningún caballero y no ha podido disfrutar a pleno de esos eventos pero esta vez será diferente. Esta vez vas a ir con un hombre y vas a poder bailar y disfrutar la velada como nunca antes, así que pienso que puede que cambie su opinión.-le dijo casi afirmándolo- No puedo demorarme más. Espero poder verte en mi casa esta noche. Te deseo una tarde linda y piensa en mi-y sin más le beso la mano y se retiró.
Mary se quedó plantada en la entrada de la casa por un buen tiempo saboreando los últimos acontecimientos en su memoria. Hacía mucho tiempo que no recibía visitas en su casa tan a seguido y nunca había estado prometida a ningún caballero. Todo le resultaba nuevo y a la vez le daba un poco de nervios. Sin embargo cuando Christopher estaba presente se sentía la mujer más segura del planeta. Era un sentimiento nuevo para ella. ¿Cómo serían los padres de Christopher? ¿La aceptarían a pesar de ya no estar en edad casadera? ¿la encontrarían aceptable para su hijo? Tendría que hacer lo mejor de sí ya que la seguridad de su casa estaba en juego. Se sentía tan mezquina por hacer una cosa tan baja como casarse por dinero. Mary no era interesada, nunca lo sería, pero no le quedaba otra opción que aceptar los hechos y hacerle frente a ellos.
El carruaje había pasado a buscarla a la hora acordada y en ese instante estaba entrando en la mansión Wimilton. Era un lugar encantador, con amplios bosques alrededor. El cielo estaba despejado dejando ver la luna con el manto de estrellas alrededor. La mansión se alzaba imponente ante sus ojos llena de luces que reflejaban la actividad dentro de esta. Estaba nerviosa. Se acercaba la hora de tratar de ganarse a los condes de Wimilton. Había escogido su mejor vestido, le realzaba el tono de su piel, de color rojo vino, le formaba una bonita figura en el cuello haciendo un pequeño diamante. Para la parte baja tenía dibujos hechos con pequeños diamantes simulando las rosas alrededor de todo el vestido con varias capas de tul . Llevaba guantes del mismo color y un sombrero pequeño pero igual de encantador. Se había recogido su pelo en un elegante moño con trenzas entrelazadas para dar más presencia, lo cual había sido obra de su criada Eloisa que se alegraba siempre de poder peinarla. Se dio cuenta de que Christopher la estaba esperando a la entrada de la mansión.
Al llegar a la entrada vino hacia la puerta del carruaje para abrirla y al darle la mano a Mary se quedó mudo ante tanta belleza junta. Estaba hermosa con ese traje color rojo que le aportaba una apariencia exquisita así como las rosas del campo que la propiedad Wimilton tenía alrededor. Su cabellera negra recogida en un elegante moño le concedía una apariencia de una reina. ¿Cómo podía haber pasado tanto tiempo desapercibida en los bailes que él asistía sin haberla invitado tan siquiera a una cuadrilla? La ayudó a descender del carruaje diciendo-está arrebatadora duquesa de Klabtom . Una deidad de belleza-terminó regalándole la más encantadora de las sonrisas.
-Muchas gracias Lord Wimilton-  siempre se saludaba con el título inclusive si se conocían desde mucho antes. Era una costumbre que estaba desde hacía años, ya entrada la noche podían tutearse si su amistad era tan cercana, pero siempre en privado, en público usaban milady o milord-. No estaba segura que les fuese a gustar ya que no sigo mucho la tendencia en moda de estos últimos tiempos.- haciendo reverencia le contestó.- pero me alegro de que a usted le funcione. Estoy segura que podré impresionar a los demás.-  mirándolo con una sonrisa agregó- usted también esta muy apuesto esta noche- Christopher estaba vestido con un traje negro y en la solapa llevaba una rosa, una de las tantas que conservaba la propiedad Wimilton. El pelo estaba estrictamente peinado dándole una imagen de perfección. Su traje hacía resaltar sus ojos verde claros y su rostro estaba bien afeitado dejando la piel desnuda. Era tan apuesto que podía dejar sin respiración a unas cuantas mujeres.
-pues no se esfuerce demasiado porque estoy seguro que les encantará- y dicho esto, la condujo dentro de la mansión donde aguardaban en la salita de reuniones los condes de Wimilton.
Al entrar encontró a un hombre bien ataviado en un traje gris oscuro, bastante alto, bien agraciado y con el rostro marcado por el paso de los años. La condesa no se quedaba atrás, luciendo un vestido color carmelita oscuro, de pelo caoba combinado con el gris de su edad avanzada. Su rostro era muy bonito delatando que había sido una belleza en su juventud. Christopher tenía de dónde heredar tanta belleza y perfección.
