El último amanecer no es un adiós, el último amanecer tampoco es una intento de despedida. El último amanecer eras tú. Y no lo noté hasta que el sol descendió.
¿Cómo podría caber en ese cerebro de nuez, que yo entendería la metáfora? ¿Qué no tomaría literal lo que decía en la carta e iría a recorrer el mundo por ti?
¿En serio me creías tan tranquila? ¿Que mis manos y pies seguirían atados a esa casa de papel mientras tú huias?
¿Mientras me dejabas?
Mientras yo sentía que perdía lo mejor que había aparecido en mi vida.
La oportunidad de amar sin ser juzgada, de abrazar con tantas fuerzas y el hecho de poder escapar juntos cuando se nos plazca.
¿Me creías tan listilla? ¿Tan cerebrita? O, ¿Tan estúpida?
El último amanecer eras tú. Y no lo noté hasta que el sol descendió.
El último amanecer, de eso ya hace dos años, que no te he vuelto a ver.
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Escribo más poesía y subo mis intentos de fotografía en Instagram: @ansiass_
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