El Rey Negro

El Rey Negro

Eric Vega

07/03/2021

En el triste y monocromático tablero de ajedrez, se cuenta una historia muy distante a lo que sólo dicta el simple juego: La época en la que la Reina Blanca acabó con el Rey Negro y su mandato tan oscuro.

El Rey Negro poseía el pasado más deseado por todos, sin sufrimientos ni lamentos, sin necesidad de adelantar el tiempo, pero algo en él hizo que todo se tornara oscuro, no podía recordar a qué color pertenecía realmente, y ahora en maldad y frialdad regía, sin saber, ni él mismo, un verdadero porqué de tal metamorfosis en su empatía.

La Reina Blanca, por su parte, tenía su tiempo quebrado, sin poder huir del pasado en el que confió en alguien que hoy ya no era el mismo, pero luchaba por sobrevivir en felicidad y compartir su deseo con todo aquel que lo necesitara. Ella era digna de gobernar lo que él deshacía a pedazos.

Cada segundo que pasaba, el Rey obtenía sabiduría y entendía lo que la muerte significaba en un mundo como en el que él mismo vivía, comenzó a creer que el sólo estar vivo era ya estar sufriendo, pero aun teniendo ideas tan macabras, nunca se atrevió a tocar el alma de su pueblo, ni de sus soldados. Mientras tanto, la Reina sabía cómo llegar al alma y cómo pintarla para que tomara otro color, que no fuera blanca o negra, sino que fuera un color de verdad.

El día de su encuentro, el ambiente se hizo monocromático desde el cielo al tablero y ella al momento dijo:

–¿Qué os ha sucedido su majestad? ¿Acaso habéis perdido el camino que el tiempo os había marcado? ¿Por qué vuestra alma ahora posee un color tan oscuro y tan profundo?

Él sonrió vilmente y contestó con voz quebrada:

–El mundo cambia a las personas y yo no lo entiendo, no lo comprendo, ¡¿Por qué habría de obedecer a vuestro mundo, y al patético tiempo?! –exclamó mirando hacia el piso, después volvió su mirada hacia la reina mientras su voz sonaba cada vez más fuerte –Al final todo se va a la basura y nada de lo que habréis dicho en el pasado tendría sentido, nada importa realmente. Y ahora yo os pregunto, ¿Por qué vuestra alma es tan blanca? Si tu maldito tiempo ya está quebrado.

La Reina, aterrorizada por las palabras de quien alguna vez fue su mejor aliado, respondió:

–¿Sabéis por qué la nieve es blanca? Pues es porque ha olvidado el color al que pertenecía, porque siempre tuvo mala memoria –sin terminar de expresarse, corrió hacía el Rey y lo abrazó tan fuerte que la luz de su corazón iluminó a la oscuridad del alma contraria, erradicándola y destruyéndola –pero es suficiente para tener la mente tranquila y nunca olvidar a quien un día la salvó de evaporarse.

El Rey Negro, en ese momento, dejó que aquella luz se apoderara de él, pues viendo tal pureza acercándose y finalmente colisionando con su ser, pudo recordar que antes de ser máquina oscura, también fue guerrero de luz al lado de ella quien ahora parecía recobrar también el reloj de su vida, y así, por voluntad propia, el Rey Negro se convirtió en lo que era antes de su olvido: el Rey Blanco había regresado.

“Larga vida al Rey Negro, larga vida a la oscuridad y larga vida a la Reina Blanca que lo destronará, pero nunca buscará su muerte”.

Etiquetas: ajedrez amistad cuento

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