Los condes se levantaron y haciendo una reverencia la saludaron- buenas noches, duquesa de Klaptom. Espero que su viaje fuese placentero y tranquilo- comentó Lord Richard Wimilton.
-Bienvenida a la mansión Wimilton, duquesa Kalptom-  agregó la condesa Elizabeth Wimilton con una amplia sonrisa.
-Muchas gracias por tan calurosa bienvenida Lord y lady Wimilton. El placer es todo mío, de poder compartir tan bella noche con vuestra compañía.- y terminando de presentarse se dirigieron a la mesa para poder cenar.
Entraron a una estancia iluminada por una majestuosa pieza que colgaba del techo. La mesa se extendía en toda la habitación con los platos relucientes. Christopher condujo a Mary y la ayudó a sentarse cerca de su padre. Él procedió a sentarse al lado de ella. La condesa se sentó al otro lado de su esposo y quedó frente a Mary. Enseguida entraron los sirvientes con los primeros aperitivos lo cual consistía de diversas frutas y diferentes tipos de queso. La bebida era jugo de zanahoria lo cual Mary adoraba.
-Espero que se sienta cómoda lady Klaptom. Queremos que esté a gusto con nosotros- comentó Elizabeth dedicándole una amistosa mirada.
-Estoy muy a gusto Lady Wimilton.
-Por favor llámeme Elizabeth. Nunca me gustaron los tratos tan cordiales-  respondió con una sonrisa.
-Como guste. Usted puede llamarme Mary. Igual no me gustan mucho los tratos cordiales con personas tan agradables como ustedes.-  Mary le devolvió la sonrisa.
-Pero cuéntenos porque muero de curiosidad ¿Cómo fue que logró que mi hijo quisiese sentar cabeza? Sabe dios que he tratado mil veces de que lo hiciese antes de conocerla a usted- le preguntó Richard mirándola con curiosidad.
Mary se puso nerviosa ante aquella pregunta, no había pensado qué responder ante las preguntas que obviamente los condes iban a hacerle. Ella miró a Christopher buscando ayuda y éste se apresuró a contestar- Ella tiene muchas cualidades y cosas que admiró y que desde que la vi no pude dejar de desear tener en mi vida. Pero por favor no la atosigues con ese tipo de preguntas padre.
-Entiendo perfectamente las razones Christopher y no creo que la esté agobiando con mi pregunta-respondió el conde mirándola con suavidad.
-No se preocupe lord Wimilton, no me esta importunando. Solamente me ha tomado por sorpresa. Yo soy un poco tímida. -dijo Mary agradeciendo que Christopher la ayudara.
-por favor, llámeme Richard. Mi esposa y yo deseábamos conocerla y así poder darle una apropiada bienvenida a nuestra familia.
-Me encantaría que viniese más a seguido. La verdad no tengo mucha compañía últimamente- le dijo Elizabeth a Mary.
-Estaré mas que encantada de brindarle mi compañía. Yo también soy bastante alejada de la sociedad.
En ese momento los sirvientes entraron para remplazar el aperitivo por el plato principal. Cordero asado con vegetales. Sopa de pescado y pan francés con mantequilla. Todos se pusieron a comer y disfrutar de la velada hablando del tiempo y de los últimos acontecimientos en la ciudad. Mary se mostro divertida y a la vez amigable con los condes, cosa que gusto sobremanera a los dos. Se desenvolvía con mucha destreza en cualquier asunto del cual se hablase. Christopher participaba escasas veces, solamente miraba ensimismado a Mary con su vestido rojo y su sonrisa de sirena. Estaba impresionado cómo se lograba conectar con sus padres inclusive mucho mejor que él. Un extraño sentimiento de orgullo lo inundó. Le resultó incómodo estar sintiéndose de esa manera. Ella solo era un engaño en su vida. Nunca albergaría sentimientos hacia ella, ni nadie. Pero estaba arrebatadora aquella noche. Se había instalado un ambiente tan acogedor y placentero que no quería que terminase nunca.
Al terminar de cenar todos fueron hacia el saloncito de reuniones a tomar un jerez para los hombres y un ponche de frutas para las mujeres. Se sentaron congregados alrededor del piano de cola que tenían en el salón. Todos reían con el ingenio de Mary, Richard no dejaba de sonreírle a su hijo dándole a entender que le había encantado Lady Klapsom y Elizabeth estaba sumergida en una conversación acerca de la ultima pareja de la temporada; parecía ser que, finalmente la princesa Victoria de Hannover se había prometido y todo Londres estaba hablando de tal acontecimiento.
-No creo que tengan tanto en común pero me gusta que finalmente encontrara compañero-  dijo Elizabeth mientras bebía un sorbo de su ponche de frutas.
