HERMANDAD 

Por Joaquín Gonzalez

Es cierto que no todas las personas están felices por tener un hermano, algunos pueden ser tediosos, molestos, insufribles, irritantes, creo que ya me di a entender. Volviendo al tema, no todos están felices con sus hermanos (incluyéndome). Pues desde pequeños, Andrés, mi hermano, y yo siempre estuvimos en categorías diferentes. Él era el inteligente, atlético, carismático, amigable, y por ende el favorito, mientras yo, bueno, yo soy yo. No me malinterpreten, no odio a Andrés, es solo que él lo tiene todo, y yo no tengo nada, lo peor de todo es que somos gemelos, así que las comparaciones son inevitables.

Una noche, cansado de que mis padres me despreciaran así, me propuse mejorar, ser mas como Andrés, creyendo que cambiaría algo en mi monótona vida. De eso han pasado cuatro años y a pesar de todo lo que he mejorado en ese tiempo, nada ha cambiado, sin importar que logros consiga jamás estoy a su altura, sigo siendo “el otro hijo”. Tal vez no nací para destacar mucho, tal vez solo estoy aquí para vivir a su sombra.

Es nuestro cumpleaños y nuestros padres nos harán una fiesta pero, como se puede deducir, no me emociona mucho la idea, se que puede sonar algo feo, pero es la verdad. Al llegar a casa, subo a mi habitación y desde allí escucho como la gente llega para festejarlo a él, lo escucho todo, las felicitaciones, las risas, la felicidad, todo sin mí. Pero lo que llama mi atención son unos golpes en mi puerta y me levanto a ver quién es, una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro, pues Andrés me ha dejado una magdalena con una vela y una nota, la cual dice “Feliz cumple hermanito, deberías bajar y disfrutar un poco, después de todo, esta también es tu noche”. Es por esta razón que no lo odio, el es la única persona a la que le importo, y tiene razón, hoy día voy a disfrutar de mi cumpleaños debidamente. Agarro la magdalena y soplo la vela “Deseo que esta noche sea solo mía”.

Mientras bajo las escaleras, algo llama mi atención, son las fotografías familiares. Él no está en ellas, Andrés no aparece en las fotos. Alarmado, fui corriendo hacia mi madre.

– Mamá, algo raro pasó con las fotos, ¡Andrés! ¡Andrés desapareció de ellas!

– Raúl, calmate, ¿Quién es Andrés?

Por un segundo pienso que me está haciendo un mal chiste, pero al ver su cara me doy cuenta que está hablando enserio. Un fuerte temor se apodera de mí, esto es mi culpa, ¿Qué fue lo que hice?

Etiquetas: cuento cuentos

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