¿En dónde estuviste que te alejaste de mí?
Me abandonaste
a las salvajes mentes de los corrompidos.
Arrastraron mi cuerpo
y trituraron mi alma.
Estaba ciego de la oscuridad.
Famélico de tantear
las espinas oníricas de mis (anhelos).
El corazón se me ahogó
y las alas me sangraron.
Desperté de mi (ignorancia)
para tropezar en dudas escondidas entre manos.
Vomité miedos de (América)
extinguiendo la llama de mis dormires.
Cuando me limpié la boca
ya traía las respuestas
encajadas en los labios.
Tu ausencia me lastimó
y como la perfecta continuidad de nuestros huesos
fracturé a los inocentes.
¡Mira!
Sus cabellos me tocan los pies
y su dolor se cuela por mis ojos.
Volteaste mi piel que
perforada ya
por el (neófito) de mis lamentos estaba.
Me liberaste para encerrarme
en los lazos necesarios de tu crueldad.
Aquí entre nos…
Sí, te doy las gracias.
Pero a la otra,
¡avísame!
OPINIONES Y COMENTARIOS