-Realmente no sé el detalle porque no le conozco personalmente pero me parece muy bien.
-ohhh, nosotros la conocimos en el baile de los Richmond-  le respondió con alegría- es una persona encantadora. Dentro de unos días los marqueses de Willowbrook van a celebrar un baile y seguro atenderá con su prometida.-añadió emocionada- oh, deberían de asistir y así presentarse en sociedad prometidos!! Sera todo un deleite para nuestra familia recibir una felicitación directamente de la princesa!
-Madre, no agobies a Mary presionándola de esa forma. Ella lleva bastante tiempo sin presentarse en sociedad. Si lo hace, tiene que ser gradualmente, no una presentación delante de todo el mundo como si fuésemos un espectáculo de circo.- le dijo con sentida vergüenza de que lo avergonzara delante de Mary.
-Christopher, no le veo mucho problema a que asistan al baile y se presenten como prometidos a casarse.-  dijo Richard- Todos lo hacen. Concuerdo con que no tiene que ser tan estridente como para pedir la felicitación personal de la princesa como Elizabeth quiere, pero, deberían poder pasar por la noche y demostrar que están comprometidos.- Se dirigió a Mary- perdone a mi esposa, ella a veces se emociona con la presencia de la realeza.
Mary se rió por lo bajo y le respondió a Elizabeth- no se preocupe que estaré mas que encantada de asistir al baile. Aunque no creo que Victoria esté interesada en darme su felicitación pero trataré de hacer lo mejor que pueda para que pasemos una noche memorable.-dijo esto último mirando a Christopher que la estaba observando con asombro.
-Bueno, ya es un poco tarde, querida. Dejemos a los jóvenes que compartan unos últimos momentos en soledad. Realmente tengo un día bastante agitado mañana y necesito reponer fuerzas.-  dándole la mano a su esposa se dirigieron hacia Mary.
-Ha sido un inmenso placer conocerla Mary. No podría buscar mejor compañía para nuestro hijo que usted. Es muy encantadora y una muchacha con una chispa inigualable. Espero que podamos disfrutar de su presencia pronto.
– mucho gusto de conocerte Mary. Me encantaría que tomáramos el té juntas algún día de estos.-  le dijo Elizabeth tomándole de las manos.
-Para mi será mas que un placer hacerle compañía Lady Elizabeth-  respondió Mary con la mejor de sus sonrisas.- muchas gracias por su cumplido Lord Richard; a la verdad, la privilegiada soy yo por tener a unos suegros tan encantadores como ustedes.
Con una reverencia los condes se retiraron de la estancia. Christopher la condujo hacia un amplio balcón que daba hacia uno de los rosales de la propiedad. La luna se reflejaba en el pequeño lago que rodeaba uno de los laterales de la mansión. La sentó en uno de los bancos. Se quedaron en silencio por unos minutos solamente contemplando la vista que se imponía delante de ellos. Se acercó a ella y la tomó de las manos.
-Muchas gracias por venir esta noche y hacer de esta velada una de las mejores de mi vida.- él la miraba con una ternura profunda en sus ojos.
-no fue esfuerzo ninguno. Tus padres son muy encantadores y muy buena compañía. Ya sé de donde usted sacó tanta belleza junta- ella le devolvió la mirada de una manera coqueta.
-Muchas gracias pero creo que mi belleza se ve opacada por la suya. Quisiera ser uno de los adornos que llevas para poder sentirte más cerca.- le dijo flirteando con ella.
Mary se ruborizó de pies a cabeza. Realmente había pasado una noche inolvidable. Jamás había experimentado nada igual. Había estado intimidada por la idea de que los padres de Christopher la rechazaran pero fue totalmente lo contrario. La recibieron con el más cálido gesto de bienvenida que hubiese podido imaginar. Había disfrutado hablar con los dos. Eran unas personas tan amables y llenas de temas divertidos. La velada había sido todo un éxito.
-Tenía mucho miedo de que no me aceptaran por ser un poco mayor que las demás muchachas en edad casadera, pero veo que les caigo bastante bien.
-¿que si les caes bien? Les encantaste!! nada mas había que ver la cara de orgullo que tenían los dos al dejar el salón.- Christopher le sonrió.
Ella le devolvió la sonrisa y volvió de nuevo a contemplar el reflejo de la luna en el pequeño lago- Christopher, esto es precioso. Tienes una vista increíble desde aquí.
-Si. Es uno de los lugares mas bonitos para traer a una rosa como tu…. por favor llámame Chris, así es como me llaman los mas allegados a mí.
-Por favor, Chris, no empieces. Nos estábamos llevando bastante bien. No arruines el momento.- le dijo con voz mortificada.
