Unbekannt

Siempre fuiste un enigma, un misterio magnético del que nadie debía enterarse, incluyéndome. 

Ese sábado, en una ciudad extraña para mí, supe que existías. Me llamaste sin hablar, te miré y seguí en búsqueda de alguien más, pero por algún motivo tu esencia no se fue más de mí.

Si no te encontraba en mis memorias, ¿por qué te sentía cada vez más cerca?

¿Por qué te admiraba si no conocía tu voz?

Me descubrí buscando tu figura en el gentío otra vez pero pensar que podía encontrarte me daba miedo. Mi corazón se llenó de preguntas y el hierro de su coraza no lo soportó. 

Viajé silente hasta ti y sin poderlo evitar, la fuerza muda de tu mirada incógnita, rapaz y peligrosa sólo alimentaron aún más mis dudas. Me escondí antes de que lo supieras, no podía admitir que tenías el control.

Rogué que tu perfume, el que te envolvía aquella vez, me susurrara que no valías la pena y que no había motivo para perder el sueño pero aquí estoy, unos cuántos años después, atada de pies y manos frente al mismo recuerdo sin poder huír.

Necesito tu nombre, dímelo y volveré a la realidad. 

Házmelo saber, que los ojos astutos que aquel día perseguí tengan dueño y seas real, desvanece con tu voz esta ilusión, ponle punto final.

Quiero verte pasar y que ese sábado sólo seas una persona más.