Él la hizo virarse para quedar de frente a él- Mary; no estoy bromeando ni jugando contigo. No puedo negar que siento una atracción por ti desde el momento en que te vi.- le dijo con la sinceridad mas grande del mundo.- A pesar de que solamente estamos haciendo esto por un acuerdo me siento tan relajado y feliz cuando estoy contigo. Eres una mujer hermosa y eso no se puede negar.
-Gracias por el cumplido pero ya sabes que no podemos ser más que amigos.- le dijo ella con resolución- nunca fui una opción para ti y nunca lo seré. Tu amor pertenece a Anna, no hace falta que trates de disimular que sientes algo por mi…
-Mary-  la interrumpió- Estoy hablándote con la sinceridad mas grande del mundo. Entre Anna y yo no existe ese gran amor que ella te dijo que teníamos. Es una mujer guapa pero no pasa de ser una amante, nunca será material para casarse. Tú, sin embargo, eres una mujer muy hermosa, elegante, de buena familia, que necesita la protección de un esposo y eso es lo que pretendo hacer. -la miró mas de cerca- A parte de que, te puedo asegurar cuando te digo que me siento atraído por ti. Hay ciertas cosas en mi que así lo demuestran aunque ahora no te lo pueda enseñar; ya verás de que hablo cuando nos hayamos casado.
Mary se puso mas colorada que un tomate porque sabía a qué se estaba refiriendo.-de todas maneras no pretendo ilusionarme contigo. Solo quiero poder salvar a los míos y vivir mi vida tranquila.- lo miró directamente a los ojos. Había cometido un error enorme al mirarlo. Esos ojos podían desarmar un batallón entero si él se lo proponía. Christopher le acarició el rostro delicadamente como si estuviera acariciando una flor.
-Estas tan bella esta noche que tengo que controlar mis impulsos de hacerte mía en este mismo momento. Eres una tortura constante para mis ojos.- Seguía acariciándola y mirándola como sólo el sabía hacer.- Quizás no puedas llegar a amarme pero voy a tratar de hacer lo que este a mi alcance para que al menos llegues a quererme.
Ella le respondió muy despacio- Nnno…. No creo que eso llegue a ocurrir… No eres mi tipo de hombre, con todo respeto, pero nunca me fijaría en una persona como tu.
Christopher le sonrió atractivamente- quizás no sea el hombre de tus sueños ahora, pero me propongo hacerte cambiar de opinión. Ya veremos como se desarrolla todo y me dirás al final si soy o no tu tipo de hombre.- Él no entendía por que tenía la imperiosa necesidad de ganarse su amor ni tampoco comprendía por que estaba tratando de que ella lo viera de una forma distinta. Le molestaba que ejerciera un poder tan grande en él. Estaba más que seguro que él no tendría nunca la capacidad de amar a alguien. Ella no podía ser diferente. «Debe de ser porque nunca he hecho el amor con ella» «una vez lo logre, esta obsesión que tengo con ella acabará». Conseguiría que ella se enamorara de él así no tendría que disponer de ninguna amante. Después de que lograran concebir un hijo todo cambiaría, podría dejar de obsesionarse con ella y poder enfocarse en los negocios de su familia sin distracciones. – como ya te he dicho anteriormente, esta vez voy a besarte como tu te mereces que te besen y para también demostrarte lo mucho que me atraes.
Y sin más, puso sus labios en los de ella, jugueteando alrededor de ellos, trazando delicadas caricias con el rose entre las dos bocas. Mary se derrumbaba cada segundo que pasaba y se derretía ante sus caricias. Después de provocarla un rato decidió profundizar el beso. Se pararon del asiento todavía besándose y Christopher la atrajo hacía si completamente. Quería sentirla lo más cerca posible de él. La besaba con una pasión arrebatadora que amenazaba con derribar todo atisbo de cordura. Sin poder controlarse alzó su mano para buscar los pechos de ella y cuando los encontró comenzó a masajearlos suavemente. Mary dio un respingo y quiso alejarse pero él la aferró mas para sí.
Ella estaba disfrutando tanto de sus caricias que le daba vergüenza reconocer que le encantaba lo que estaba pasando. Siendo una mujer sin ningún tipo de experiencia se dejaba llevar fácilmente por el deseo suprimido por tantos años. Le gustaba lo que Christopher estaba haciendo, hasta quería que fuese más lejos de ahí. Oh dios mío pero que bien sabía la boca de él! Las caricias que le ofrecía le despertaba una ola de deseo que no podía refrenar y que no sabía que poseía.
Christopher cambió su mano por su boca y comenzó a succionar uno de sus pezones mientras masajeaba el otro. Mary se curvó para poder dejar que él hiciese lo que quisiese con ella. Estaba a su entera merced y no quería estar en otro lugar que no fuese allí con él. Cambió luego hacia el otro pezón que estaba excitado y comenzó de nuevo a succionar con delicadeza aquella montaña de deseo. El momento era tan erótico, tan sensual, que todo en él amenazaba con explotar. Decidió ponerle fin a ese momento regresando de nuevo a sus labios y terminando el beso a pesar de que moría por llevarla a su cuarto y hacerle el amor toda la noche.
-Es mejor que paremos aquí antes de que pierda todo rastro de cordura y te lleve a mi cuarto para hacerte el amor hasta el amanecer.-  le dijo con respiración acelerada. Ella lucía tan sensual con sus mejillas sonrojadas de la excitación, y su moño tenía varios mechones colgando que se habían soltado por la pasión con que la había besado. -Siento mucho haberme pasado de los límites, no era mi intención.
-No… no te disculpes. Realmente fue culpa de los dos.- le dijo ella ruborizada.
-fue culpa mía porque yo soy el que mas experiencia en cuestión tiene.-  él la abrazó fuertemente.-  cada vez que te veo mis deseos por ti incrementan. Tienes la combinación para despertar mi cuerpo en cuestiones de minutos.
A pesar de que la situación estaba mal en todos los aspectos dado que todavía no estaban legalmente casados para traspasar los límites del decoro; ella se sentía alagada y un poco orgullosa de saber que ejercía ese tipo de control sobre el hombre mas mundano y mas apuesto que había conocido. Se apartó de él para arreglarse lo mejor que podía y le pidió que le llamaran su carruaje para retirarse a su casa.
-Claro que si mi paloma.-tomándole de la mano la condujo hacia la entrada de la mansión- Mañana posiblemente reciba la licencia para poder casarnos y así poner fecha de boda lo más pronto posible. No voy a poder visitarte mañana porque necesito resolver ciertos asuntos pero espero poder verte en el baile de Willowbrook en la noche. Anunciaremos nuestro compromiso formalmente y ya después sería poner fecha de boda.
-No te preocupes, no tienes por qué visitarme todos los días Chris, no estamos comprometidos realmente.- Ella ya no lo miraba. No tenía el valor para mirarlo después de lo que había pasado.- Te veré en el baile entonces. Dale mi despedida a los condes de mi parte.
-Así hare, no te preocupes.- Le dio un beso en la palma de la mano- y sí, tengo la necesidad de verte todos los días aunque no estemos realmente comprometidos. Te has convertido en el aire que respiro.
Ella haciendo una reverencia se marchó.

Capítulo 6.

Christopher estaba en la puerta de la casa de Anna aquella mañana. Iba a pedirle explicaciones por su desquiciada aparición en la casa de Mary. Tenía que pararle los pies antes de que causara más estragos. Se habían conocido en una obra de teatro en la cual Anna participó como estrella principal de la obra. Desde que la vió, se sintió sumamente atraído por ella. Con su cuerpo esbelto, moreno, de cabellera color caramelo y de facciones firmes pero que le daba un toque de hada encantada que cautivaba a todos los hombres. Era una mujer muy bella y muy sensual, pero no pasaba de ser más que una simple amante para él. Mary era mucho más atractiva y llamativa que Anna; pensó para sí. Habían mantenido relaciones desde hacía ya 3 años y ya que estaba con planes de casarse tenía que dejarla por el bien de su futuro y el de Mary. Ya la buscaría después de que pasara el tiempo y todo volviese a la normalidad.
Tocando suavemente a su puerta esperó a que lo invitara a entrar. Anna estaba recostada en su asiento vestida únicamente con un vestido transparente dejando ver su cuerpo desnudo a través de él. Christopher se acomodó frente a ella y la observó por un momento; pero esta vez no con deseo, sino con una molestia incómoda.
-No sabía que tendría que precisar de mis servicios tan temprano milord. De haberlo sabido antes, me hubiese preparado un poco más- le dijo coquetamente.
-Anna; no estoy aquí por tus favores sexuales. Por favor cúbrete para poder tener una conversación decente- la miró con seriedad.
Ella se levantó visiblemente enojada por el repentino cambio de los acontecimientos- Entonces no tienes absolutamente nada de que hablar conmigo sino es para tener tu cuerpo encima del mío.- se paró delante de él con los brazos cruzados.
– bueno ya que insistes en ir por el camino difícil, te complaceré. Me podrías explicar por qué demonios fuiste a la mansión de la duquesa de Klaptom para reclamarle?- le reprochó con una molestia contenida.
-Pues simplemente fui a reclamar lo que es mío y para dejarle bien en claro quien era la dueña de tu corazón.-  le sostuvo la mirada.
Christopher se levantó para hacerle frente- No tenías ningún derecho de hacer tal cosa. Tu relación conmigo es puramente física; tu sabes muy bien eso. No hay ninguna implicación romántica entre los dos.
-Ella no te va a poder calentar la cama como yo lo hago!! No tiene ni zorra idea de cómo complacerte!-lo agarró de la solapa de su traje- Yo soy la que te regala el placer que ninguna de esas señoritas de la aristocracia te puede dar.
Él la agarro de las manos y las retiró de su traje- me voy a casar en poco tiempo y necesito permanecer fiel a mi esposa por un buen tiempo.-le dijo con un suspiro- Necesitamos dejar de vernos por un buen tiempo. Cortar todo tipo de relación entre los dos hasta que yo pueda volver a buscarte- la miró duramente- no puedes volver a acercarte a Mary, ni a mi, ni a ningún lugar en el cual vayamos a estar los dos. Cuando esté listo para buscarte lo haré; mientras tanto necesito que nos alejemos completamente.
Anna lo miró con desprecio- Claro; porque yo soy una vasija al cual puedes desechar cuando se te venga en gana verdad?
– No hagas esto más difícil de lo que ya es.
Ella se zafó de sus manos y empezó a arrojarle cosas- Vete de aquí cobarde!!! No vuelvas a buscarme nunca más!!
Christopher salió de su casa esquivando cada cosa que Anna le lanzaba.
-No quiero volverte a ver jamás!!-  y le cerró la puerta en las narices.
Christopher soltó un largo suspiro y le dijo detrás de la puerta- No voy a dejarte desamparada, no soy tan mal hombre para hacerte eso. Mi asistente se comunicará contigo en cuanto tenga todo listo. Te seguiré dando tu mensualidad para que puedas sobrevivir y poder montar esa tienda de moda que tanto has añorado.-y diciendo esto se marchó de allí.
Generalmente las amantes de los hombres en aquella época vivían de lo que sus benefactores se dignaran a darle. Con ese dinero podían subsistir relativamente cómodas y dejar la actuación en los teatros, el cual, se consideraba de muy mal gusto que una mujer trabajara en ese tipo de trabajos. Él se proponía seguir ayudándola para que pudiese independizarse y dejar de ser una esclava sexual de los hombres. Tenía mucho talento con la moda y pensaba que podría llegar a ser una eminencia si disponía de los recursos para lograrlo.

La noche del baile de los marqueses de Willowbrook había llegado. El salón estaba repleto de personas importantes y de damas muy hermosas buscando a su futuro marido. Todos aguardaban con ansias la llegada de la princesa Victoria de Hannover. Christopher estaba en una esquina conversando con varios de sus amigos. No le interesaba ninguna mujer en aquella estancia, solamente aguardaba impaciente a que Mary llegara. Seguía sintiéndose molesto por los sentimientos que estaba comenzando a sentir y que quería oprimir. Si se dejaba engatusar por una mujer le vendería su alma al diablo. Quería seguir siendo libre en cuerpo y alma; pero Mary lo había impresionado tanto que estaba empezando a dudar de su capacidad de evitar caer en el abismo de sus instintos más primitivos.
Recorrió la estancia con la mirada y allí la vio, entrando por la puerta principal del salón. Estaba muy hermosa en un vestido color turquesa, su pelo recogido en un complicado moño y con los guantes cubriendo su delicada piel. Se había quedado sin habla por algunos minutos haciendo que sus amigos se preguntaban qué estaba ocurriendo.
-Parece ser que nuestro querido Lord Christopher Wimilton ha quedado impactado por la belleza de la duquesa de Klaptom.-  lo miró divertido Lord Charles, vizconde de Hiltbow.
Todos rieron a la vez mirando a la duquesa como se acomodaba en uno de los asientos al lado de los condes de Wimilton.
-un manjar exquisito para ti Christopher. Tengo entendido que anunciarán su compromiso esta noche.- agregó otro de los presentes.
-si, estaremos presentándonos comprometidos.-  levantándose agregó-ahora, si me disculpan, necesito saludar a mi futura esposa.
-valla, no se preocupe por nosotros Christopher.- le dijo el duque de Bealtown con divertida mirada.
Mary se sentó al lado de los condes de Wimilton. Trataba de controlar los nervios que amenazaban con salirse de la garganta. Esa noche sería el broche de oro para sellar su destino junto al de Christopher. Tenía una mezcla de emociones entre la excitación y la tristeza. Sabía que todo aquello era solamente un acuerdo. Sabía que él nunca la amaría como ella quería que lo hiciese. Desafortunadamente sus sentimientos por Christopher habían pasado de ser del odio al amor más rápido de lo que ella quería permitir. No podía dejar que él se enterara de que lo amaba o la usaría y después la dejaría tirada en una esquina al menor signo de compromiso real.
-Esta usted encantadora duquesa de Klaptom-  Elizabeth la miraba con alegría- creo que mi hijo se va a quedar prendado de su belleza al verla.
-usted no se queda atrás lady Elizabeth. Tiene un porte y una presencia de una reina-contestó Mary con un poco de rubor- si me disculpa, quisiera quedarme con ustedes aquí, dado que no tengo dama de compañía, sería escandaloso venir sola al baile.
Elizabeth la miró con ternura, como si fuese su hija- no se preocupe lady Mary. Yo le serviré de compañía esta noche, aunque creo que mi hijo vaya a reclamar la mayoría del tiempo.-le dijo depositando la mano en la de ella.
Mary vio a Christopher caminando hacia ella rápidamente como si se le fuese a escapar de las manos.
Él se acercó y haciendo una reverencia le dijo-  esta usted encantadoramente hermosa duquesa de Klaptom. Me siento honrado de poder contar con su presencia esta noche tan importante.-  le depositó un beso en la mano.
-muchas gracias milord, usted también se encuentra muy encantador esta noche.
-Me honraría con un vals?- le preguntó mirándola directamente a los ojos. Se diría que estaba desnudándola con la vista.
-con mucho gusto milord. Puede escribir su nombre en mi carnet de baile.- le acercó la pequeña tarjeta.
-Espero que no vaya a bailar con muchos caballeros. Me pondría muy celoso verla en brazos de otros hombres.-  dijo entre sonrisa y seriedad.
-No se preocupe milord. Solamente bailaré lo necesario para que no sea escandaloso y después estaré quieta en un rincón del salón con lady Elizabeth.- la observó con alegría- ha resultado ser una excelente compañera.
-no lo dudo milady. Solamente estaré ocupado arreglando unos asuntos de última instancia y vendré a buscarla para bailar ese tan añorado vals.-  diciendo esto se marchó.
Christopher se dirigió hacia el marqués de Willowbrook para notificarle que se anunciaría su compromiso con Lady Klaptom. Sería esa noche la definitiva para los dos. Le daba un poco de temor el hecho de tener que enlazarse para siempre con una sola persona; pero cada vez que miraba a Mary su corazón se derretía inconscientemente. No le gustaba para nada esa sensación ¿Acaso estaba convirtiéndose en un hombre débil? ¿qué le estaba pasando? Con mucha parsimonia se despidió y regresó a donde estaba Mary para sacarla a bailar el vals.
Se acercó a ella y con una reverencia la condujo hacia el salón de baile. Depositó su mano izquierda en su cintura y la otra en la mano de ella. La miró directamente a los ojos y comenzaron a moverse al compás de la música. Christopher era un excelente bailarín que compensaba la falta de experiencia de Mary. Las parejas comenzaron a bailar en un círculo sacando a relucir con elegancia el vestido de las damas.
Elizabeth se giró hacia su esposo para comentarle- Se ven muy bonitos ¿no crees Richard?
-Me recuerda la época en la cual te estaba cortejando. Toda hermosa con tus vestidos de colores y tu cara angelical.- Le dedicó la mejor de sus sonrisas.
-Y tú tan elegante y apuesto. No pude tener mejor suerte que encontrarte.- ella le devolvió la sonrisa.
-La suerte la tuve yo querida.-diciendo esto se volvieron a concentrar en Christopher y Mary los cuáles estaban bailando y conversando a la vez.
Cristopher la miraba con interés- ¿lista para la noche? Se te nota un poco nerviosa.
-Si; disculpa, es que nunca he pasado por una situación de este tipo. Trataré de relajarme lo más que pueda.- lo miró ruborizada.
– No tienes porqué disculparte Mary, es comprensible que lo estés.-  le sonrió para darle confianza- yo también estoy un poco inquieto, no te puedo negar.
Ella lo observó con agradecimiento por ser tan honesto- todo va a salir bien.- ¿se estaba refiriendo a la noche o a la nueva vida que les aguardaba por delante? Realmente no sabía. Solo se mantenía optimista de que las cosas iban a salir de acuerdo a lo planeado. Quizás hasta podría lograr encontrar un punto en el que los dos se sintieran cómodos y así llevar una relación más amistosa de la que tenían. No quería presionarlo a que la amara. Sabía que él adoraba su libertad y no podría permitir aprisionarlo por su culpa.
Al terminar la pieza musical todos regresaron a sus lugares. Cristopher la ayudó a sentarse y se acomodó entre sus padres y ella. La velada era magnífica y muy alegre.
Cada uno bailó diferentes piezas con varias personas, tratando de socializar lo más posible, disimulando el anhelo de querer bailar solamente ellos dos.
El príncipe Alberto De Sajonia llegó a la velada haciendo una entrada elegante y trayendo de su mano a la princesa Victoria de Hannover. Estaban ataviados con elegante empeño. Todos los presentes se giraron con entusiasmo para poder presentarse delante de los príncipes, queriendo así poder ganarse su amistad.
Victoria se colocó en una esquina con Alberto y comenzaron a hablar con los marqueses de Willowbrook.
Elizabeth se dirigió a Mary con entusiasmo- ohhh, ahí se encuentra su excelencia con su prometido el príncipe Lord Alberto de Sajonia! No es verdad que se ven tan encantadores?
Mary los observó y le respondió con la mirada fija en la pareja real- si, se ven muy cómodos. La gente los están agobiando y parecen estar imperturbables.
-ellos están acostumbrados a ese tipo de situaciones. Me imagino que les suceda en todos los lugares a los cuales asisten.- agregó la condesa con admiración en sus ojos.
Christopher agarró la mano de Mary- ¿estás lista, querida?
Mary asintió y le sujetó la mano con más fuerza aún buscando tranquilizar sus nervios. Se levantaron y se dirigieron al centro de la zona de baile. Christopher trayendo una copa de vino lo hizo resonar dándole pequeños golpecitos al cristal, atrayendo la atención de todos los presentes.
Depositó la copa en una mesa cercana y regresó al lado de Mary para proseguir con el discurso.
– Muy buenas noches a todos los presentes, en especial bienvenida a los príncipes, haciéndonos un gran honor al poder contar con su presencia esta noche tan importante para nosotros.
Victoria y Alberto alzaron sus copas en señal de saludo.
– Quiero aprovechar la oportunidad que se nos brinda para hacer un anuncio importante- observó a Mary por un momento y continuó- Gracias a los marqueses de Willowbrook por darnos la oportunidad de compartir las nuevas. Queremos hacer saber a los presentes que la duquesa Lady Mary Kalptom y yo, lord Christopher, conde de Wimilton, estamos comprometidos para casarnos en unas pocas semanas. Solamente queríamos daros la noticia de tan importante acontecimiento para nuestra familia. Dado que no pudimos celebrar una fiesta de compromiso por razones ajenas a nosotros, decidimos dar saber la noticia.
Las personas comenzaron a aplaudir en señal de aprobación. Algunas chicas se entristecieron al saber que Christopher estaba ya comprometido. Habían guardado una esperanza de que a pesar de la oposición de sus padres pudiesen compartir el cortejo del conde. Los amigos de Wimilton se acercaron a felicitarlo y las damas a ella. La princesa Victoria se dirigió a Mary que estaba sonriendo a las personas que estaban dándole sus mejores deseos.
– Muchas felicidades Lady Klaptom, les deseamos la mayor felicidad a los dos.
– su excelencia, muchas gracias por tan buenos deseos. Crea que no pretendemos opacar su compromiso con Lord Alberto- le dijo con una reverencia.
– no se preocupe por nosotros duquesa. Muchas cosas pasan rápido y sin darme cuenta ya estamos casados- le dijo esto último en voz baja- no tiene nada de qué avergonzarse.
Mary se sorprendió por tan semejante secreto- entiendo que quiera mantener su vida privada en secreto, su excelencia. Solamente espero que podamos disfrutar de su compañía en la mansión Wimilton algún día de estos.
Victoria la tomó de las manos- con gusto les haremos una visita duquesa. Primero debemos resolver algunos asuntos pendientes para la coronación que se aproxima, pero no se preocupe que atenderemos su petición tan pronto nos sea posible. Ya hablando de esto último, quisiera extenderles una invitación personal a la familia Wimilton para asistir a la coronación.
Mary la miró con sorpresa pensando para sí que Elizabeth iba a desmayarse por la noticia- muchísimas gracias por tan cordial invitación. Allí estaremos presentes para verla ascender al trono de Inglaterra su excelencia.
– ahora, si me disculpa Lady Klaptom, tengo que atender a otras personas que están requiriendo mi presencia.- y diciendo esto se marchó.
Uno de los tantos criados se escabulló hacia las terrazas donde un hombre vestido de negro lo esperaba entre los arbustos. Se acercó asegurándose de que no lo habían visto salir.
– La encontramos Andrés. Finalmente, después de tanto tiempo.
– estás seguro Thomas?? No quiero que nos volvamos a equivocar- le dijo en voz baja.
– se anunciaron en compromiso esta noche y es exactamente el nombre de la hija de Nicholas Klaptom.- respondió con absoluta seguridad.- esta vez finalmente la tendremos.
– bueno, solamente hay que esperar a que la marea baje y entonces entramos nosotros en acción.
Este asintió y lo dejó para ir de nuevo dentro del salón.

Continuará….

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